¿Por qué los sentimientos refuerzan la articulación de nuestra vida?

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Porque son "redundancias".

Los actos humanos tienen consecuencias, repercusiones o refluencias, no sólo al exterior (cuando creo un programa informático), o cuando me enriquezco interiormente al adquirir hábitos buenos (y llego a ser "programador" informático), sino que también, tienen una redundancia afectiva pues, al actuar, "me encuentro" mejor o peor, me "siento" en una nueva situación.

Este "sentir" agradable o desagradablemente mi estado es, a su vez, un "precedente" de nuevos actos (si me compran el "programa" me "animo" a seguir programando).

Los sentimientos articulan mi vida al ser "precedentes" de mis actos y "consecuentes" a mis actos.
Se refuerza así (dándole color) la cadena de mi vida.

De esto habla Juan Fernando Sellés en el Cuaderno de Anuario Filosófico, nº 227, "Los filósofos y los sentimientos", p. 97.3
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¿Cómo se convierten los trascendentales metafísicos?

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No he encontrado tadavía la fórmula poliana para expresar el modo de conversión de los trascendentales metafísicos.

Para las trascendentales personales sí, se convierten por continuación.
La intimidad del co-existir personal humano se convierte con la libertad y, por continuación con los otros trascendentales personales.

Podemos encontrar una pista en AT I, p.219.2.
En efecto, sabemos que el sentido más alto del acto de ser es "dar".
Si no significase "dar", el acto de ser sería una trascendental cerrado (Parménides).

Luego la conversión de los trascendentales metafísicos no se entendería sin la apertura que se describe en antropología.
Desde el "dar", sí se entiende.
Sin el dar, ser-verdad-bien, trascendentales metafísicos, son lo mismo.

Desde el "dar", se entiende mejor que el trascendental absoluto "ser", se convierta con los trascendentales relativos, verdad y bien.

Quizá la fórmula para expresar esa conversión es : se convierten por "docilidad".
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¿Por qué se da en nuestros días tanto valor a la afectividad?

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Porque, tras Hegel, el conocer racional quedó desacreditado.
Y tras Nietzsche, la voluntad ha sido denigrada.

La afectividad aparece entonces como la instancia humana más credible.

Así lo ven representantes de la fenomenología, del existencialismo, del personalismo o de la postmodernidad.

Urge, pues, para no ser vaivenados por los sentimientos, encontrar las fuentes veras del alma: el núcleo "personal".

De esto habla Juan Fernando Sellés en el Cuaderno de Anuario Filosófico, nº 227, "Los filósofos y los sentimientos", p. 98.2

Para saber más:
Sobre los sentimientos:………………..…...Etiqueta 14.0.0
Sobre el ser de la persona humana:….Etiqueta 5.0.0
Sobre la intimidad de la persona:……..Etiqueta 5.11.0
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¿Conviene medir lo real de acuerdo con los sentimientos?

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No.

Conviene "pensar las cosas de acuerdo con ellas mismas, sin dejarse influir por el estado de ánimo… Los sentimientos son excelentes en el momento de la acción, pero no antes" (Polo, Antropología de la acción directiva, 90).

Los sentimientos no informan en directo de lo objetivo, sino que nos hablan de nosotros mismos, de nuestra situación.

La realidad no es solo mi yo.

De esto habla Juan Fernando Sellés en el Cuaderno de Anuario Filosófico, nº 227, "Los filósofos y los sentimientos", p. 98.3

Para saber más:
Sobre los sentimientos:……………………..Etiqueta 14.0.0
Sobre el ser de la persona humana:….Etiqueta 5.0.0
Sobre la intimidad de la persona:….…..Etiqueta 5.11.0

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¿Conviene desarrollar el tema de la esperanza?

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Ciertamente.

La antropología moderna es dinámica, pero demasiadas veces se centra en el pasado.

Seríamos sólo el producto de lo posible, dependiendo de las condiciones iniciales.
No hay lugar para la aventura.

Apelar al futuro es muy importante hoy, cuando el hombre tiene miedo de lo que puede pasar.

Vivimos un tiempo de fuerte pesimismo existencial (angustia, nada, náusea).

Las antropologías esperanzadas están en crisis porque el tema del futuro se nos ha cerrado
Es vital reabrir el tema del futuro y establecer el valor de la esperanza.
Sin futuro el hombre no puede vivir (o vive muy mal).

Hay que reestablecer la esperanza. Echar el ancla en el Creador Omnipotente, Bueno y Padre, que crea el futuro por su Logos, congruentemente.

El futuro tiene una razón, un sentido esperanzado: el Amor.


De esto habla Polo en su artículo "Tres dimensiones de la Antropología", aperecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 27.4.

Para saber más.
Sobre la esperanza:……………...Etiqueta 5.13.4
Sobre el futuro:………………..…..Etiqueta 1.12.5
Sobre la Antropología:…………..Etiqueta 5.1.0
Sobre la congruencia:………….. Etiqueta 2.11.1

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¿Qué es el mal?

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El mal es encontrarse ante la "nada".
Es lo que se suelle llamar un "sinsentido".
De pronto aparece ante nosotros un indescifrable.
La nada como aquello que carece de sentido.

Pues bien, eso es el dolor, eso es el sufrimiento: la experiencia del mal.

Sufrir no tiene sentido.
Duele una muela.

De esto habla Polo en su artículo "Tres dimensiones de la Antropología", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 28.2.

Para saber más.
Sobre el mal:………………..….Etiqueta 6.2.10
Sobre la nada:………………...Etiqueta 1.5.1 (en construcción)
Sobre el dolor:…………………Etiqueta 8.5.0
Sobre la muerte:……………..Etiqueta 10.0.0
Sobre la experiencia:…….…Etiqueta 2.2.1
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¿Qué es el dolor?

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El dolor es la ausencia “vivida” del bien.

El sufrimiento es la ausencia de sentido, abierta ante el ser humano.

El sufrimiento es lo oscuro que aparece ante la persona.
El sufrimiento es lo oscuro que aparece ante la apertura que la persona es.

El sufrimiento es un vacío ante el que la capacidad dialógica humana no encuentra ninguna palabra.

El sufrimiento es el enigma por antonomasia.

¿Está el mal en Dios?

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Nietzsche dice que la gran audacia especulativa del idealismo alemán es poner el mal en Dios : como el mal está en la historia, y la razón de la historia es divina, el mal está en Dios.

No, el mal no está en Dios, pero al recorrer el camino de la Cruz, Cristo dota de sentido al dolor.

En efecto, Cristo sufre para comulgar con el Padre en su dolor.
Un dolor que consiste en sentir la ausencia del bien que es el pecado.
La Comunión en ese dolor es el colmo del Amor.

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¿Qué es la ideología gnóstica?

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La ideología gnóstica, cuya aparición es recurrente en la historia, se basa en la tesis de que Dios creador es un dios torpe, malo, o las dos cosas.

Se atribuye el mal a Dios.

El gnóstico conoce la ciencia del bien y del mal


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¿Vive Dios de espaldas al mal?

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Hay gente que vuelve la espalda al mal. Pasan de largo. Ingenuos optimistas.

¿Males? Nada.

Otros inventan antropologías terapéuticas.
La de Habermas lo es. La de Freud también.

Sufrir no tiene sentido porque el sufrir aparece como el "sinsentido". No quiere decir nada. Salvo que alguien le dote de sentido.

Esto corresponde al Omnipotente. Si al dolor se le dota de sentido (Amor), entonces el drama terrible del mal es vencido.

Dios transforma la muerte en don.
Desciende a la arena para invitarnos a otorgar a la muerte su sentido donal.

A lo largo de la historia los pensadores dejan de lado el tema del dolor.

Dios lo remedia.

De esto habla Polo en su artículo "Tres dimensiones de la Antropología", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 28.3.

Para saber más.
Sobre el mal:………………..….Etiqueta 6.2.10
Sobre el dolor:……………...…Etiqueta 8.5.0
Sobre la muerte:……………..Etiqueta 10.0.0
Sobre Dios:……………………...Etiqueta 1.0.1
Sobre la Antropología……….Etiqueta 5.1.0
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¿Es el nirvana una solución al dolor?

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El dolor provoca toda una serie de antropologías "trágicas".
El nihilismo es una reacción al dolor insoportable.
Existe el mal. Luego "nada".

Si somos seres dolientes, aquejados, entonces somos unos desgraciados.

¿Para qué "tener" si todo termina en sufrir?

Buda es otro aterrorizado por el drama.
Por eso se abre a la indiferencia total, el nirvana; ésa es su solución: la nada.

De esto habla Polo en su artículo "Tres dimensiones de la Antropología", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 29.2.

Para saber más.
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Sobre el dolor:………………..…Etiqueta 8.5.0
Sobre la Antropología……….Etiqueta 5.1.0
Sobre la nada:………………....Etiqueta 1.5.1 (en construcción)

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¿Qué justifica una antropología "teándrica"?

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La respuesta al mal.

El dolor es un "sinsentido" que provoca las antropologías trágicas existencialistas y nihilistas.

La pregunta sobre el hombre entra en crisis ante el drama del sufrimiento.
Sólo una nueva dimensión del ser hombre puede superar la tragedia.

Filosóficamente sólo un Dios-hombre, sólo una nueva vida dará valor a nuestro "tener".

A esa antropología Polo la llama a veces "antropología teándrica".
No basta que el hombre sea capaz de tener y crecer.
El hombre es también capaz de dar.

Es capaz de dar sentido a su dolor, pues el dolor en Dios es Misericordia y en nosotros dolor de Amor.

De esto habla Polo en su artículo "Tres dimensiones de la Antropología", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 29.3.

Para saber más.
Sobre el mal:…………………….…….Etiqueta 6.2.10
Sobre el dolor:…………………………Etiqueta 8.5.0
Sobre la Antropología……………..Etiqueta 5.1.0
Sobre la Filosofía cristiana:...….Etiqueta 7.8.0
Sobre el "tener":………………….….Etiqueta 1.9.1
Sobre el "dar":…………………….....Etiqueta 1.0.2
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¿Qué es lo experimental?

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Lo estrictamente innegable.

Algunos lo llaman "vivencia", pero es una mala traducción del alemán.

Es mejor hablar de "experiencia".
En la vida del hombre aparece la realidad de modo experimental.

De esto habla Polo en su artículo "Tres dimensiones de la Antropología", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 28


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¿Por qué llamamos "apertura" a la dualidad?

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Porque la persona se "abre" precisamente porque es dual. Se abre al desdoblarse con sus hábitos.

El ser primero, que es la persistencia del universo, es sencillo, no está abierto y no se abre, no coexiste, no se desdobla.

El ser segundo (la persona humana) sí se desdobla, es dual. Y es esa dualidad la que le hace abrirse "hacia fuera" y "hacia dentro", coexistiendo con los demás y en Dios.

Son los hábitos superiores los que permiten que la persona sea dual. "Abren" a la persona, digámoslo esquemáticamente, "hacia fuera" (sindéresis y hábito de los primeros principios) y "hacia dentro" (sabiduría y gracia).


No es bueno que el hombre esté solo.

Para saber más sobre el ser primero y ser segundo ver la Etiqueta 1.1.1
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¿Cómo cuida Polo su filosofar?

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En diálogo, reiterado y recurrente, con los distintos autores, con vistas a extraer lo verdadero que haya en donde sea y proseguir el filosofar.

Un ejemplo es cómo concede a Nietzsche abundante y amplia "cancha" en "Nietzsche como pensador de dualidades", exponiendo sus doctrinas con aguda profundidad, señalando el acierto, cuando existe, e indicando la crítica pertinente.

Es una crítica "meliorativa". Todos los autores son siempre interpretados in melius. Criticar es par él, superar, ampliar.
(además un cristiano no puede respoder con invectivas a las invectivas, con odio al odio).
Un filósofo cristiano debe responder con comprensión.

Sacado de Angel Luis González en su Prólogo al libro de Polo, Nietzsche como pensador de dualidades, p.17.
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¿Qué caracteriza a la filosofía cristiana?

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El descubrimiento estricto de la dignidad del hombre.

Los grandes humanistas socráticos se quedan atrás del teandrismo cristiano.

El cristianismo no es sólo humanista, es teandrista, divino-humano.

No es un androteísmo, no es una búsqueda de Dios por parte del hombre, sino al revés : es Dios quien busca al hombre.

Lo primario es la realidad del Dios-Hombre, la Encarnación de la segunda persona de la Trinidad.


Glosa a Leonardo Polo. Tener y Dar. En "Sobre la existencia cristiana" p. 127.2
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¿Cuál ha sido la rectificación más importante a la antropología de Aristóteles?

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Decir que al voluntad no es inferior a la inteligencia.

Es una tesis cristiana.
Ningún antropólogo cristiano ha aceptado que la voluntad sea "sólo" tendencia, porque si la voluntad fuese sólo tendencia y, por lo tanto, fuese imperfección, Dios no podría tener voluntad.

Aristóteles sostiene que amar es desear y como Dios lo tiene todo, lo es todo, no puede desear.

Los cristianos sabemos, sin embargo, que Dios es Amor.
La voluntad no puede ser sólo tendencia, sino que tiene que ser algo más que deseo.
La voluntad es capaz de otorgamiento amoroso.
Es capaz de efusión.

La voluntad también es capaz de acto perfecto, aunque nunca se detenga.

De esto habla Polo en su artículo "Tres dimensiones de la Antropología", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 24.2.


Para saber más.
Sobre la filosofía cristiana:……………Etiqueta 7.8
Sobre la naturaleza humana:……….Etiqueta 6.1.0
Sobre el hombre:………………….……….Etiqueta 1.10
Sobre el deseo:………………….….………Etiqueta 1.9.3
Sobre el acto:…………………………..……Etiqueta 1.2.1
Sobre las aporías de Aristóteles:....Etiqueta 20.4.5
Sobre la Antropología:………………….Etiqueta 5.1.0
Sobre la voluntad:…………………………Etiqueta 6.2.2
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