5.13.3 fe
5.13.3 misterio
12.8.1 fe sobrenatural
Propongo hacer preguntas a don Leonardo Polo e intentar responder.
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Estudiamos la
fe sobrenatural en la etiqueta 12.8.1
Las virtudes infusas
teologales las estudiaremos en la etiqueta 12.8.0 y también en la etiqueta
5.16.2, en tanto que "nueva" creación.
La "actuosidad" es la actividad en cuanto fuente que no se detiene.
Llamamos actuosidad al fontanal de la actividad.
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La trascendencia es la radicalidad del ser creado.
Lo trascendental en la persona humana es lo radical en ella, su acto de ser y los trascendentales personales.
Lo trascendental en el universo físico es el ser del universo y los trascendentales metafísicos.
La transcendencia o lo "trascendente" es lo que está más allá del ser creado.
Lo transcendental o trascendente es más allá de lo radical.
La Trinidad es transcendental.
Llamamos díada transcendental
a la dualidad Dios-persona humana.
La persona humana nace de Dios.
La persona humana vale para Dios.
La persona humana es relación, subsistente en el orden del Origen.
Y llamamos díada trascendental a
la doble dualidad apertura interior y apertura hacia adentro.
La persona humana es además.
La persona humana es intimidad.
La persona humana se abre hacia fuera y hacia adentro.
La persona humana se abre transcendentalmente hacia dentro, hacia
Dios, según cuatro sentidos o dimensiones, que se corresponden con los cuatro
trascendentales personales.
1. la gracia inicial originaria, humildad o abajamiento primero;
2. la esperanza,
amanecer o alianza primera (fidelidad);
3. la fe,
alumbramiento o luz primera (filiación);
4. la caridad
o arrullo (comunión o servicio).
El primer abajamiento o humildad
trascendental, equivale a la verdad del co-existir personal. La humildad es la
verdad.
El amanecer de la persona equivale
al destinarse de la libertad.
El alumbramiento equivale a la búsqueda
intelectual del destino personal.
El primer arrullo equivale a la búsqueda
amorosa del encuentro con Dios.
Aunque utilicemos el mismo nombre, no deben
confundirse la humildad, la esperanza, la fe y la caridad de las que aquí
hablamos (aperturas transcendentales),
con las virtudes a nivel esencial, y tampoco con las virtudes
sobrenaturales de las que habla la teología.
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La persona humana es relación, subsistente en el orden
del Origen.
Se trata de una dependencia del Origen en el modo de
relación insistente e intensiva hacia el Origen (insistencia subsistente
en el orden del Origen). Réplica del Origen.
La
persona es la relación, subsistente en el orden del Origen, llamada a entrar en
el orden del Amor.
La persona humana es relación, subsistente sólo si se
tiene en cuenta el Origen, si se tiene en cuenta su dependencia insistente a la
Iniciativa divina.
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El profesor Sellés en su trabajo sobre la humildad según Leonardo Polo sostiene que la humildad no es una virtud de la voluntad, sino una característica de la libertad personal.
De acuerdo, siempre que sostengamos también que la libertad personal es el primer trascendental personal (coexistencia libre).
Pero si sostenemos que el primer trascendental es la coexistencia y el segundo la libertad, prefiero decir que la humildad es una característica de la coexistencia.
Precisamente la apertura transcendental llamada “humildad”.
La característica propia de la libertad personal sería entonces la “fidelidad” que se corresponde con la apertura transcendental “esperanza”.
La característica propia del conocer personal sería la “filiación”, que se corresponde con la apertura transcendental “fe”.
Y la característica propia del amar personal sería la “comunión”, que se corresponde con la apertura transcendental comunión.
La llamada inicial es la creación de cada persona humana. Se le llama también creación segunda.
La creación primera es la creación del universo físico.
La
persona humana se caracteriza por su crecimiento según sus elevaciones. (Estudiamos las elevaciones trascendentales en la etiqueta 5.7.0)
La
creación de la libertad de lapersona humana exige la llamada inicial
(vocación según Piá).
La persona es libre, debe responder a una llamada. No está
determinada.
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La llamada inicial es pues una de las
"elevaciones" trascendentales de la persona humana.
A la llamada inicial podemos también llamarla gracia inicial (que abre el radical
co-ser hacia Dios. Esta gracia es una apertura transcendental que llamamos humildad trascendental) y podemos también llamarla gracia primera (en tanto que abre, con tres
aperturas, los otros tres trascendentales hacia Dios. La esperanza
transcendental es la apertura de la libertad. La fe es la apertura del
inteligir personal. La caridad es la apertura del amar transcendental.
La llamada inicial es pues el modo peculiar como Dios
crea cada persona humana. Dios la crea,
"llamándola".
Noten
la exquisita ternura de un Dios que no nos crea despóticamente, sino en libertad.
Nos "llama".
El
fruto de la llamada inicial es, por lo tanto, una apertura transcendente (vean las etiquetas que empiezan por 5.13).
La
persona humana es creada con una intimidad orientada de suyo al
auto-transcendimiento, a vivir-con o en Dios.
- en cuanto ser libre, se abre el ser en esperanza;
- en cuanto inteligir personal, se abre en fe;
Son
"las aperturas transcendentales" (la n designa el cómo
el ser personal se abre a Dios, respondiendo a la llamada).
Otra
cosa distinta es la apertura "trascendental" (sin n) o
apertura íntima, que designa las dualidades íntimas del ser personal. Es decir,
nuestro estar abiertos por dentro (la estudiaremos en las etiquetas 5.11).
Ya
saben ustedes que la intimidad personal poliana
comprende:
- la dualidad entre la
apertura interior y la apertura hacia adentro.
La apertura interior es la dualidad entre
co-ser y libertad,
y la apertura hacia adentro, es la dualidad entre el inteligir personal y
el amar.
Entramos
en contacto con nuestra réplica.
Se habla de
las aperturas en la etiqueta 5.8.0
Se habla de
la réplica en la etiqueta 5.4.2
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. Hegel, en su Fenomenología del espíritu, nos hizo ver que el espíritu consiste en "saberse". Estudiamos la sabiduría del e...