¿Basta decir que la persona es un acompañar.se para entender la intimidad?

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No.
La persona no se limita a acompañar.
La persona humana es siempre además.
Acompaña con su esencia y sobre todo se amplía por dentro, siempre más.
Acompaña y es acompañada.

Se entendería mal el “ser que se acompaña” si se pensara sin “ser acompañado por otro”.
Acompañar.se señala la apertura.
Pero la apertura es hacia fuera y hacia dentro.

Co-existencia-con.
No cabe una consideración aislada de la co-existencia.
La persona humana acompaña, siendo acompañada.
Abierta hacia fuera, siendo apertura en ella misma y hacia dentro. Siendo intimidad.
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¿Qué relación hay entre el acto de ser y el tiempo?

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Distingamos entre el acto de ser del universo físico y el acto de ser de la persona humana.

El acto de ser del universo físico se sobrepone al tiempo.

El acto de ser de las personas alcanza el futuro sin desfuturizarlo.

Expliquémoslo:
Las criaturas comienzan a ser.

“Existir”, en tanto que acto de ser, consiste para ellas en ejercer una actividad distinta de su despliegue o de su manifestación esencial.
Una actividad dirigida a permanecer en el tiempo, orientada hacia después.

Existir no es solamente ser ya, estar aquí, ahora; sino que la existencia incluye una tensión hacia el futuro, más o menos intensa según los distintos seres existentes.

Y como no es lo mismo simplemente existir, que coexistir, pues existir es lo que hacen las cosas, y coexistir es lo  propio de las personas, la actividad de existir de las cosas será también distinta de la actividad de coexistir de las personas.

Las distinguiremos así: Lo propio del universo físico, lo propio de las cosas, es existir, persistir, seguir de antes a después, sobreponerse al tiempo (vale decir: durar; es una actividad que nunca alcanza el después, y por eso continúa siempre; en cambio, el ser humano, por coexistente, sí posee el futuro y es inseparable de él; lo conoce y lo espera, cuenta con él y se proyecta libremente hacia él.
Alcanza el futuro, pero sin desfuturizarlo.

Ideas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona” de Juan A. García González.

¿Por qué decimos que la persona humana es, de entrada, una intimidad ignota?

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Atención, cuando decimos “de entrada” nos estamos refiriendo a la persona humana tal como nace en el tiempo.
Somos espíritus en el tiempo.
En Dios la persona es siempre hija, nunca está sola.
Pero ahora nos referimos a la intimidad de la persona que “aún” no se conoce enteramente (no conoce que es de Dios).

Estamos ante una intimidad naciente. El niño, hasta llegar a la adolescencia, se va dando cuenta de que es un ser que acompaña, siendo acompañado.

Nunca está solo.

De entrada, la persona humana es un co-ser libre, naciéndose hacia dentro.

Su existencia no es aún tan intensamente activa como para ir tansparentando, en su intimidad, una réplica real de sí.
De ahí que digamos que no tiene réplica en su interior.
De entrada no conozco a quien me acompaña, aunque me voy sabiendo acompañado. (El bebé dirá: papá).

Somos una intimidad aún ignota.
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¿Es la intimidad personal un vacío?

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 La intimidad personal es, de entrada, un cierto vacío interior.
En su intimidad el hombre se encuentra inicialmente solo.
Cosa imposible pues la persona es el ser acompañado que acompaña.

Pero cuando aún no sabe de sí, carece del conocimiento de un quién que lo llene por dentro.

Polo lo expresa diciendo que la persona humana carece de réplica en su interior.

La sabiduría humana, el saber de nosotros mismos, no es un verbo personal, no es "otra" persona, es un hábito que dispone a conocer.
Pero siempre tiene sed: es el adverbio "además".

El hombre solo es un absurdo. De ahí que busquemos el quién que nos revelará nuestra identidad.

La persona humana es dual.
El primer momento de la dualidad personal es la apertura interior, la coexistencia. Carencia de réplica.

El segundo momento es la apertura hacia dentro, la búsqueda de réplica, la coexistencia-con.


Glosa a Juan A. García González: Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 351.2

¿Es la intimidad lo más relevante de lo humano?

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Sí. Lo más relevante de lo humano es su intimidad.

Claro está, entendida como la característica del ser personal, que se distingue del ser de la creatura cósmica, por estar abierto por dentro.

La intimidad es un cierto vacío interior, no sólo porque puede recibir, sino sobre todo porque puede dar. La intimidad es así la raíz de la dación.

Y no sólo de la donación, sino también de las demás manifestaciones de lo humano, ya sea a nivel corporal, sensitivo, apetitivo, sentimental o también para el lenguaje, el trabajo, la cultura, la técnica, la economía…, vamos, que el ser personal, intimidad en tanto que co-ser, no es otra cosa que la razón de nuestra dignidad.



De esto habla Juan Fernando Sellés en su libro "Antropología de la intimidad", p. 13
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Apertura o ampliación

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Estamos estudiando cuatro rasgos de la Intimidad:

Acompañar.se
Ampliación
Saber de sí
Corazón. Amor

Las preguntas siguientes se refieren al segundo apartado : “Ampliación”.
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Al describir la intimidad ¿es mejor hablar de acompañamiento o de ampliación?

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Polo prefiere hablar de ampliación trascendental.

Ser “acompañando.se” sirve para resaltar la solidaridad metódico-temática de la co-existencia.

El hombre solo es un absurdo.

Sin embargo, co-existir expresa sobre todo la amplitud interior del acto de ser humano.

La amplitud máxima es Dios.

La libertad personal es la inclusión en Dios.
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¿Por qué decimos que la intimidad, de acuerdo con la dualidad, permanece abierta?

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En primer lugar, decimos que la intimidad, de acuerdo con la dualidad, permanece abierta, porque no tenemos "réplica" en nuestro interior que comble nuestra dualidad.

Y tampoco tenemos réplica en el exterior.
Sólo Dios, puede decirnos quiénes somos. Y Dios no es exterior sino más íntimo que la intimidad.

El hombre coexiste con el Absoluto en la forma de una búsqueda esperanzada, sin término, de aceptación personal.

En el Juicio, Dios refrendará nuestro don y se fraguará nuestro destino, sin desfuturizarlo.



En segundo lugar, la intimidad de la persona que somos, permanece abierta pues así se mejora en diálogo.

Como el don que la persona espera que Dios acepte, es su propia vida, en la medida en que refrenda dones mejores, se mejora.

El co-ser que somos no se segrega, cerrándose o culminando, sino que crece al dar su don, su vida.
De ahí que permanezca siempre abierto.
También se perfecciona al perfeccionar el universo material.

 En tercer lugar, la intimidad permanece abierta porque el co-ser, que es la persona, significa "además", inagotabilidad abierta, que siempre dependerá de la fuente, del Origen.

De esto hablan  Alfredo Rodríguez Sedano y Juan Carlos Aguilera en su artículo " La intersubjetividad a la luz de la apertura íntima personal", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 39.2 y 40.4.

Para saber más sobre:
el futuro…………………………etiqueta 1.12.5
la réplica……………………….etiqueta 5.4.2
el buscar……………………….etiqueta 6.9.4
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¿A qué llamamos carácter de apertura?

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Salvador Piá apunta certeramente que la intimidad es el carácter de apertura de la persona.

Tenemos el proyecto de estudiar también en este blog, poco a poco, las aperturas de la persona humana.

Estudiaremos la apertura inherente de la persona que engendra la esencia en la etiqueta 5.12.5. La persona humana es creada con capacidad de darse manifestándose esencialmente.

Estudiaremos la apertura hacia afuera en la etiqueta 5.12.0, los tipos de coexistencia (5.12.1 hacia la criatura cósmica y 5.10.2 hacia el prójimo)

Estudiaremos la apertura íntima o trascendental, que se llama también simplemente intimidad, en la etiqueta 5.11.0

Y por último, estudiaremos la apertura transcendente en la etiqueta 5.13.0 (y el encuentro definitivo con Dios en la 5.18.0).







Para saber mucho y más sobre este tema ver el nº 24 de las conclusiones de la tesis de Salvador Piá "el hombre como ser dual" p.446.

¿Es la intimidad humana radicalmente dual?

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Sí que que lo es.

Don Leonardo, admitiendo cuatro trascendentales dirá que la intimidad es radicalmente dual –y doblemente dual– según la apertura interior (co-existencia–libertad) y la apertura hacia dentro (conocer-amar).

La persona humana es dual.
El primer momento de la dualidad personal es la apertura interior, la coexistencia. Carencia de réplica.

El segundo momento es la apertura hacia dentro, la búsqueda de réplica, la coexistencia-con.


Adam Solomiewicz propone el nacer-destinarse como dualidad radical.

¿Cómo se descubre la dualidad doble de la intimidad humana?

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La actividad libre del co-ser, al no encontrar réplica en su apertura interior, se continúa con la búsqueda hacia dentro.

No es otra cosa que  la búsqueda intelectual de réplica y la búsqueda amorosa de aceptación.

Así se aclara la dualidad doble de la intimidad humana: apertura interior y apertura hacia dentro.

¿Nos pondremos de acuerdo sobre la atribución de la intimidad?

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Probablemente nunca nos podremos de acuerdo. Sin embargo, coincidimos en las distintas dimensiones de lo que llamamos “intimidad”.

La persona es intimidad.

Pienso que, desde ahí, debemos llamar “intimidad” a la doble dualidad de los trascendentales personales, es decir, las dos aperturas íntimas descubiertas por Polo: interior y hacia dentro.

Sin embargo, la dualidad radical “nacer-destinándo.se” propuesta por Adam Solomiewicz es también “intimidad”. Esta dualidad está presente en todas las dimensiones de la persona humana.

Y el trascendental al que le va mejor el nombre de intimidad es el co-ser o co-existencia.

En cualquier caso prefiero llamar coexistencia al carácter de además.
Pues el además es el método para alcanzar el carácter de además como tema, es decir la co-existencia humana.
Polo identificael además como método” con el hábito de sabiduría, con el cual se alcanzan los trascendentales personales: «considerado como método, dice, el carácter de además equivale al hábito de sabiduría».

Luego el “además como tema” es la intimidad, la dualidad radical, la co-existencia.
Jorge Mario Posada prefiere así llamar “intimidad” a lo que la mayoría de los polianos llaman co-existencia.
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¿Carece de réplica la persona en su interior?

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Yo diría, en este asunto tan importante, que la persona carece de réplica en ”su” interior.

Es decir, cuando se abre interiormente, gracias a la libertad, la persona no encuentra réplica y por eso debe abrirse hacia dentro, buscándola.

Solamente encontrará su réplica en Dios.
La Réplica es más íntima que su intimidad.


¿A qué llamamos apertura "interior"?

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Llamamos apertura "interior" a la comunicación entre el co-ser personal y la libertad.
Es la dualidad formada por los trascendentales personales "co-ser" y "libertad".

La apertura "íntima" o intimidad de la persona humana, también llamada apertura trascendental tiene dos miembros : la apertura "interior" y la apertura "hacia dentro".

La persona humana es "además". Al estar abierta en su interior prosigue hacia dentro, queriendo siempre más.

Llamamos apertura "hacia dentro" a la comunicación entre el conocer personal y el amar personal
Es la dualidad formada por los trascendentales personales "inteligir personal" y "amar personal".

Para saber más sobre :
la apertura inherente:…………... Etiqueta 5.9.0
la apertura hacia fuera:……….… Etiqueta 5.10.0
la apertura íntima:…………….…...Etiqueta 5.11.0
la aperutra interior:…………….…..Etiqueta 5.11.3
la apertura hacia dentro:….…….Etiqueta 5.11.4
la apertura hacia el prójimo:…..Etiqueta 5.12.0
la apertura transcentente:……..Etiqueta 5.13.0
aperturas transcendentales:…. Etiqueta 5.13.1

¿Qué es la apertura interior?

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La apertura interior es el “co-ser – libre”.
Trascendental co-existencia + trascendental libertad.

El ser que se acompaña se da cuenta de que es interiormente activo y que el valor activo de la intimidad es libertad.
Por eso la apertura íntima considerada como actuosidad libre Polo la denomina apertura interior: «el descubrimiento de la intimidad como apertura interior es inseparable del valor activo, libre, de la co- existencia».

En pocas palabras, «la co-existencia es activa, y la índole de esa actividad es la libertad».

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¿Es la apertura un rebrotar?

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Ser persona es una intimidad que no se queda cerrada.

Es una intimidad en apertura, que siempre vuelve a brotar.

Una apertura que se desborda, siendo efusiva.
La persona humana rebrota, es una intimidad abierta.

El hombre no se reduce nunca a sí mismo, es siempre además. Es adverbio.
La adverbialidad es precisamente la intimidad.
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¿Se dobla la co-existencia con la libertad?

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Sí.
La co-existencia se dobla con la libertad trascendental.

La apertura interior es la primera dualidad trascendental de la intimidad.

La co-existencia (el co-ser que se acompaña) se dobla con la libertad (que es el valor activo del co-acto de ser personal).

Así se ve que la libertad es el trascendental personal más próximo a la co-existencia, con el que ésta se dualiza de inmediato o directamente.
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