¿Es Hegel panteísta?

 


Según Hegel Dios tiene que conocerse a la par que conoce al mundo, pues se considera que ‘Dios no es Dios sin el mundo’.

Esto, que para muchos equivale a panteísmo, Polo lo describe como ‘panlogismo’, porque estima que responde a pretender alcanzar una idea máximamente general en la que se subsuman todas las distinciones.

 

El monismo subjetual del Absoluto lógico hegeliano difiere del planteamiento de la fe que confiesa la Trinidad de Personas en Dios”, porque el Dios de Hegel ni es personal ni real.

 

El Dios de Hegel es una idea general.

¿Es el concepto una salchicha?

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Para Hegel el concepto es un embutido.

"Universal concreto" es la definición que da Hegel del concepto, Begrif.
Begriff viene de greifen; y greifen significa agarrar. Begriff no es tanto el generar ("Concepto" en castellano viene de concebir; está en el orden de la generación: es el verbum). En Hegel concepto también tiene que ver con la generación, pero sobre todo tiene que ver con el carácter abarcante: aquello en que todo está reunido, totalizado y absolutizado.

Hegel ve el concepto también desde el punto de vista de la generación, pero sobre todo desde el punto de vista de la asimilación; en el concepto todo está integrado, todo está embutido. Yo suelo decir que la filosofía de Hegel es la filosofía de la salchicha de Frankfurt, la filosofía del embutido; porque el concepto en Hegel está tomado fundamentalmente de la nutrición, más que de la generación.

Es un embutido, y en un embutido está todo; y está todo conciliado; si se practica un corte en el embutido se ve lo concreto: la realidad del embutido, su contenido, lo concreto del embutido. Pues bien, lo universal es el embutido entero. Eso es el concepto para Hegel: lo que abarca todo y no deja nada fuera; y al abarcarlo todo, además no hay una pugna interior en virtud de la cual aquello quede dividido, no hay drama interior. Pero, sobre todo, en el embutido se puede meter todo.

Su apuesta por el concepto es el equilibrio que Hegel siempre buscó; porque el concepto es la totalidad en que se encuentra todo, que no deja nada fuera; una totalidad que no tiene escisiones interiores, como sí las tiene el juicio.

Por lo tanto, el concepto consigue la conciliación de todos los contrarios, sin diferencias internas que lo desgarren; el concepto tiene la fuerza de unirlo todo, es el universal concreto.








De esto habla Polo en "Introducción a Hegel", p. 56.
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¿Qué dos etapas históricas ha habido en las relaciones fe-razón?


La primera etapa, buscar su armonía.

La segunda, probar la desarmonía.

 

Primera etapa. El profesor Sellés explica que a lo largo de la Patrística se tendió a unir fe y razón.

 


Así, por ejemplo, Polo alude a San Gregorio Nacianceno y dice de él  que “la distinción, tan neta hoy, entre la teología de la fe y la filosofía..,  no era tan clara en los autores cristianos preme­dievales y en la Patrística griega.

Los padres griegos y latinos no separaban tanto como los escolásticos del s. XIII la teología de la filosofía.

 

Y Agustín de Hipona relacionaba ambos saberes con la célebre expresión ‘entiende para creer y cree para entender’.

Lo propio de ambos saberes es el conocer.

No se oponen, aunque sean jerárquiamente distintos, se ayudan mutuamente.

San Anselmo lo dice: la fe busca entender, y el intelecto la fe.

 

Segunda etapa. Se tiende hacia la discordancia. El averroísmo impone la teoría de la doble verdad. Su dualismo rompe la armonía. La filosofía se independiza de la fe.

Don Leonardo, que es un gran historiador de la Filosofía, pone a Escoto como el precedente de la modernidad que comienza propiamente con Ockham.

En esta etapa Polo alude, además de a los dos recién mencionados, al menos, a los siguientes autores: Lutero, Kant, Hegel, Kierkegaard, Heidegger, Rahner, y como contrapunto de ellos, a santos como San Juan de la Cruz o Sta. Teresa de Jesús, o a literatos como Chesterton. 

¿Cómo se distinguen la fe humana, la fe filosófica y la fe sobrenatural?

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Fe humana: confianza
Fe personal (o filosófica): búsqueda de Dios
Fe sobrenatural : cierta anticipación del conocimiento glorioso de Dios.
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Llamamos fe humana al fiarse de alguien. Conocemos por el testimonio de otro.
 
Sin embargo, llamamos fe filosófica a la fe que también se puede denominar “intelectual”, “racional”, “personal” e incluso “natural”.
Se trata de una apertura transcendental del intelecto personal de  la persona humana.
Apertura desde su creación. Dios ha creado así a la persona humana.
 
La llamada inicial de Dios, al crearla, provoca la búsqueda de la verdad. Y la Verdad más alta es Dios.
 
La fe intelectual, personal o filosófica es, por lo tanto,  la búsqueda de Dios. Es la culminación de la intelección humana.
 
Pero atención, culminación no significa “llegada”. La búsqueda no cesa. Siempre podemos conocer más a Dios. También en la Gloria. Siempre más Dios.
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La fe es coronada por cuatro dones del Espíritu Santo: sabiduría, inteligencia, consejo y ciencia.
 
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¿Y la fe sobrenatural? La fe sobrenatural es otra elevación del conocer personal.
Una anticipación, mayor o menor, de la fe que tendremos en el Cielo.
La fe sobrenatural aclara, colorea y da brillo al conocimiento natural de Dios.

¿Cómo era la oración de don Leonardo Polo?

 


Ver rezar a don Leonardo ante el Sagrario era ver cómo vivía su encontronazo con Dios, con la verdad de su Vida.
Era un aceptar lo que Dios le iba dando, aumentando la comunión con su Réplica.
 
Más que oración mental habría que llamarla oración trascendental.
 
Juan Fernando Sellés dice que entre Polo y Dios, en su oración, no había ni un papel de fumar.
No “hacía” oración, sino que su persona era orante.
Estaba ensimismado en las Personas divinas como un niño que balbucea. Como un niño al que Dios premia con nuevas luces.
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¿En qué se parecen el gnosticismo y el averroísmo?

 


Son un naturalismo racionalista, generalizante.

Pretenden explicar la realidad con sus ideas racionales omniabarcantes.

Ambos pretenden subordinar el tema de la fe a la razón humana.

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¿Son la fe natural y la fe sobrenatural dimensiones de la fe?

 


La fe, más que certeza, es un nuevo modo de “conocer”. 
Un conocer más alto y profundo.

Toda persona humana, al ser creada, goza de una apertura hacia el conocimiento de Dios, una búsqueda activa, dándose cuenta o sin darse cuenta, de la Verdad.

Es lo que llamamos fe “natural”.

Este conocimiento, que se va alcanzando de Dios, se enriquece por la revelación que Dios hace del conocimiento que tendremos en el Cielo. Es una “anticipación” del crecimiento irrestricto que tendremos de la intimidad en Dios.

Por eso podemos decir que la fe sobrenatural es una dimensión de la fe que evita la desfuturización del conocimiento divino. 
Siempre podremos conocer más.

La fe tiene, pues, dos dimensiones: conocer más y conocer sin cesar.

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¿Qué es la fe intelectual?

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La fe intelectual, racional o personal, también llamada filosófica o natural, es un don infuso propio a la persona humana.
 
Es potencia obediencial que se activa crecientemente, cada vez con más intensidad, naturalmente, en la medida en que el intelecto se abre a su destino.
 
Se distingue de la fe sobrenatural como entre lo propio y lo recibido por anticipación del Cielo.
 
La fe intelectual es la culminación de la intelección humana.
No es un don "añadido", sino propio, última fase del desarrollo de la intelección.
 
Esta fe natural, racional, intelectual y personal, es el conocimiento verdadero de Dios, fuente de Amor que desea darse a conocer.
 
El tema de la fe será siempre "misterio".
 
En suma, la fe personal es el saber lúcido de la índole irrestricta de nuestra intelección.
 
 
 
Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe
 
Para saber más ir a las etiquetas:
5.13.3 fe
5.13.3 misterio
12.8.1 fe sobrenatural


¿Radican las virtudes teologales en la voluntad o en la razón?

 


Así pensaron los autores clásicos.

Pero esto presenta varias aporías.
Por ejemplo ¿cómo es posible que se den estas realidades en la inteligencia y la voluntad cuando éstas potencias son todavía pasivas, por ejemplo en un niño recién nacido y bautizado?
 
De ahí que sea importante fijarse en la distinción real: el acto de ser y la esencia.
Nativamente cada persona humana tiene dimensiones activas que radican precisamente en la actividad del acto de ser personal.
 
Y aquí encaja perfectament la antropología trascendental poliana que descubre cómo el acto de ser personal no es simple.

Está conformado por cuatro trascendentales personales: el co-ser, la libertad trascendental, el conocer personal y el amar personal.

Nosotros sostenemos que la humildad trascendental radica en el co-ser; la esperanza en la libertad; la fe en el conocer personal y la caridad en el amar personal.
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¿Cuál es el tema de las virtudes teologales?



El tema de las virtudes teologales es Dios.

Las virtudes, en la comprensión poliana, son actos superiores a las operaciones inmanentes.

Si hago un “acto” de fe, al rezar, es porque más arriba Dios me está elevando en mi relación con el Hijo (esa elevación de la relación es la apertura transcendente que llamamos fe, pero no la fe sobrenatural, sino la intelectual).

 

La esperanza es la elevación hacia el Padre.

 

La caridad es la elevación en el Espíritu Santo.

 

Y la humildad es la elevación con mi Madre, María. 

¿Qué son las virtudes teologales?

 

Las virtudes teologales, según Polo, son elevaciones de los distintos trascendentales del acto de ser personal humano.
 
No olvidemos que hay una fe “transcendente” (elevación natural) y una fe sobrenatural (anticipación de nuestro “ver” en el Cielo).
 
Por lo tanto, y desde la inconformidad del profesor Sellés, las elevaciones de los distintos trascendentales personales pueden ser transcendentes y sobrenaturales (éstas, las sobrenaturales, se corresponden con las virtudes teologales clásicas de la teología).
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Si naturalmente ya somos hijos de Dios, ¿qué añade el bautismo?

 


Los sacramentos son signos eficaces de la gracia santificante.

Y sostenemos que la gracia santificante es una “anticipación” de nuestra filiación eterna en el Cielo.

Gracias al bautismo podemos saber y amar con la Vida que tendremos en el Cielo.

Sin embargo, eso no quiere decir que tengamos ciencia infusa, porque la persona humana libremente debe “querer”. De ahí que sea necesaria la catequesis y la educación en las virtudes.

¿Por qué el hábito es superior a las operaciones?

 


El hábito es superior al acto (al acto en cuanto operación inmanente) porque el ser personal es jerárquico en su intimidad.

Los hábitos y virtudes siempre son más activos que las operaciones inmanentes que derivan de ellos.

 

El hábito teologal nos abre a Dios siendo como es una elevación divina. 

Dios tira para arriba y la persona acepta lo que Dios le va dando.

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¿Qué es superior, el hábito o el acto?

 


Si seguimos estrictamente la tradición, diremos que es superior el acto y que el hábito es una disposición, un accidente, que permite realizar antes, más y mejor el acto.

 

Sin embargo, si consideramos que el hábito es también acto, y un acto superior a la operación, nos daremos cuenta de que la virtud es más alta que sus actos.

 

¿Por qué? Porque los actos son jerárquicos y, como en una escala, le miembro inferior está unido al superior. Ver con la luz del superior es más que lo visto con la luz del inferior.

 

El acto de ver a un pobre con generosidad o piedad es superior al acto de ver al pobre.

 

Las virtudes teologales no son, pues, disposiciones, accidentes, sino elevaciones.

 

Y sostenemos que son elevaciones de los trascendentales personales. Radican en el acto de ser personal.

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¿Qué es la apertura transcendente?

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Es el fruto de la llamada inicial.

Se llama también apertura hacia Dios o co-existencia en Dios.

La llamada inicial la estudiamos en la etiqueta 5.15.0 y también se puede considerar y denominar segunda creación.

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¿Es equiparable la insistencia en la llamada con las gracias actuales de la teología?

 

Cuando trabajamos lo hacemos con la ayuda de Dios.

No es una ayuda “externa”.

Dios nos da el ser y el actuar, naturalmente.

Dios nos inspira.

Eso no quiere decir que nos diga cómo vamos a marcar el penalti, sino que nos da la luz de la inteligencia para intentar hacerlo bien por nosotros mismos.

No es una ayuda violenta o externa.

Podríamos, pues, hablar de gracias actuales naturales.

 

La teología clásica tiende a llamar “sobrenatural” a todas las ayudas de Dios, de ahí que mi opinión sea  que debemos reservar el calificativo de “sobrenatural” a las “anticipaciones” de nuestro crecimiento en el Cielo. 

Son gracias sobrenaturales distintas de las gracias actuales naturales que componen el mantenimiento trascendental de la llamada inicial.

Son ayudas añadidas por la mediación de Cristo glorioso.

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¿Qué es el encontronazo?

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Polo llama "encontronazo" al encuentro con la Verdad. Con mi verdad personal.

Es encontronazo porque no es un encuentro con una verdad cualquiera, por útil que sea, sino alcanzar lo mejor que nos puede pasar: el desvelamiento de nuestro ser personal que coincide con el origen de la libertad.

Es el primer amor, el enamoramiento que nos lanza a cantar.

Encontrar esa verdad es enamorarse. Es un acto inmenso, un acontecimiento enorme que dará sentido a toda nuestra vida. A partir del encontronazo sabemos cuál es nuestro encargo, el camino de nuestra verdad.

No se trata de un simple encuentro con el dinero que nos faltaba para hacer el viaje. No es la alegría de terminar de escribir un libro. Aquí estamos ante un "encontronazo", lo inesperado, lo que está fuera de toda utilidad. Es la fuente de mi futuro.

Con el encontronazo la libertad se pone en marcha, traspasa la verdad, cantándola. Mi libertad es mi canto. Sin interés.

En la verdad todo el hombre retiembla.

Por eso suelo decir que el encuentro es un encontronazo.





Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;
Etiqueta 5.2.1 la verdad.
Etiqueta 1.1.2 libertad
Etiqueta 5.5.4 libertad personal
Etiqueta 15.0.0 Polo genial

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¿Por qué dice Polo que la verdad es el contexto del enamoramiento?

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Lo dice hablando no de una verdad cualquiera, sino de la verdad personal, mi verdad trascendental.

Al encuentro con esa verdad, Polo lo llama enamoramiento. Que no es sentimental, sino íntimo.

Platón habla del amor como deseo de engendrar en la belleza. Ese "deseo" apunta más bien a una motivación, a una idea que mueve.

Aquí estamos en otro contexto. Estamos en el contexto del desvelamiento de mi co-ser, siempre más. Enamorarse lleva consigo la aparición de actos de homenaje a la verdad encontrada, y sólo a ella. Actos que antes no se podían ejercer o expresar de ninguna manera.

No se trata de un "sujeto" aislado que conoce "verdades" o motivos para su realización. Es un encuentro entre el Creador y su hijo.

Es la novedad de la libertad creada, filiación, que busca y encuentra el sentido de su vida: cantarle a su Creador.

Esta novedad toma cuerpo, o se manifiesta, en nuestra vida, arrancando enteramente de la inspiración que el encuentro trascendental provoca.

Lo que da sentido a mi vida es el desvelamiento de mi ser. La verdad personal es el contexto en el que me enamoraré, siempre más.






Para saber más leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, pp. 197-206
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¿Es la persona humana intrínsecamente dual?

 

Sí.

 Mientras el acto de ser del universo es unitario y el acto de ser de Dios es trino (un Dios en Trinidad de Personas divinas), el acto de ser personal humano es dual.

 Por eso, mejor que hablar de acto de ser humano es llamarlo co-acto de ser humano.

 El co- del co-acto indica su índole intrínsecamente dual.

 

Así habla el profesor Sellés en la sesión nº 3 de la Síntesis de Antropología poliana, que está impartiendo para los seguidores de “Presente y futuro del hombre”.

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¿Sabe Hegel cantar?

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Hegel no sabe cantar.
Hegel aspira a una especie de contemplación "terminativa" de la verdad, y sienta una equivalencia de la verdad con su contemplación especulativa.

Se queda corto.

Primero porque la verdad no es lo primero. (Lo primero es el ser).

Y segundo porque la verdad no es lo último. (Lo último es el Amor).

Cuando uno encuentra su verdad personal (su vocación) ha de vivirla (esencia o manifestación dispositiva humana), y al vivirla, la verdad se despliega como canto a partir de su encuentro.

Los ángeles cantan.






Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3




¿Dónde radica la filiación?



La filiación tiene su raíz en el acto de ser personal.

La elevación sobrenatural también.

No es que las otras dimensiones humanas no sean elevadas, pero no son elevaciones “radicales”.

La filiación “radica” en el acto de ser.

 

Para Polo la expresión «el hombre es persona» equivale a «el hombre nace de Dios».

Persona humana e “hijo de Dios” son equivalentes.

 

Persona, tal como muy bien defiende Sellés, es el acto de ser personal. 

¿Cuál es el límite mental?

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Polo llama “límite mental” a la presencia

A la mismidad que se da en el conocer operativo, en el que se piensa lo que se piensa : el objeto.

Pensamos "lo mismo" que pensamos.

Al conocer objetivamente, con objetos, convertimos el ser en objeto y lo “desrealizamos”.

Al conocer operativamente, estamos limitados a los objetos del conocimiento que por su propia naturaleza, objetiva, nos limitan el conocimiento del ser.

Abandonar lo presente (abandonar el límite mental) recuerda la necesidad de profundizar, de buscar más allá de lo dado objetivamente.

Si nos quedamos prendidos en lo que ya hay ahí delante, limitamos las posibilidades humanas, porque el hombre es un ser trascendente, capaz de conocer lo que hay más allá de los objetos : el universo, las personas, Dios.


Comentario de pedaleos y mas
¿cómo abandonarlo, y llegar a la realidad?
 
Comentario de Jo
¿Cómo enseñar a ver a un ciego?
 
Se aprende a nadar nadando.
 
Quiero decir que el método propuesto está a nuestro alcance. Sin conocer el método, lo utilizamos. Veamos los cuatro casos :
 
Cuando advertimos el ser extramental hemos abandonado el límite mental en su primera dimensión.
 
Cuando encontramos la esencia extramental hemos abandonado el límite mental en su segunda dimensión.
 
Cuando alcanzamos el ser personal hemos abandonado el límite mental en su tercera dimensión.
 
Cuando accedemos a la esencia de la persona humana hemos abandonado el límite mental en su cuarta dimensión.
 
En los cuatro casos conocemos la realidad.
Más que “llegar” a la realidad, la conocemos.
Porque todo lo que es, es real. No necesitamos llegar a ella porque somos reales. Es evidente que existimos.
 
El objeto del pensamiento sí que es irreal.
Pero el objeto es intencional : nos envía al aspecto de la realidad que conocemos.
 
Comentario de Juan García :
Otro enfoque es decir que el límite es la presencia.
 
Abandonar lo presente recuerda el inferior papel de la sensibilidad para la filosofía clásica: la necesidad de pensar, de profundizar, de buscar más allá de lo dado lo que es verdaderamente importante.
 
Si nos quedamos prendidos en lo que ya hay ahí delante, limitamos las posibilidades humanas, porque el hombre es un ser trascendente.
 
 ¿Os dice algo esta reflexión?
 
Comentario de Jo :
Claro, Juan, que nos dice algo.
 
Añado tu comentario a la respuesta.
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¿Cuál es el carácter de cada apertura transcendental?

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1. El carácter del co-ser es la humildad trascendental.
 
2. El carácter de la libertad es la fidelidad trascendental.
 
3. El carácter del conocer es la filiación divina trascendental.
 
4. El carácter del amar es la comunión trascendental (servir).
 
La apertura transcendental tiene cuatro puertas que se convierten entre sí.


Los tipos de gracia

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Nos proponemos estudiar la gracia en diferentes etiquetas:
 
- la gracia en general (12.7.0)
 
- la gracia primera o llamada inicial (5.15.0)
 
Esta gracia primera, cuando incide en el primer trascendental personal,  la podemos llamar gracia original (cuyo fruto es la apertura transcendental que llamamos humildad y estudiamos en la etiqueta 5.13.2 humildad)
 
Los frutos de la incidencia de la gracia primera en los otros tres trascendentales son las otras tres aperturas transcendentales que llamamos esperanza (5.13.4), fe (5.13.3) y caridad (5.13.5)
 
- la gracia personal o insistencia en la llamada (5.16.0)
 
- y la gracia santificante (5.16.2).
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Veamos con más detalle  lo dicho :

- la gracia primera. (5.15.0)
No es otra cosa que la llamada inicial abriendo las aperturas transcendentales (esperanza, fe y caridad), redundancia de la llamada inicial en los radicales personales.
Es la creación segunda (la creación primera es la creación del universo).
 
- la gracia personal, que se corresponde con la elevación llamada “insistencia” o mantenimiento de la llamada (5.16.0).
Pase lo que pase Dios mantiene su decisión de incluir las personas en su ámbito de máxima amplitud.
La teología llama a este conjunto de gracias, gracias actuales.
 
- la gracia santificante de la teología (5.16.2);

¿Existen varios niveles en lo "sobrenatural"?

Sí que existen varios niveles de lo sobrenatural, y podemos agruparlos en cuatro.



 

El nivel más bajo (y el más evidente) es el nivel de las realidades que llamamos "milagros".

Obras que manifiestan directamente el poder de Dios y que se distinguen de las modificaciones técnicas que son obras realizadas por el trabajo del hombre.

La noción de milagro señala con suficiente nitidez la diferencia de lo sobrenatural con lo natural. Se suele definir el milagro como una excepción respecto al orden natural que sólo es posible por influencia divina, aunque sea realizado por un hombre.

El mayor taumaturgo es Jesucristo.

 

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El segundo nivel es lo que llamamos "gracia sobrenatural".

Es una elevación, pero una elevación distinta de la elevación creacional (hemos hablado de las 5 elevaciones trascendentales en la etiqueta 5.7.0)

La santificación o gracia santificante es una elevación distinta de la elevación creacional (con sus tres dimensiones : creación, llamada inicial e insistencia).

La elevación que llamamos gracia santificante es una anticipación de la glorificación del cielo y es la que se llama propiamente sobrenatural.

Este nivel se corresponde con lo que San Juan designa con la palabra sémeion, signo, que indica directamente otro nivel de lo sobrenatural: la elevación sobrenatural que Cristo otorga al hombre. Y que llamamos gracia sobrenatural.

 

Por ejemplo,  los sacramentos, son signos eficaces (reales). La realidad sacramental es superior al sentido usual de la palabra milagro, por tener inmediata relación con la elevación sobrenatural de la criatura humana. (Primer perdón del Bautismo, perdón de los pecados, unión con Cristo en la Eucaristía).

 

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Y ahora veamos el nivel más alto, porque tampoco los sacramentos son la realidad sobrenatural más alta, pues, como se suele decir, Deus non alligavit potentiam suam sacramentis; y así, por ejemplo, es eficaz el bautismo de deseo, y Dios también puede perdonar los pecados atendiendo a un acto de contrición perfecta por parte de la criatura.

 

La conveniencia de acudir en este caso a la confesión es debida a que nadie puede estar seguro de que ha realizado un acto de semejante pureza.

 

El nivel más alto en lo sobrenatural es la Encarnación del Verbo pues proporciona una Vida muy superior a la naturaleza creada.

 

Con la noción de milagro no se alcanza a perfilar suficientemente la superioridad de la vida que proporciona la Encarnación del Verbo, sobre la vida de la naturaleza creada.

 

Y la realidad sacramental no debe ocultar que lo verdaderamente importante es Cristo mismo.

 

La clara prueba del favor divino es la Encarnación del Verbo, que, precisamente por ello, es el Autor de la realidad sacramental.

 

Toda la vida de Cristo está dedicada a dar gloria a Dios Padre, no sólo asegurando la felicidad de las criaturas humanas, sino también haciéndola residir en la donación de la filiación divina, es decir, en la unión con Él. Éste es el nivel más alto de lo sobrenatural.

 

La superioridad de la humanidad de Cristo sobre la realidad sacramental es debida a su unión con la segunda Persona divina.

 

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Pero aún hay más:

 

La incorporación del ser humano a Jesucristo está por encima de cualquier otro perfeccionamiento.

 

Lo sobrenatural es una anticipación creciente: el milagro, el sacramento-misterio, la Encarnación y la Iglesia que es el Templo de Dios. Iglesia-Madre como María.

 

La Iglesia es Madre que nos sitúa en Dios, como nuestras madres nos sitúan en el mundo.

 

El demonio quiere dividir, quiere que no reconozcamos a nuestra Madre, diciendo que es mala.

 

 

Entre otras cosas, la unión con Cristo lleva consigo la más estrecha unión entre los seres humanos. Por eso no es suficiente decir “Padre mío”, si esta expresión no va estrictamente acompañada de la fórmula “Padre nuestro”.

 

La paternidad divina es más real que la paternidad humana, la cual, en cierto modo, es excluyente.

Aquí todos somos hijos en el Hijo. Hermanos. Hijos de María.

Teología para Inconformes : ¿natural o sobrenatural?

 


El profesor Sellés aporta a la Teología natural y a la teología sobrenatural los avances realizados por don Leonardo.

 

En cada lección deberemos distinguir lo “natural” de lo “sobrenatural”, pues Polo es el filósofo de la distinción.

 

Así, por ejemplo, en teología sobrenatural hablaremos de la noción novedosa de “Elevaciónsobrenatural equiparándola a la gracia santificante tradicional.

E intentaremos distinguirla de las elevaciones antropológicas (que son gracias llamémoslas personales en cuanto que toda persona las posee, de entrada, al ser creada).

¿Es importante esta etiqueta 1.5.0 dedicada a la "distinción"?

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Polo es el filósofo de la distinción.

Esta etiqueta es una de las más importantes de nuestro blog.

En efecto, el descubrimiento más alto de la filosofía cristiana, con Tomás de Aquino, es "la distinción" entre acto de ser y esencia, que caracteriza a cada criatura.

Distinción que significa al mismo tiempo dependencia.

En efecto, el acto de ser creado depende de Dios y la esencia depende del acto de ser.

Polo prolonga ese descubrimiento ampliando la distinción. En efecto, además de la distinción del acto de ser con su esencia, Polo atiende a otras distinciones "en el interior" del acto de ser personal y con otros actos de ser. 

Ya es conocido cómo nuestro filósofo distingue entre el acto de ser personal (ser segundo) y el acto de ser del universo (ser primero) (Ver etiqueta 1.1.1).



Pero más importante aún es ampliar la distinción "en" el acto de ser personal.

El acto de ser personal está abierto o dualizado por dentro, es decir, no sólo se distingue de su esencia sino que además se distinguen dentro de él otras dualidades.

Cuatro son los radicales trascendentales del ser personal que se dualizan y distinguen entre sí.

Y cada radical trascendental es asímismo dual, con dos miembros cada uno, dualizados entre sí.

Se amplían así la distinción y las distinciones.

Y si osamos pensar a Dios descubriremos que la distinción más alta es la distinción intratrinitaria.

Dios es el absolutamente Distinto "en" sí. Es  eternamente distinto "en" tres Personas.

Como ven, es importante que nos hagamos muchas preguntas sobre lo que es la distinción.

Si me ayudan, iremos aprendiendo juntos.