Distinción. Nada. Creación

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Distinción. Nada. Creación


(Las cifras se refieren a las páginas de Antropología trascendental I).

En Antropología trascendental I, p.130, Leonardo Polo tiene un epígrafe titulado "La distinción de la criatura con el Creador. La noción de nada".
Intentemos entenderlo pues nos dará luz sobre tres nociones clave de la filosofía poliana : distinción, nada y creación.

130.4 En primer lugar debemos comprender que no es lo mismo distinción que diferencia.

131.2 Es preferible hablar de diferencias cuando se trata de la pluralidad de objetos. Los objetos no son las cosas reales, sino la intención de las operaciones de nuestro pensar. Los objetos son irreales.
Las diferencias corresponden al orden lógico (por ejemplo, la oposición, las comparaciones… entre objetos de nuestro pensamiento).
131.5 Los objetos sólo se piensan en términos de unicidad (sólo se piensa lo uno, dice Aristóteles).
Las diferencias no son demasiado importantes. Por ejemplo, la diferencia entre lo que se mueve y lo inmóvil es menos radical que la distinción entre "ser" y "nada".

130.4 "Distinción" es una palabra que se usa en distintos sentidos. Sería incoherente otorgarle un sentido unívoco.

a) Ante todo, la "distinción" es trascendental : existen distintos actos de ser. Cada acto de ser es "distinto".
El Creador es distinto de la criatura.
La criatura personal es distinta de la criatura que es el ser del universo físico.

b) Asimismo, se habla de "distinción" real de "ser" y "esencia".
Aquí está el culmen de la filosofía tomista : en las criaturas, "ser" y "esencia" son distintos.
Polo distingue aún más : la "distinción" entre acto de ser personal y esencia humana, es "distinta" de la "distinción" entre acto de ser del universo físico (al que también se le puede llamar ser extramental creado) y su esencia (la tetracausalidad).
Los actos de ser creados son trascendentales. Sus esencias no lo son.

c) 131 Por último, las esencias creadas también guardan "distinciones" internas, justo en tanto que se distinguen realmente del acto de ser.

131.3  La manera clásica de enfocar lo trascendental es objetivista y parte de la unidad del ente.
Sin embargo, la distinción es tan primaria como la unidad.
Trascendental no puede significar lo universalísimo. La distinción también es trascendental, o tan primaria como la unidad.

131.5 El sentido trascendental de la distinción no puede ser pensado objetivamente, pues los objetos sólo se piensan en términos de unicidad.

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Veamos ahora la distinción entre "ser" y "nada".
131.6  Es problemático que la nada sea pensable.
Pensar la nada comporta la nihilificación de la operación.
Podemos pensar la "diferencia" entre nada y operación. Pero siempre se piensa "algo".
132  No se puede pensar un universal que abarque el ser y la nada. A lo más se puede pensar la nada como no-ente, pero nada no significa no-ente.
No cabe decir que la nada empiece o deje de ser, o que sea eterna: se trata de expresiones sin sentido.

132.3  Dicho de otro modo: si se apela a la noción de diferencia, la nada es inasequible; la diferencia es inseparable del límite mental. Para pensar hay que objetivar.

Polo afronta la cuestión de la nada gracias a su método de abandono del límite mental.
Es un asunto que Polo declara sumamente difícil, pero muy importante, porque si no nos percatamos de la distinción ser-nada, la creación no se pone en claro.

Don Leonardo se ocupa de la nada en El ser, capítulo V, II, A.
En ese apartado se destaca la proximidad a la nada de la esencia extramental (la tetracausalidad del universo físico).
En efecto, cabe entender la potencia esencial como el "antes" temporal.

Y cabe entender el acto de ser extramental, o acto de ser del universo físico, llamado también "persistencia", como el "después" temporal.
La persistencia es el comienzo que ni cesa ni es seguido.

La "ocurrencia" de la esencia extramental no sigue a la persistencia.
No es tampoco la culminación de la persistencia.
La esencia es un análisis de la persistencia.
Y en tanto que "antes", lo que indica es la carencia de identidad de la persistencia del comienzo creado.

Fíjense bien que de este modo, la esencia extramental no se distingue por sí misma de la nada.
Sola, se quedaría en el "antes", en la nada. Sería nada.

Si se distingue de la nada es gracias a que la persistencia la admite como análisis suyo.

Solamente en este "juego", no objetivo, de nuestro conocer atisbamos lo que es la nada: el antes si no existiera el después.

Llegamos así a la conclusión poliana : la criatura se distingue más de Dios que de la nada.
Dios es el Ser Originario, Idéntico.
La criatura es inidéntica. Su ser depende del Creador.
Sin su "ser", la criatura sería "nada".

Dicho de otra manera, si podemos hablar de "nada" es porque la criatura se distingue de Dios. En la medida en que Dios da el ser, distinguiéndolo de Dios, podemos hablar de nada.

132.4 La distinción de ser y nada cede ante la distinción de la criatura y Dios. La criatura sigue siendo, gracias a que se distingue de Dios.

133.2  Creación significa que la distinción real entre lo categorial y lo trascendental (la que hemos señalado más arriba como "b") no es la más radical.
Es más trascendental la distinción de la criatura con el Creador.

133.3 La noción de creación es inaccesible si no se tienen en cuenta estas dos distinciones:
- lo que se distingue de la nada (ser-nada);
- la distinción criatura-Creador.

La distinción criatura-Creador es mayor que la distinción ser-nada. Algunos pensadores se percataron de ello formulando tesis que, sin embargo, no son sostenibles.
Por ejemplo, Meister Eckhart sostiene que la criatura es nada.
Por su parte, Ockham (no en vano Eckhart y Ockham son contemporáneos) afirma que la criatura es pura contingencia.

133.4  Estas formulaciones son explicables por la dificultad del tema, pero son incorrectas porque la distinción entre la criatura y el Creador es tan profunda que entenderla como "diferencia" es una equivocación metódica.
La distinción criatura-Creador no es la diferencia uno-otro.

El error metódico reside en que la noción de "diferencia" es negativa; en cambio, la distinción es positiva.
Si Dios y lo creado fueran diferentes, se podría añadir uno a otro; de manera que la expresión "Dios y la criatura" tendría sentido, pues podemos "pensar" a los dos a la vez.
Pero como no tiene sentido decir "Dios y la criatura", es por lo que algunos concluyen que la criatura es nada, al no añadir nada a Dios.

134.2 Dios no es lo absolutamente diferente, sino máximamente distinto.
Es menester encontrar el modo de conocer las distinciones en el plano del ser.

134.3  Así se muestra uno de los motivos de la propuesta poliana de abandonar el límite mental.
Abandonando el límite mental, en su primera dimensión, advertimos el ser extramental y la Identidad originaria; y ejerciendo la tercera dimensión, alcanzamos el ser personal ;  y al no encontrar réplica en nuestro interior mostramos que Dios existe.

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