La verdad es más que idea.
El diálogo platónico Menón se ocupa del origen de las ideas. Pero la búsqueda
trascendental de la verdad de la que habla Polo no está en esa línea.
La verdad trascendental de la
que hablamos es desvelamiento del ser personal. Alcanzamos la verdad de
nuestra vida, el sentido que tiene nuestro vivir cómo manifestación de nuestro
ser íntimo.
Por eso decimos que la verdad
es más que una idea. No bastaría con establecer si la idea es o no verdadera,
en el sentido verificacionista moderno. Éste sentido no alude en absoluto al
"encuentro" personal con la verdad. Es una verdad aséptica.
El ser personal está abierto
por dentro. Es comunión de personas. La persona es creada añadiéndose,
cantándole a Dios.
Y al encontrarse con la
verdad, al saberse "hacia" Dios, se dispara un proceso interior de
canto: la verdad encontrada es una fuente de inspiración.
La persona creada es novedad.
Su verdad no es una idea teórica. Es actuosidad.
Para saber más leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y
su crecimiento, pp. 197-206
.
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