¿Qué diferencia hay entre amistad y amor?

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No hay amistad sin amor, pero puede haber amor sin amistad.

La amistad es el intercambio de bienes propio del amor, pero a veces el amor no se manifiesta, pues no hay diálogo, no se reconoce la relación recíproca, la amistad queda latente.




Ideas inspiradas en las preguntas nº 31-32 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.


18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor;
1.2.3 amistad;
6.9.6 enamoramiento;
1.5.5 diálogo

Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html




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¿Puede darse amistad auténtica entre varón y mujer?

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Este es un asunto delicado, en el que se pasa de la teoría a la práctica (a la vida de todos los días) y de la consideración de lo trascendental, e incluso de lo ético, a la filosofía segunda psicológica.

Algunos pueden alegar que siendo la amistad el amor entre iguales, difícilmente hombre y mujer pueden ser amigos.

Porque en teoría sí.
Aunque seamos diferentes puede haber amistad teóricamente entre hombre y mujer.

Piensen ustedes, por ejemplo, que incluso Jesucristo nos llama "amigos", elevando nuestra existencia hasta igualarnos a Dios.

Siendo esto así, mucho más podemos ser amigos varones y mujeres.

Otra cosa es el enamoramiento o amor supremo de predilección que es el paradigma del amor.
Este amor se dará en el encuentro definitivo con Dios.
Y ya ahora redunda en nuestros amores, teniendo como paradigma el amor esponsal, exclusivo y para siempre, entre varón y mujer.
El intercambio de bienes que se realiza en este núcleo es ciertamente amor de amistad, por divinización.

Los enamorados son amigos. Pero lo que pasa es que en la práctica, en la vida de todos los días, ese arrebato no siempre se manifiesta y entonces aparece la dificultad de una amistad (estamos en el terreno de la psicología) entre varón y mujer. En efecto, somos diferentes, basta constatarlo en cómo se forman los corrillos para cosas de hombres y cosas de mujeres.

Una amistad literaria, deportiva, escolar, científica, política o espiritual puede darse entre varón y mujer, aunque no es fácil. Pero además, aparece frecuentemente el horizonte del enamoramiento, que al ser exclusivo o amor de predilección, entra en combate con otros posibles compromisos.

En definitiva, sí se puede dar amistad entre varón y mujer, siendo su cultivo natural el matrimonio.

Con todo, la psicología de los sexos hace difícil el proyecto en común, por lo que la vida de los esposos, para llegar a buen puerto, necesita de equilibrio, de sanos hábitos de relación y de un sinfín de pormenores que bien conocen los expertos en orientación familiar.

De todos modos más difícil todavía es la amistad entre mujeres. Las causas de esto se me escapan.




Ideas inspiradas en la pregunta nº 36 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Para saber más vayan a las etiquetas de este blog:
18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor;
1.2.3 amistad ;
1.13.0 familia y amor ;
6.9.6 enamoramiento;
1.11.0 mujer


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¿Es el acto sexual un acto espiritual?

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Debería serlo.
Y lo es en la medida en que es un acto verdaderamente amoroso en el que las personas están comprometidas.

No olvidemos que en el Cielo nuestro cuerpo será un cuerpo espiritual.
Aquí en la tierra lo esencializamos en la medida de nuestro querer.

La sexualidad es una dimensión esencial, libre, del don del amar.
Y la continencia más también.

Lo maravilloso es el enamoramiento en el acto sexual (y más también en la continencia).

El acto sexual es también casto, lleno de respeto, si es enamorado.
Si no está impregnado de enamoramiento es una cosa aburrida, a pesar de lo que digan algunos.

Es un acto espiritual, su raíz es voluntaria, y casto gracias al compromiso peculiar de las personas que se aman en matrimonio.

Nada quita al Amor, en la medida en que el compromiso está abierto a la Vida.

A pesar de su vinculación al sexo, en el acto casto, el uno piensa en la otra, y viceversa. Uno no está pensando en uno mismo, ni en su incremento de placer.

La raíz que lo hace amoroso es la libre alianza para colaborar con Dios en la transmisión de la vida.



Ideas inspiradas en la pregunta nº 30 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Para saber más vayan a las etiquetas de este blog:
18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor;
1.13.0 familia y amor;
6.9.6 enamoramiento;
8.6.0 sexualidad

Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html



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Esa verdad que es el conocerse, ¿se puede dar sin el amor?

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Es imposible conocerse enteramente sin el Otro. Sin el Amor del Otro.

Lo característico de la persona es el coexistir.
La persona nunca está aislada.
Una persona única es un absurdo pues no coexistiría.

El coexistir o co-ser, no es una relación externa o sociológica, sino una característica trascendental, radical. Nunca somos, íntimamente, "solos". 
Dependemos siempre de otro. Estamos abiertos al otro.

Conocerse implica, por lo tanto, conocer nuestras dependencias.
Y si no queremos conocerlas, no nos conoceremos.
La voluntad, el amor correspondido, aporta el conocimiento de sí aceptando al otro.
Cuando hay enamoramiento, hay más correspondencia.

El único que puede decirme quién soy entera y realmente es Dios.
Mi ser entero depende de Él. Coexisto en Él.

El hombre se conocerá absolutamente a sí mismo sólo en el amor de Dios, en la comunión en Dios, al saber que me acepta, aceptando mi vida.
Y al saber que me perdona y hace la fiesta conmigo y con los míos, que son suyos. La amistad es comunitaria. Los dos (o los mil) quieren lo mismo.

La única clave de bóveda de este asunto  es el Amor de Dios.

En la otra vida  el desve­lamiento será completo: es el “conoceréis como sois conocidos”, del que habla San Pablo. O sea, conoceremos como Dios nos conoce y co­noceremos a Dios como Él nos conoce. Amaremos a Dios como Él nos ama.








Ideas inspiradas en la pregunta nº 35 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Para saber más vayan a las etiquetas de este blog:
18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor;
1.5.0 otro;
6.2.0 el yo y la sindéresis.
5.18.0 glorificación o encuentro con Dios

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¿Es el amor indiferente al género del otro?

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En el acto amoroso se elimina lo genérico. El acto amoroso está centrado en la comunión de personas, cada persona centrada en el otro.

Hay interdependencia de seres personales. Aquí lo genérico no cuenta, es solo un añadido (esencial) en la medida que lo rige y lo demanda la comunión fructífera y sabrosa del amor.

Desde ahí, el diálogo entretiene el amor, al reconocer la relación recíproca actuosa. Y se intercambian bienes. El intercambio de bienes es lo que llamamos amistad.

Incluso en el acto sexual, la persona que ama bien, no piensa sino accidentalmente en su incremento de placer, quiere más "otro".






Ideas inspiradas en las preguntas nº 30 y 31 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Para saber más vayan a las etiquetas de este blog:
18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor;
1.2.3 la amistad;
1.13.0 familia y amor;
6.9.6 enamoramiento;
8.6.0 sexualidad


Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html


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¿Podemos realizarnos en un proyecto?

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No. No podemos realizarnos en un proyecto.
Un proyecto no puede colmarnos.
Ningún proyecto, por importante que sea, es completamente absor­bente.
Nuestra capacidad de comunión, de amor, desborda cualquier proyecto.

Por ejemplo, eso de “casarse con la empresa” no tiene sentido.

"Un proyecto" no agota todos mis proyectos.
Yo no puedo encauzar mi querer enteramente por ahí. Yo no me puedo recono­cer enteramente ahí.

La única clave de bóveda de este asunto  es Dios; pues sólo en Él se puede uno reconocer enteramente.
Ningún hombre, ninguna mujer, puede colmar mi capacidad de amar. Solamente Dios.

En el amor de Dios uno se reconoce por completo, supuesto que el amor de Dios sea, en esta vida, un gran proyecto.

En la otra vida será un desve­lamiento completo: es el “conoceréis como sois conocidos”, del que habla San Pablo. O sea, conoceremos como Dios nos conoce y co­noceremos a Dios como Él nos conoce.










Ideas inspiradas en la pregunta nº 34 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Para saber más vayan a las etiquetas de este blog:
18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor;
1.13.0 familia y amor;
5.18.0 glorificación o encuentro con Dios

Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html



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¿Puede existir un amor que no sea correspondido?

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Un amor no correspondido es un monstruo metafísico.

El amor es comunión fructífera y sabrosa de personas. Si falta el otro no hay amor.

De ahí que el amor "verdadero" sea el Amor de Dios, que siempre es correspondido. Dios es el amante que nunca deja de amar (y de ser amado).

Al amar a Dios sucede que nos damos cuenta de que no podemos pasarnos de Él. Es necesario. Sin Dios no puedo vivir. Nos hemos enamorado de Dios.

Los otros amores son verdaderos en la medida en que están insertos en el Amor de Dios.






Ideas inspiradas en la pregunta nº 27 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Para saber más vayan a las etiquetas de este blog:
18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor;
12.9.0 Espíritu Santo;
1.5.0 otro


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¿Cómo distinguir el amor de las cosas del amor a las personas?

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Querer una cosa es querer hacer algo con ella.

Querer a una persona es querer que ella sea.

Esta distinción tiene que ver con la doctrina de Aristóteles sobre las actividades de poiein y praxis, traducidas después como producción y acción.
(En la etiqueta 1.2.1 Acto, hablamos ampliamente de los distintos tipos de acciones).

En lo que aquí nos interesa, digamos que en toda acción humana hay una dimensión productiva (transitiva al mundo físico) y una dimensión inmanente que es mejora de la propia persona (y de los otros, si lo aceptan).

Las personas humanas tienen una dimensión corporal, que es la base de la acción productiva, a la que debemos también atender. Estamos unidos por la red del universo físico y no está bien tirar de la misma manta en nuestro solo provecho.

De ahí que amar a las personas exija también una ética que encauce las acciones y las pasiones "físicas".

Amaremos las cosas y el mundo, haciéndoles contribuir al crecimiento de las personas.

El profesor Juan A. García, me hace el honor de añadir un comentario : Además las personas corresponden al amor, mientras que las cosas no: el amor es recíproco o no es amor.

Merci !







Ideas inspiradas en la pregunta nº 3 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html

Para saber más vayan a las etiquetas de este blog:
18.1.1 analítica del amor;
1.2.1 Acto
8.2.0 crecimiento
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¿Por qué debemos trabajar?

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Debemos trabajar porque la primera misión del hombre es perfeccionar el universo, haciéndolo un mundo apto para la comunión de personas.

Aristóteles se queda corto con su doctrina de la producción (poien) pues la vincula a las "necesidades" vitales sin integrarla en el crecimiento humano.

La lealtad hacia las cosas, el hacerlas bien, despacico y buena letra, no tiene como fin un formalismo estético o la mera supervivencia.
La producción está al servicio del amor personal.

La clave del trabajo es el amor a Dios y a los demás.








Ideas inspiradas en la pregunta nº 40 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.


Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html

Para saber más vayan a las etiquetas de este blog:
18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor;
9.2.0 trabajo
8.2.0 crecimiento

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¿Qué es el amor?

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Amor es comunión fructífera y sabrosa entre personas.

Dicho de otra manera, el amor es la comunión de personas que se afirman mutuamente.
Comunión asentada por la afirmación que uno hace del otro, del ser del otro.

Cuando dos personas se aman, se afirman mutuamente, al aportarse su "querer que el otro sea más". Estamos revelando que queremos añadirle nuestro "querer que sea más". Nos estamos "declarando".

Todos los actos de la voluntad, en cuanto que se diferencian de las operaciones cognoscitivas, tienen un carácter de autorevelación.
(No así las operaciones cognoscitivas, cuya intención es de "semejanza").

Así, cuando digo, me gusta el chocolate, revelo que "a mí" me gusta el chocolate.

Y no porque me guste como le pueda gustar la leche al gato, sino porque "la persona que soy" está constituyendo el acto de mi voluntad.
Los actos de la voluntad necesitan ser constituidos por la persona, que se manifiesta "aportando", desde su querer-yo.

El yo está en nuestras acciones, incluso cuando sencillamente escribo, pero la manifestación del yo en el escribir es una manifestación muy pequeña, casi ínfima.

Hay amores más altos, hay una jerarquía del amor.

Se debe llamar propiamente "amor" al analogado principal de esa automanifestación: al amor dirigido a un ser que cumpla la condición de grandeza e inagotabilidad.
Y que corresponda a ese amor.

Amor es, pues, la comunión fructífera y sabrosa entre personas.





Ideas inspiradas en la pregunta nº 1 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Para saber más vayan a las etiquetas de este blog:
18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor ;
6.9.6 enamoramiento.

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¿A qué equivale "alumbrar"?

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El alumbramiento equivale a la búsqueda intelectual del destino personal. El destino es Dios.

La fe es la luz que se alumbra en nosotros gracias a la luz de Dios, que nos hace comprender cada vez más nuestra Verdad.

Decir que Jesús nos ilumina no es sólo decir que nos ve gracias a su Luz (como nosotros vamos viendo a los demás y viendo el sentido del universo físico)

Sino que quiere decir también que nosotros vemos gracias a su Luz.
Porque es su Luz la que atraviesa nuestra transparencia y abre en nosotros la Fe que nos permite ir conociéndonos e ir conociéndoLe.


La Fe es luz (conocimiento), pero no es Luz pura, sino hábito que busca más luz.
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¿La fe, es un acto humano o divino?

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La fe es un acto humano.

Acto dual como todo lo humano.

El miembro superior de su dualidad es el hábito (humano) que recibe la Revelación o la sabiduría divina (según sea fe sobrenatural o fe intelectual) y tira del miembro inferior.

El miembro inferior es la recepción (que exige el asentimiento de la voluntad) de lo Revelado o sabido.

Aunque el acto de fe sea respuesta a Dios creador y elevador, somos plenamente responsables. No somos marionetas. Creemos porque queremos.

Y agradecemos a Dios el poder creer, el poder abrirnos a su Vida.




Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe


Para saber más ir a las etiquetas:

5.13.3 fe
12.8.1 fe sobrenatural
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¿Existe una fe que no es sobrenatural?

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Sí.
Se trata de la última fase del desarrollo de la intelección.
No es un don "añadido" al don de la inteligencia natural, sino la culminación de la intelección humana.

Podemos entender que Dios, como fuente de amor, desea darse a conocer.

La mente es capaz de alcanzar el sentido de la propia existencia. Su culminación es el conocimiento verdadero que el hombre tiene de Dios.


Es, por decirlo así, el fruto de obedecer a la Verdad, siempre más.
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¿Es la fe un conocimiento objetivo?

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Aunque los temas de la fe puedan formularse (tanto los de la fe filosófica como de la sobrenatural, baste pensar en los 12 artículos del Credo), el conocimiento de Dios tendrá siempre que ver con el futuro.

Es al darnos cuenta de la índole irrestricta de nuestra intelección como, lúcidamente, nos sabemos incluidos atópicamente en la máxima amplitud.

Sí, nos movemos y existimos en Dios.

Y como recompensa a nuestro abandono, conocemos la índole inmortal del espíritu humano.

Viajamos juntos, amigos, en la eternidad.



Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe, p. 71.4

Para saber más ir a las etiquetas:
5.13.3 fe;

2.16.0 mostración de Dios
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¿En qué culmina el entendimiento humano?

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El entendimiento humano culmina, trascendentalmente, en un acto de fe, que se puede llamar fe intelectual.

El entender se trasluce así como obediencia activa que se corresponde con la potencia obediencial sin límites que somos.
Somos capaces de Dios.

Es, como dice Schelling, un sometimiento a la autoridad de la verdad.

La fe intelectual se abre en búsqueda inagotable (luz transparente). Potencia obediencial o entrega a Dios.

La persona culmina en co-acto de amor en Dios.

No olviden ustedes que esa fe intelectual tiene un contenido: el Misterio y su manifestación esencial.
Siempre podremos recibir más de Dios.
Esta es la apertura transparente que busca esperanzada.

Y en esa búsqueda encontramos el co-ser que somos (filiación) y el amor que co-somos.
Y en las sucesivas elevaciones, los dones del Paraíso, el mundo Nuevo, en colores: la vida eterna.

Existe, pues, una fe que no es sobrenatural, última fase del desarrollo de la intelección, y no un don "añadido" a la inteligencia.






Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2, p. 69.4 y 70.3 Itinerario de la razón hacia la fe

Para saber más ir a las etiquetas:
5.13.3 fe intelectual;
5.2 Entendimiento (Inteligir personal);
1.2.3 potencia obediencial;
 20.24.0 Schelling;
12.11.0 contemplación;
5.13.3 misterio.


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Si la fe intelectual es un mero transparentar, ¿no existe revelación natural de Dios?

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La Teología habla de una revelación natural de Dios por la que todos los hombres, también en medio de la selva, pueden conocer a Dios, y su existencia.

Fíjense ustedes en que ese conocimiento de Dios no es "objetivo", sino apertura al futuro inagotable, a nuestro destino, que es Dios.

Ello no obsta para que "esencialmente" la inteligencia crezca y formule objetivamente nociones claras sobre el Creador.

Esa "formulación" es precisamente la revelación llamada "natural"

Radicalmente la fe es culminación intelectual en transparencia coactual en Dios.

Co-acto que se "manifiesta" en lo que los teólogos llama revelación natural.




Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2, p. 69.2 Itinerario de la razón hacia la fe

Para saber más ir a las etiquetas:
12.0.1 Biblia. Revelación;
5.13.3 fe;

13.0.0 destino
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¿Cuántas dimensiones tiene la apertura transcendente?

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La apertura transcendente tiene cuatro dimensiones:

la gracia personal inicial, humildad o abajamiento primero;
la esperanza, amanecer o alianza primera;
la fe, alumbramiento o luz primera;
la caridad o arrullo.


El primer abajamiento equivale a la verdad del co-existir personal.

El amanecer de la persona equivale al destinarse de la libertad.

El alumbramiento equivale a la búsqueda intelectual del destino personal.

El primer arrullo equivale a la búsqueda amorosa del encuentro con Dios.


Aunque utilicemos el mismo nombre, no deben confundirse la humildad, la esperanza, la fe y la caridad de las que aquí hablamos, con las virtudes a nivel esencial o las virtudes sobrenaturales de las que habla la teología. Y tampoco se ha de confundir la gracia personal inicial (el primer abajamiento) con la gracia santificante de la teología.

Para mejor entendernos hablaremos de virtudes teologales (fe esperanza, caridad, gracia santificante) y aperturas "iniciales" (gracia o llamada inicial, fe, esperanza y caridad iniciales).




Estudiamos la fe sobrenatural en la etiqueta 12.8.1
Las virtudes infusas teologales las estudiaremos en la etiqueta 12.8.0 y también en la etiqueta 5.16.2, en tanto que "nueva" creación.

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¿Es meritoria la fe?

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La posesión inmanente que sigue a la luz (que nos permite entender) es meritoria, porque proviene también de un dar: se "acepta" el don revelado. (Aceptar es también dar).

Pero la esperanza es más alta que la fe ya que busca la aceptación recíproca. Renuncia a que sobre ella recaiga la atención ajena, resaltando el nuevo premio con que el otro recompensará nuestra tarea.

¿Qué me irás a dar si me pides eso?




Glosa a Leonardo Polo. Tener y Dar. En "Sobre la existencia cristiana" p. 135.2

Estudiamos la fe sobrenatural en la etiqueta 12.8.1

Las virtudes infusas teologales las estudiaremos en la etiqueta 12.8.0 y también en la etiqueta 5.16.2, en tanto que "nueva" creación.
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¿Es fruto, la fe intelectual, de la Revelación?

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La fe racional no es fruto de la Revelación, sino la actividad superior del entendimiento humano.

La fe intelectual no es una opinión, sino un saber atrevido, valiente, en la medida en que se sobrepasa a sí mismo




Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe, p. 72.2

Para saber más ir a las etiquetas:
5.13.3 fe;
6.9.4 buscar;
5.5.2 Inteligir personal

12.01 Revelación
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¿Es, la fe intelectual, un "no entender"?

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Lo que llamo "fe intelectual" no consiste en un "no entender".

Sino en un entender que no se entiende acabadamente, o que no se acaba de entender (a eso aludía Nicolás de Cusa cuando hablaba de la "docta ignorantia"

El descubrimiento de que siempre podemos rebasar cualquier límite cognoscitivo, permite alcanzar la intelección personal como "búsqueda de Dios".

La intelección es incompatible con cualquier fondo de saco.




Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe, p. 71.6

Para saber más ir a las etiquetas:
5.13.3 fe;
6.9.4 buscar;


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¿Cómo culmina la fe intelectual?

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El entendimiento humano culmina en co-acto de fe, según la cual se abre sin interrupción, como luz transparente, en búsqueda inagotable.

Es un acto transparente.

Transparentar no es destacar objetos.

Es un dejar que aparezca el futuro del entender.
No se trata de pensar "algo", o de demostrar algo.
Es un autotrascendimiento en transparencia: siempre podré entender más. Futuro inagotable.

(No olviden ustedes que el autotrascendimiento poliano consiste en el acto supremo del dar).

En suma, la fe personal es el saber lúcido de la índole irrestricta de nuestra intelección.





Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe

Para saber más ir a las etiquetas:
5.13.3 fe
12.8.1 fe sobrenatural

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