¿Cuál es la actualidad de la patata?

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Se suele cifrar el acto de la forma en su carácter actual.

Ejemplo: la patata, que es forma real, sería, según Aristóteles, un acto (entelécheia), una substancia del universo, actualizada.

Polo corrige: lo "actual" es lo pensado.

Más aún, es el "lo" de lo pensado.

Cuando pensamos, pensamos algo, y eso que estamos pensando es la actualidad.

Sin embargo, el realismo substancialista aplica la actualidad a las formas reales, considerando que son formas en sí, "actuales".

No se dan cuenta de que las patatas son sólo el despliegue del universo, que en realidad no se "separan", no subsisten.

Lo que subsiste es el "sabor" de las patatas, o la "idea" de la patata. Y no en el cucurucho de la feria, sino en el niño: en el subsistente racional.

Eso no quiere decir que las patatas no sean reales. Lo son en el  magnífico despliegue del universo. Pero lo son en un sentido distinto al sentido de la "actualidad". Son efímeras.

Lo que nunca se olvida es "la verdad" de las patatas, redondas, fritas, crujientes, de mi infancia.


Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.78.2


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¿Cuál es la clave del crecimiento de la persona humana?

 

La clave del crecimiento de la persona humana es la filiación.

 

Somos Hijos.

El carácter filial implica crecer. Y la clave de la filiación es el crecimiento.

 

Educar es ayudar a crecer.

Si cada uno es hijo, hijo en las tres dimensiones (natural, psíquica y personal), necesitamos que nos ayuden a crecer:

los padres, naturalmente;

los maestros, psíquicamente;

Dios, espiritualmente.

 

El profesor Sellés lo explica muy bien en la conferencia siguiente:

https://www.youtube.com/watch?v=7cwYL23_mFk&t=1960s

¿A qué llama Polo “tipos de coexistencia”?

 

Polo llama “tipos de coexistencia” a dos maneras de abrirse la persona humana hacia afuera: de una parte la apertura al universo físico y de otra parte a las demás personas.

 

Es interesante responder a esta pregunta porque hablar de “tipos de coexistencia” ha generado confusión entre polianos.

 

Algunos de ellos han interpretado mal, a mi entender, la noción antropológica poliana de “tipo”, confundiéndola con los tipos sociológicos (carpinteros, indios, bromistas, mujeres, aristócratas, etc).

 

Para Polo, “cada” persona es un “tipo” distinto.

 Y “cada” persona “coexiste” en y con Dios.

 

En este sentido (en el sentido de que cada persona es un tipo distinto) la “co-existencia” es el primer trascendental personal.

Es decir, cada persona humana es libre para co-existir (o co-ser) en y con Dios.
 
La persona humana, pues,  trascendentalmente, desde su intimidad, se abre hacia adentro, buscando su réplica de Dios, buscando su modo de co-existir en Dios, ofreciéndole su don, su vida, su esencia creciente. Ése es el sentido de la co-existencia.
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Pero la persona humana debe abrirse también hacia afuera, para constituir su don.
 
Y al hacerlo coexiste, a través de su esencia, con el universo físico (trabajo) y con las demás personas (amistad).
 
Estas dos aperturas hacia fuera, si lo he entendido bien, es lo que Polo denomina tipos de coexistencia.

¿Qué es la Providencia?



La Providencia es el gobierno de Dios, que coordina las alternativas, ofreciendo belleza. 

 Las personas en el tiempo son esencias, bellezas, dones entre las Personas divinas. 

 Los hombres rezamos para comprender que Dios hace concurrir todo para el bien de los que le aman. 

Ver la noción de gobierno en Etiqueta 07.06 La sociedad humana. .

¿Qué son los hábitos infusos de los que habla la teología?

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Desde la perspectiva de una antropología trascendental se pueden entender los hábitos infusos  como elevaciones de las aperturas transcendentes, que redundan también en la esencia (aparecen en nuestra "vida").

(Hábitos tales como la fe, la esperanza y la caridad llamados "sobrenaturales" o teologales, pero también hábitos infusos que no son "sobrenaturales")

Me explico porque se necesita una cierta familiaridad con lo trascendental antropológico para situarse.

En la etiqueta 5.13.1 hemos llamado apertura transcendene a una apertura más íntima que la apertura íntima, pues abre el ser humano más allá de su propia intimidad.

Es el fruto de la llamada inicial de Dios. Esta llamada inicial de Dios la estudiaremos en la etiqueta 5.15.0 y es una de las etapas o elevaciones trascendentales del ser personal (la etiqueta 5.7.0 estudia esas dimensiones del ser personal).

Pues bien, teniendo en cuenta la caída y el querer de Dios que todos los hombres se salven, podemos entender que hay una nueva etapa o dimensión trascendental que es la nueva creación o redención. Una nueva elevación que nos salvará si queremos. La salvación es el encuentro definitivo con Dios.

Ese "si queremos" está a nivel de la disposición manifestativa que es nuestra esencia humana, nuestra vida.

Noten ustedes que ahora hablamos solamente de las virtudes infusas "sobrenaturales", que dependen de esta nueva creación.
Las virtudes infusas "no sobrenaturales" dependen solamente de la llamada inicial y del mantenimiento de la llamada. Y son poseídas también por los que todavía no han encontrado al Salvador.

Fijémonos ahora en la elevación salvadora de Dios, fruto del encuentro con Cristo, y entendamos que esta elevación redunda también en nuestra esencia, en nuestra vida, elevando nuestras potencias, la inteligencia y voluntad, elevando toda nuestra vida con lo que los teólogos llaman gracia santificante y virtudes infusas sobrenaturales.

Son infusas a la esencia humana como redundancia de la elevación de las aperturas transcendentes de los radicales personales. Elevación que es propiciada por el encuentro de la persona humana con Aquél que es su Réplica de Dios y que es su Salvador.

De ahí que digamos que la gracia santificante es una anticipación.


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¿Es la verdad el "todo"? ¿Conculca Hegel el axioma B de Polo que dice que las distintas operaciones son jerárquicas?

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Sí, Hegel conculca el axioma B, porque sostiene que la diferencia de objetos es provisional. En rigor no habría más que un objeto absoluto, un saber absoluto total.

"La verdad es el todo" es una de las expresiones de Hegel que mejor manifiesta y compendia el significado de su filosofía.

Pero lo verdadero no es el "todo".
La realidad no es un conjunto de datos que podamos "totalizar" o connumerar.
Y la verdad tampoco.
Tanto la realidad como su posesión intelectual son "jerárquicas".

Los actos de conocer son jerárquicos y las operaciones no son sustituibles, pues las condiciones de un nivel no son sustituibles por las de otro nivel.

La unidad es siempre prematura.

El conocimiento humano es plural, pero no como si conociéramos la pluralidad de teselas de un mosacio, sino como los niveles de una escala.

La unificación no se hace a costa de la pluralidad. Con las operaciones superiores se conoce más. Desde lo alto veo más y mejor, y me olvido de los niveles inferiores, pero eso no quiere decir que esos niveles no existan o sean provisionales : aunque el gusano sea ciego, es feliz en su agujero.

De esto habla Lluís Pifarré en su libro "Entender a Leonardo Polo", p. 73.2



¿Cuál es el método propuesto por Polo?

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Polo propone el método del abandono del límite mental.

El límite mental es "la presencia" (la mismidad del objeto pensado : se piensa lo que se piensa).

Cuando conseguimos contemplar o admirar, estamos abandonando el límite mental. Dicho de otra manera, estamos conociendo lo que existe "además" del objeto.

De ahí que Polo llame "carácter de además" a la dimensión intelectiva del abandono del límite, que corresponde al hábito innato de sabiduría.

Sin embargo, el límite mental, actualmente, no es un defecto.

Para trabajar debemos introducir el límite mental.

 He dicho “actualmente” porque opino que el pecado original es precisamente el límite mental.

Tras el pecado original, si queremos actuar bien, debemos objetivar, comparando con el mal.

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¿Es limitado el conocimiento humano?


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Obviamente lo es, ya que no es Originario. Sólo el Origen es la máxima amplitud.

Nuestro conocimiento aparece esporádicamente, luego "depende". 
Solo el Origen no depende.

Tal constatación en lugar de deprimirnos nos enardece, pues siempre podemos conocer más. Y podremos desvelar, si queremos, nuestra verdad personal.

A partir de la distinción radical entre lo que soy (esencia) y lo que seré (acto de ser personal) comprendo que el crecimiento de mi inteligencia es irrestricto. Agua viva.

Para empezar conozco lo que conozco, conozco "lo mismo" que conozco.

Al abandonar el límite voy creciendo, o explorando, o tal vez, jugando.

Inspirado en Notas y glosas sobre la creación y los trascendentales. Juan A. García González. Miscelánea poliana nº 11. Nota 1, p. 83. Citamos las páginas según la recopilación titulada "Antropología y trascendencia" publicada por I. Falgueras y Juan A. García.

Si quieren ustedes leer una síntesis de la distinción real esencia – acto de ser, vayan al principio de este blog, a la página (en rojo) ""Esencia – Ser. Su distinción"
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¿Qué ganancia tiene la coexistencia personal hacia afuera?

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La persona se abre hacia afuera gracias al hábito de los primeros principios reales. Y también gracias a la sindéresis.

 De ese modo nos abrimos (eso son los tipos de coexistencia) al universo y a las demás personas. 

La coexistencia interpersonal es el marco que da sentido donal a nuestra apertura al universo. 

Es crecimiento esencial de la persona.

 Sin ella, el trabajo sería una mera producción semejante a la del ser primero o sentido genético y temporal del ser. (ver etiqueta 1.1.1). 

Seríamos como las abejas, que producen miel, pero son incapaces de amar. Pican. Nosotros, al contrario, podemos trabajar por amor a alguien. 

  Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 349.2 .

¿Para qué nos sirven las aperturas "hacia fuera" que Polo denomina "tipos" de co-existencia?

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La aperturas hacia fuera nos sirven para crecer. Vivir es crecer.

 

Polo llama tipos de "co-existencia", a la co-existencia de la persona humana "hacia fuera".

 

Otra cosa es la co-existencia "íntima" o trascendental. Es decir el acto de ser personal.

Cada persona es un “tipo” único, distinto.

 

La persona humana está, de entrada, abierta por dentro. La intimidad de la persona es su carácter de apertura. Es, en primer lugar, apertura “interior”, que se trueca en búsqueda al no encontrar réplica a la que acompañar en su interior.

 

Es la búsqueda de Quién me dirá quién soy.

Esta búsqueda la llamamos apertura "hacia adentro" y al carecer de término, pues seguimos sin tener "réplica" en nuestro interior,  deviene apertura trascendente o transcendental, apertura hacia Dios, hacia el Verbo en el que se encuentra la "réplica" irrestricta de cada persona humana.

 

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Sin embargo, ahora no nos referimos a ese “tipo” único que somos cada uno de nosotros.

Ahora nos referimos a la co-existencia "hacia fuera", que no es, como acabamos de decir, la apertura trascendental íntima de la persona (del co-ser que somos y seremos), sino la que proviene del abrirse hacia los semejantes y del abrirse hacia el universo material.

 

El "fuera" no es Dios (Dios es más íntimo que nuestra intimidad), el "fuera" es doble: el universo material y los semejantes.

 

Polo utiliza para esta co-existencia "hacia fuera" la denominación "tipos" de "co-existencia".

 

Primer tipo : la co-existencia "hacia el exterior" con el acto de ser del universo material, que consiste en el ejercicio del hábito de los primeros principios reales, pues gracias al hábito de los primeros principios podemos abrirnos a esos primeros principios reales, que son: el acto de ser del universo físico o persistencia, Dios como principio de Identidad, y la causalidad trascendental.

 

Polo llama "generosidad" de la persona, al ejercicio de este hábito, pues con él, la persona humana "deja ser" a los primeros principios.

 

Segundo tipo : la coexistencia “manifestativa o inherente”, con las demás personas, a través de su esencia (que manifiesta, dispone, ilumina y aporta).

 

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Gracias a estas apertura hacia fuera, gracias a  los tipos de co-existencia, la persona humana puede hacer crecer su esencia, su vida (la vida humana es la esencia de cada persona). 

 

En efecto, al co-existir con sus semejantes y con el acto de ser del universo material, el hombre puede abrir su esencia (su vida) a la esencia del universo y a las esencias de los demás: es el ámbito de las praxis técnico productiva y praxis ética respectivamente.

 

Vean ustedes cómo gracias a estas aperturas "hacia fuera", nos abrimos al cosmos (se esclarece así el sentido del trabajo y de la cultura) y nos abrimos a otras esencias humanas (se esclarece así la dimensión histórica y social del hombre).

 

El hombre es el perfeccionador perfectible en los dos ámbitos, pues están vinculados: el ámbito de la praxis técnico-productiva y el ámbito de la praxis ética.

 

Fruto de estas aperturas "hacia fuera" es el crecimiento de nuestra vida. El crecimiento del don que ofreceremos a Dios.

 

Ojalá lo reciba y nos diga: servidor bueno…

 

 

De esto habla Polo en Antropología Trascendental I, p. 206, 4 y ss.

 

Para saber más sobre:

la réplica……………………………………...…..etiqueta 5.4.2

la co-existencia trascendental…….…..etiqueta 5.5.1

el crecimiento…………………………………..etiqueta 8.2.0

la apertura hacia fuera……………..…….etiqueta 5.10.0

la apertura íntima……………………….…..etiqueta 5.11.0

la apertura transcendental……….………etiqueta 5.13.0

el hábito de los primeros principios...etiqueta 3.2.0

la búsqueda……………………………………….etiqueta 6.9.4

la ética……………………………………………...etiqueta 9.0.0

trabajo…………………………………………….. etiqueta 9.2.0

¿Qué rasgos de la intimidad vamos a estudiar?

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Estudiaremos cuatro rasgos de la intimidad o de la persona humana como intimidad:
1. Acompañar
2. Ampliar
3. Saber de sí
4. Amar

Me gusta decir : 
acompañar.se; 
ampliar.se; 
saber.se; 
donar.se.

En correlación con los cuatros trascendentales personales : 
co-ser; 
libertad; 
inteligir; 
amar.
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