Formule usted los 4 trascendentales personales

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Persona humana significa:
- co-existencia carente de réplica;
- libertad;
- transparencia;
- criatura donal.

Me agrada especialmente esta formulación que Polo hace en Antropología trascendental I, p. 217.2
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¿Cómo distinguir los trascendentales personales?

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Los trascendentales personales, descubiertos por Polo, se conocen sapiencialmente.
 
Gracias al método del abandono del límite mental, podemos alcanzarlos.
El profesor Juan A. García explica muy bien el modo de ejercer ese método para ir alcanzándolos.
Esto no significa que solo se alcancen con ese método, pues la sabiduría puede ejercerse de otras maneras.
 
Polo dice que cada trascendental personal humano es dual.
 
A mí me parece que transcendentalmente se dualizan con Dios.
Co-ser con María (humildad trascendental)
Libertad con el Padre (fidelidad trascendental)
Conocer con el Hijo (filiación trascendental)
Amar con el Espíritu Santo (comunión trascendental)
 
Entiendo por tanto que aunque los trascendentales personales se pueden distinguir cada uno por su tema, radicalmente se distinguen según su relación con el Origen.


¿Qué método debemos ejercer para conocer los trascendentales personales?

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El método para alcanzar los trascendentales personales es el abandono del límite mental en su tercera dimensión.
Es decir, el ejercicio del hábito de sabiduría.
 
1. Ejerciendo el hábito de sabiduría, en tanto que además, se alcanza el co-ser o actuosidad insistente.
 
2. Cuando el hábito de sabiduría se mantiene en tanto que hábito, sin dejarlo atrás, se alcanza la libertad trascendental, es decir, sabemos que nacemos libres para destinarnos libremente.
 
3. Al darnos cuenta de que conocemos al ejercer el hábito de sabiduría, alcanzamos el intelecto personal (siempre podremos conocer más) encontrar y buscar.
 
4. Al buscar nuestro Origen, al ejercer el hábito de sabiduría, nos damos cuenta de que no podemos conocernos si Dios nos nos da nuestro conocimiento. Llegamos así al amar personal.

 


¿Cuatro o tres trascendentales personales?

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Mi buen amigo el profesor Sellés testimonia que Polo, al final de su vida, sostuvo que se había equivocado al formular los cuatro trascendentales personales.

Y mantuvo que son tres:

La coexistencia libre,

El conocer personal,

El Amar personal.

 

Pues no consideraba que la coexistencia fuese suficientemente distinta de la libertad, porque una coexistencia que fuese libre no sería personal.

 

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No dudo del testimonio de Juanfer, pero no llego a comprender le grado de distinción necesario para poder distinguir un trascendental de otro.

 

Prefiero mantener lo que Polo sostuvo por escrito.

Aprendí del profesor Juan A. García González los pasos que hay que dar para abandonar el límite mental en su tercera dimensión.

Pongo aquí el enlace a un curso en el que lo explica.

 https://www.youtube.com/watch?v=XfdNOuUnFvM

En el primer paso detectamos el carácter de además: sabemos que somos coexistentes.

En el segundo paso alcanzamos que somos un coexistente libre (tal como dice Sellés).

 

Hemos alcanzado los dos primeros trascendentales personales : coexistencia y libertad personal.

 

Hemos alcanzado la apertura interior, compuesta por los trascendentales coexistencia y libertad personal.

 

En el tercer paso nos damos cuenta que la persona es más (valor metódico del carácter de además) y ese ser más remite a otros dos trascendentales, el intelecto personal que se busca y el amar donal que espera aceptación.

 

Estos dos trascendentales superiores componen la apertura hacia dentro.

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Los cuatro trascendentales se convierten entre sí jerárquicamente.

En los cuatro aparece el carácter de además.

En los cuatro aparece el carácter filial.

¿Se puede decir que los trascendentales personales son entes de razón?

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Pensando en la solución que se dió a los universales, se me ocurría decir:
Los trascendentales personales son ”entes de razón” <con fundamento libre en la realidad>.
 
Le hice esta pregunta al profesor Juan A. García González.
 
Y me respondió así:
 
No; los trascendentales (tanto metafísicos como antropológicos) son reales: máximamente reales, puesto que se convierten con la existencia, con la actividad de ser; es la diferencia entre ellos la que es de razón,
con fundamento en la realidad.


¿Son duales los trascendentales personales?

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Sí.
Todo en el hombre es dual.
 
Juan A. García González esquematiza la dualidad de cada radical, de cada trascendental personal, diciendo:
 
el co-ser, se abre hacia fuera y hacia dentro;
 
la libertad es nativa y de destinación;
 
el intelecto personal alcanza y busca;
 
el amar personal acepta y da.
 
Bello esquema.
 
 
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 345


¿Se convierten los trascendentales personales entre sí ?

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        Cada uno de los trascendentales personales se convierte con los demás, hasta el punto de que uno no puede darse sin los otros.
 
Es decir, ninguno puede faltarle a una persona para ser persona.
Pero la conversión entre ellos no es completa, pues se distinguen realmente entre sí.

¿Cómo se convierten los trascendentales personales? ¿Cuál es su orden?

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Los trascendentales personales descubiertos por Polo al abandonar el límite mental en su tercera dimensión, se convierten de modo ordenado. (Respetan la jerarquía).
 
Cada uno de los trascendentales personales se convierte con los demás, hasta el punto de que uno no puede darse sin los otros.
 
Es decir, ninguno puede faltarle a una persona para ser persona.
Pero la conversión entre ellos no es completa, pues se distinguen realmente entre sí.
 
Cada trascendental personal es dual, actuoso, al convertirse con el trascendental jerárquicamente superior. Es importante la tarea de descubrir el orden de los trascendentales personales.
 
Existen varias propuestas entre los polianos sobre el orden de los trascendentales.
 
Po ejemplo, el gran autor poliano Jorge Mario Posada, en su intervención en el blog de los polianos (el de Juan A. García), nos explicaba que hay cuatro trascendentales propios del ser personal: libertad, co-existir o intimidad, inteligir y amar personales.
 
Los trascendentales clásicos tienen un orden que si no se respeta, trastrueca la filosofía, a saber: ser, verdad, bien, y belleza.
 
Pues bien, Jorge Mario propone como orden de los trascendentales antropológicos el siguiente: libertad e intimidad, inteligir y amar.
 
Aún dice más: el co-existir denotaría el acto de ser humano personal de tal manera que vale para los cuatro trascendentales antropológicos, si bien se corresponde más que nada a la intimidad.
 
Y el "además" también vale para los cuatro, aunque conviene más a la libertad.
 
Sin embargo, en mi intervención en el blog de Juan A. García, me permití disentir de ese orden, coincidiendo con el que había propuesto Enrique Golmayo. A mi entender, y pienso que en esto estoy también de acuerdo con Juan A. García, el orden es el siguiente:
1. Co-existir personal
2. Libertad trascendental
3. Inteligir personal
4. Amar personal.
 
Y tal como pidió Enrique Golmayo, se puede establecer una correspondencia, no simétrica, con los trascendentales clásicos.
 
1. El ser metafísico se corresponde con el co-existir personal y la libertad.
2. La verdad metafísica se corresponde con el inteligir personal.
3. El bien metafísico se corresponde con el amar personal.
 
Entonces, ¿qué es la intimidad?
Pienso que es el conjunto de dualidades íntimas del ser personal.
Es cierto que Polo llama también "intimidad" a uno de los trascendentales personales, concretamente a la co-existencia personal, (de ahí la proposición de Jorge Mario Posada de considerar la intimidad como uno de los trascendentales, en lugar del co-ser), pero otras veces refiere la intimidad al ser personal sin más, es decir, a ese carácter de apertura propio de la persona (apertura interior y hacia dentro). La persona está abierta por dentro, es capaz de acogida.
 
En un punto estoy de acuerdo con Jorge Mario: el además conviene a los cuatro trascendentales personales, aunque convenga más a la libertad, que es un acto siempre insatisfecho.
 
Y llamaremos "carácter de además" de una parte a la dimensión "metódica" del abandono del límite, que desvela el ser siempre más y de otra parte el alcanzar que somos adverbio, que somos hijos, que somos siempre más.
 
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Adam Solomiewicz propone una reconfiguración de los trascendentales personales.
A mi entender, se trata de ordenar de otro modo la manera de presentarlos.
En lugar de decir Co-ser; Libertad; Entender; Amar; propone decir Co-Ser; Entender; Amar; Libertad (la libertad de la gloria de los hijos de Dios).
 
En esto sigue, a mi entender, la inspiración del poliano quizás más trabajador, Juan Fernando Sellés.