¿Qué es la potencia obediencial en el ascensor acristalado?

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La potencia obediencial de nuestro ser es el estar abiertos a aceptar más donación (potencia obediencial activa), que no es otra cosa que el estar vivo en el ascensor.
Es el Don de Dios que tiene en cuenta la respuesta humana y esa respuesta, libre, se manifiesta como "disposición", esencialización. Es el Don-don.
 
No “estar dispuesto”, sino “disponer”.
Si el yo no otorga, no habrá entrega. Habrá Don de Dios, pero no habrá Don donado por la persona, sino frustrado.
 
La pura actividad libre y donal que atribuimos al crecimiento "personal" puede ser así asimilada a la respuesta a la vocación, la respuesta al destino, dicho de otro modo, el destinarse.
 
Gracias al mito del ascensor acristalado podemos entender el crecimiento de la persona humana.


¿Qué es la fe sobrenatural?

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La fe sobrenatural es el hábito "infuso", y el acto donal correspondiente, que el hombre ejerce respecto de la sabiduría divina revelada, movido por la gracia sobrenatural.

Lo importante para distinguirla de la fe racional (personal o intelectual) es, por un lado la noción de Revelación, y por otro, la ayuda divina especial de la gracia sobrenatural.

La Revelación es la comunicación de la vida íntima de Dios, de cuya iniciativa procede.


Y la gracia sobrenatural especial es la Luz de Jesucristo, Dios que se infunde en el corazón del hombre para que su voluntad mueva al asentimiento razonable.

¿Qué es ser “además?

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La persona humana es “además”.
 
 Para caracterizar a la persona humana, que Polo llama “además”, no basta decir que es ser alguien en lugar de algo (como dicen los personalistas) o decir que el otro (la persona) no es un ser abstracto (Levinas).
 
Ser además, o sea, ser persona humana, es ser un ser que se acompaña, que sabe de sí.
 
Se le puede llamar co-existente o co-existencia. Ese acompañar es el “carácter de además”.
El además existe acompañándose a sí mismo.
 
Ideas sacadas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona” de Juan A. García González.


¿Cuál es la primera descripción que hace Polo de la intimidad?

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La primera descripción que Polo hace de la intimidad es presentarla como subsistencia.
Entendiendo la subsistencia como una radicalidad que se mantiene, que renace, que rebrota, que no se agota.
 
La sustancia, en cambio, se agota en ser lo que es.
Es una radicalidad, que es principio de las operaciones propias de su naturaleza, pero nada más.
 
La intimidad es "además".
Más que dar de sí.
La sustancia llega un momento que no puede dar más de sí.
 
La subsistencia rebrota, al ser acompañante.
Es además.

 
Ideas sacadas de la conferencia de Juan A. García Gz, que pueden ustedes seguir aquí:
16 marzo 2021. Coexistencia y carácter de además. La persona humana. Apertura y libertad.
https://www.youtube.com/watch?v=z3JX3ZEeYRk


¿Propone Polo tres sentidos de la unidad?

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Sí.

- la Identidad del Origen;
- la mismidad del objeto pensado;
- la unidad de orden (el fin) o valor físico de la unidad. (La esencia del universo es la unidad de orden instaurado por la causa final)

Atención: La unidad de la esencia "humana" es distinta de la unidad de la esencia del universo físico, no es ya la unidad del orden ya instaurado, sino la unidad de la vida creciente, que tiende a su consumación, al ser inspirada por la verdad.

Es la unidad aportada por la coexistencia humana (por la persona humana) al hacer crecer su vida,  manifestando la riqueza de su réplica, en la medida en que va encontrándola.

No es propiamente unidad, sino puente amoroso entre Dios y el mundo, libremente otorgado por cada persona humana. Vida interminable. Entrelazamiento de sus dimensiones (amistad, trabajo y luz).


Véase Polo, AT, I, 78, 3.

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¿No rompe la coexistencia humana la unidad del ser?

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La unidad del ser es, ante todo, la unidad de la Identidad Originaria, Dios.
 
La plena unidad del ser (Dios) dispone también de interioridad, de intimidad. No se rompe al ser Trina.
 
A la unidad originaria del ser conviene, por tanto, la réplica personal: el Verbo que traspasa a Dios como pensado (el Hijo que traspasa el Entender divino).

Tomás de Aquino dice que el Verbo de Dios no es el Padre entendiéndose a sí mismo, sino "el engendrado" por ese "entenderse a sí". 
Se da cuenta de que el Hijo no se reduce a ser objeto de conocimiento, es decir, a "ser entendido". El Hijo traspasa el "ser entendido", no es una mímesis ideal sino una realidad "personal" (Polo, La verdad como inspiración).
 
 
Pues bien, la dualidad de la coexistencia (que no es otra cosa que el co-ser personal humano o la persona humana en tanto que co-ser) es también interior a la unidad del ser, no la rompe, sino que es justamente su interioridad.
 
Podemos mirar esa dualidad interior, en la que los trascendentales personales se convierten, sin atentar a la unidad, pero igualmente podemos mirar cómo la persona se dualiza también, hacia más adentro que el dentro, buscando su réplica (mejor decir “la Réplica”).

Es así como entenderemos que la persona está incluida en otra unidad a la que no altera: la Identidad de Dios como Origen, es decir, el ámbito de la máxima amplitud de la existencia, que es Dios.
 
La coexistencia humana es así un dentro, en Dios, no localizado, atópico y creciente, indeterminable por interminable.
 
La persona humana no rompe la unidad de Dios.
Y su ser "co-ser", no rompe tampoco la unidad de su vida humana, pues precisamente la vida de cada uno crece gracias a que la persona está abierta por dentro a Dios y por fuera al universo que esencializa en mundo y a las demás personas en comunión de esencias.
 
La unidad de la vida humana es un "hacia" la unidad de Dios, es un gozar, repito, interminable, de la intimidad de Dios.
 
 
 
De esto habla Juan A. García González en Miscelánea poliana n. 43: "La unidad del ser y la coexistencia humana". 11 julio 2013. Jornadas castellanas tras el fallecimiento de Polo.
 
Para saber más sobre la unidad, ir a  la Etiqueta 1.14.0


¿Cuáles son los trascendentales personales?

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Los trascendentales personales o antropológicos son los siguientes:
 
el acto de ser personal, al que Polo llama co-existencia, intimidad o ser segundo;
 
la transparencia intelectual, que denomina intellectus ut co-actus;
 
el amar que acepta, es decir, la estructura
donal de la persona o amar donal;
 
y la libertad.
 
 
Polo presenta los 4 trascendentales personales  en el tomo I de su "Antropología trascendental", el tomo que tiene como subtítulo "La persona humana".
 
En la p. 36 dice que a su modo de ver a los trascendentales tradicionales (a los que llama trascendentales metafísicos y que estudiamos en las etiquetas 5.2) hay que añadir cuatro: el acto de ser co-existencial,
la libertad,
el intelecto
y lo que denomino amar donal.
 
Son pues :
 
La co-existencia ;
El intelecto personal ;
El amar donal (amar y el aceptar personales);
La libertad trascendental.
 
Quizá existan otros, pero habrá que descubrirlos mostrando que lo son, tal como ha hecho Polo.
 
No parece apropiado llamarlos simplemente "radicales", pues cualquier dimensión del ser personal es radical.
 
Salvador Piá escribe: en la persona humana se distinguen convertiéndose como trascendentales
la co-existencia,
la libertad,
el intelecto personal
y el amor donal.
 
Prefiero este orden al que dan otros estudiosos de Polo, que siguiendo la exposición que hace en el tomo I de la Antropología trascendental los colocan tal como he escrito más arriba, es decir
 
La co-existencia ;
El intelecto personal ;
El amar donal (amar y el aceptar personales);
La libertad trascendental.

 


¿Qué es la "actuosidad"?

 

La "actuosidad" es la  actividad en cuanto fuente que no se detiene. 

Llamamos actuosidad al fontanal de la actividad.


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¿Es la Antropología una parte de la metafísica?

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La Antropología no debe reducirse a metafísica.

La metafísica, ajustadamente tomada, no tiene como fin propio el estudio del hombre.
Aunque se hable de "antropología metafísica", esta denominación no es adecuada, ya que, en sentido estricto, la metafísica estudia las realidades fundantes, es decir, los primeros principios de la realidad extramental (Dios como Identidad, la causalidad trascendental y el ser del universo físico).

La antropología trascendental (que también se puede denominar antropología de la intimidad) tiene como tema la persona humana, realidad que aparece en segundo lugar, después de existir los primeros principios de la realidad (el ser del universo y el de su Creador).

Con todo, no por ser segunda, la persona humana es menos importante que el ser del universo físico, ya que es libre.


Así habla, más o menos, Juan Fernando Sellés en su libro "Antropología de la intimidad", p. 13.3


Para saber más:
1.4.0 Principios;
5.11.0 Intimidad;
2.12.2 Metafísica;
5.1.0 Antropología



¿Qué modalidades presenta la luz intelectual?

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Las luces que sólo iluminan son las operaciones mentales.

Las luces que iluminan "suscitando" son los razonamientos. (nótese que la suscitación es exclusiva de la iluminación "esencial", no es trascendental).

Las luces iluminantes que buscan y encuentran son el hábito de los primeros principios y la sindéresis.

Las luz que siempre busca es el intellectus ut actus o Intelecto personal, solidario de la sabiduría. Transparente.
Es luz, luz con luz interior (la luz interior es su dualidad con la sabiduría). Son luces solidarias. Polo las llama "luz además luz"

Para saber más:
Etiqueta 5.5.2………………….Intelecto personal
Etiqueta 2.14…………………..sabiduría
Y ver arriba del blog la página "Inteligir humano"

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¿A qué llamamos díada transcendente?

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Llamamos díada transcendente a la dualidad Dios-persona humana.

La persona humana nace de Dios.

La persona humana vale para Dios.

La persona humana es relación, subsistente en el orden del Origen.

 

Y llamamos díada trascendental a la doble dualidad apertura interior y apertura hacia adentro.

La persona humana es además.

La persona humana es intimidad.

La persona humana se abre hacia fuera y hacia adentro.

 

 

La persona humana se abre transcendentalmente hacia dentro, hacia Dios, según cuatro sentidos o dimensiones, que se corresponden con los cuatro trascendentales personales.

 

1. la gracia inicial originaria, humildad o abajamiento primero;

2. la esperanza, amanecer o alianza primera (fidelidad);

3. la fe, alumbramiento o luz primera (filiación);

4. la caridad o arrullo (comunión o servicio).

 

El primer abajamiento o humildad trascendental, equivale a la verdad del co-existir personal. La humildad es la verdad.

El amanecer de la persona equivale al destinarse de la libertad.

El alumbramiento equivale a la búsqueda intelectual del destino personal.

El primer arrullo equivale a la búsqueda amorosa del encuentro con Dios.

 

Aunque utilicemos el mismo nombre, no deben confundirse la humildad, la esperanza, la fe y la caridad de las que aquí hablamos (aperturas transcendentes),  con las virtudes a nivel esencial, y tampoco con las virtudes sobrenaturales de las que habla la teología. 


¿Es la persona humana el hombre o la mujer en su totalidad?

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No.

La persona humana es su acto de ser.
 
Acto de ser, que además, no es ni masculino ni femenino, es simplemente "ademaseidad", ser creciente.
 
Esta pregunta surgió con motivo de las clases impartidas por el profesor Juan Fernando Sellés, por zoom, a partir de septiembre de 2023.
 
Concretamente, esta pregunta fue suscitada escuchando la sesión TEOINC nº1.  La Introducción del libro “Teología para inconformes”.

 


La persona humana, ¿es relación subsistente?

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La persona humana es relación, subsistente en el orden del Origen.

 

Se trata de una dependencia del Origen en el modo de relación insistente e intensiva hacia el Origen (insistencia subsistente en el orden del Origen). Réplica del Origen.

 

La persona es la relación, subsistente en el orden del Origen, llamada a entrar en el orden del Amor.

 

La persona humana es relación, subsistente sólo si se tiene en cuenta el Origen, si se tiene en cuenta su dependencia insistente a la Iniciativa divina.

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¿Dónde está la línea de sutura entre la filosofía cristiana y la filosofía griega?

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En la convicción que tienen los griegos de que el hombre pertenece al universo, considerándolo como un ser intracósmico.

La filosofía cristiana no puede aceptar que el hombre sea un ser que se explique como perteneciente al universo.

Por ejemplo, la idea de que el alma humana es directamente creada por Dios, que es una tesis de la filosofía medieval cristiana, ya saca al alma del universo. Si es creada directamente por Dios no está incluída en la creación del universo.

¿El hombre pertenece al universo? No.

La interpretación de la antropología como filosofía segunda en rigor es la consideración del hombre como un ser intracósmico, es decir, que pertenece al universo.

De ahí que Polo sostenga que la antropología es filosofía primera.

El hombre no es un modo de ser del universo.

El ser del universo es distinto del ser persona humana.

Metafísica y Antropología son filosofías primeras. Distintas.


La esencia de la persona humana. Notas sacadas de la conferencia dictada el 25-XI-1994 en el salón de grados Mª Zambrano de la facultad de filosofía y letras de la Universidad de Málaga. (Miscelánea poliana nº 4, p.36.3). Citamos las páginas según la recopilación titulada "Antropología y trascendencia" publicada por I. Falgueras y Juan A. García

Para saber más ver
Etiqueta 2.12.1 : filosofía primera y filosofía segunda
Etiqueta 7.8 : filosofía cristiana
Etiqueta 1.10 : el hombre


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¿Por qué dice Polo que Aristóteles es el gran organizador de la Filosofía?

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Porque es el autor de la primera constitución de las diversas ciencias filosóficas que se han mantenido a lo largo de la historia.

Establece que la filosofía primera es el estudio del ente, consecuente al descubrimiento admirativo de lo estable, de lo que no cambia. La ciencia de la realidad radical, de lo primero (que la tradición llamará metafísica).

Sin embargo, el ente se dice de muchas maneras. Esto comporta que la filosofía se abra a una pluralidad temática.

Tema destacable es el ente vivo.

Aristóteles ha entendido la peculiaridad de la vida al descubrir el par potencia-acto.
Se dio cuenta que conocer es despertarse, pasar de potencia a acto. Y eso es vivir, ser ente que crece.

La forma superior de vida es el conocimiento intelectual (crecimiento irrestricto), por eso el estudio del conocimiento forma parte de la filosofía primera.

Las filosofías segundas son las que tienen que ver con el tiempo.
El acto de conocer es atemporal, su ciencia es filosofía primera y es la culminación de una ciencia segunda, la psicología, que es la ciencia aristotélica que estudia el ser vivo.

Otra filosofía segunda es la física, que estudia los entes reales no vivos.

El ente vivo justifica una investigación que constituye un bloque temático en el que confluyen varias filosofías segundas:
la biología, que trata del animal y de los vivientes de nivel inferior, los vegetales.

Otro campo temático es el de las ciencias del hombre, las filosofías segundas del animal dotado de noús (el hombre) que se dividen en dos grandes grupos según tengan que ver con la razón práctica (y la libertad) o con la razón teórica.

La razón práctica es el uso de la razón (en el ámbito de la libertad) para regular la acción :
en vistas a lograr resultados: la técnica;
para asegurar la convivencia: la política;
para bien conducir la vida: la ética.

El estudio de la ciencia, o del uso teórica de la inteligencia, se llama lógica y tiene varios tipos, por ejemplo:
la tópica (las convicciones humanas) y la retórica (comparación de opiniones).

Como una buena ama de casa, Aristóteles sabe organizarse.

Sin embargo, Polo propone considerar la Antropología no como filosofía segunda, sino como filosofía primera.


Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, capítulo 6, p.79..3-82.4

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¿Es la persona humana la totalidad de acto de ser personal, esencia y naturaleza?

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La persona debe ser entendida como “acto de ser”.
 
La persona humana no es una totalidad, o el conjunto de acto de ser personal + esencia humana + naturaleza humana.
 
No son piezas de automóvil que constituyen un compuesto.
No son teselas de un conjunto, más o menos importantes.
La persona no es *el todo*.
 
Pensar la persona como un todo es una “generalización” supuesta por nuestro entendimiento.
 
La persona humana es simplemente “ademaseidad”.

¿Qué es la humildad?

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La humildad es una de las 4 aperturas transcendentales de la persona humana.
Su paradigma es María.
 
El co-ser humano (primer trascendental personal o co-existencia), al ser creado, se abre hacia Dios, desde la llamada inicial.
La persona, en tanto que humilde, no se distrae de Dios.
 
La humildad transcendental es coronada por el don del Espíritu Santo llamado “Temor”.


Pueden ustedes acceder a los enlaces pertinentes, entrando aquí en el glosario poliano.