¿Está la razón por encima de la libertad?

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La verdad, en el orden antropológico no se limita a ser una adecuación entre el entender y la realidad.
Cuando se piensa así la verdad, se cae en un determinismo moral: el hombre hará siempre lo que cree que es bueno. El error sería siempre falta de conocimiento.

Pero si consideramos la verdad como inspiración, comprenderemos que la persona es siempre libre. Es la persona, libremente o en tanto que libertad, la que cantará su verdad, si quiere.
En el orden antropológico el encuentro con la verdad es operativo, saca fruto de la verdad encontrada, por el amor.
Esta operatividad, aunque no quepa sin la verdad, es aportada por la libertad (libertad trascendental, es decir, la persona en tanto que libertad).

De este modo se entiende que la razón no esté ya por encima de la libertad, sino que la libertad se hace cargo de la verdad, responsablemente.






Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

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¿Crea Dios desde Ideas?

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No.
Dios crea por Amor, y según el amor.
Dios no crea desde las ideas a secas o según las ideas. Dios crea conviviendo con las ideas, respetándolas, escuchando de antemano sus respuestas. Dios crea amorosamente.

Debemos superar el modelo clásico de la creación para tener en cuenta  las personas creadas.

Se dice que Dios crea "desde " ideas. Pero esto no puede ser del todo exacto, porque entonces el valor de la criatura radicaría en el parecerse a la idea divina. La criatura estaría ya "terminada" en Dios sin dejar paso al canto.

Es cierto que las ideas tienen valor intencional que nos envían a formas reales. Pero la realidad no es fija. Dios espera una "respuesta". La persona puede cantar la verdad, y cuando la canta transfigura la verdad en canto.

La verdad así adquiere una realidad oferente, donal, que muestra el carácter co-existente de la persona.

La verdad no es una verdad a secas. Es inspiración.




Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

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¿Es la libertad acto?

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Mucha gente piensa hoy el mundo como "energía". El prestigio idealizado de Einstein y la ciencia, han compuesto una visión de la realidad ampliamente fisicista.

El pensamiento sería como un humo espiritual producido por las neuronas millonésimamente interconectadas. Es la eficiencia de los galactordenadores.

¿Y la libertad? Un espejo de la espontaneidad de la naturaleza. Un espejismo para ilusos.

No.

La libertad es acto.

Se manifiesta, a nivel esencial, social, psicológica y moralmente.
Pero radicalmente, la libertad personal  es una de las cuatro fuentes de la persona humana (coexistir, libertad, inteligir y amar), los cuatro trascendentales personales descritos por Polo.

El ser personal humano o la persona como ser, llamado también coexistencia o co-ser o coexistir personal, es apertura. Un ser abierto por dentro y por fuera.

La libertad es precisamente la actividad nunca determinada por las condiciones iniciales, sino voluntariamente ofrendada, según el libre entender y querer.

Lo característico de la actividad de la libertad personal es no conformarse con el acto que es su tema.

Es una actividad que desborda su tema y siempre pide más.




De esto se habla entre otros lugares en  Juan A. García. La metalógica de la libertad… Studia Poliana nº 10, 2008, p.  15


Para saber más sobre la libertad
Etiqueta 1.1.2   libertad
Etiqueta 1.1.2   naturaleza y libertad
Etiqueta 5.5.4   libertad personal
Etiqueta 6.1.5   libertad esencial

Etiqueta 6.8.0   metalógica de la libertad
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¿Obedecemos siempre a motivos?

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Pues no. El que tenga una fuerte inspiración no necesita obedecer siempre a motivos. Puede hacerlo porque le da la gana.

Esto no quiere decir que no seamos libres cuando nos determinamos según razones, sino que somos más libres si, además, otorgamos libremente nuestro querer.

Y tampoco quiere decir que la libertad consista en espontaneidad o irracionalidad.

Lo que se quiere decir, por el contrario, es que hay una sobreabundancia a priori de la libertad. Nuestra inclusión en el ámbito de la máxima amplitud nos quita cualquier condicionamiento.
El "ama y haz lo que quieras" va por ahí.

Al "estar" en la verdad más amplia no necesitamos buscarla sino que la cantamos.

Lo que pasa es que en esta vida, la libertad no ha investido enteramente la manifestación de nuestro ser, nuestra esencia.

La libertad debe aún crecer venciendo obstáculos, encontrando el sentido al vivir.




Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3


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¿Qué pasaría si el hombre no tuviera carácter efusivo?

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Si el hombre no fuera efusivo, la verdad se estancaría.
Encontrar la verdad sería estéril.

El encuentro con mi verdad personal (mi camino) es un acontecimiento extraordinario. Es encontrar el destino al que destinarme.

Gracias a la índole donante o trascendental de la libertad que soy puedo andar el camino, destinarme, cantarle a la verdad. Soy y seré "además".
No soy un verso suelto del magma físico.




Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3


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¿Qué libertad proporciona más alegría?

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La libertad de cantar.

En nuestra vida diaria, azacanados por las necesidades, somos relativamente libres cuando decidimos interrumpir un trabajo para pasar a otro.

La libertad para cantar es la que abre paso a la actuosidad. Es la inspiración que renace en el encuentro. Remanso en el Océano.

El sentimiento profundo de alegría de los enamorados manifiesta el carácter actuoso de nuestra libertad. Abrazo que nunca terminará.







Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3
Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;
Etiqueta 1.1.2 libertad ;
Etiqueta 1.2.1 actuosidad;
Etiqueta 14.5.0 alegría

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¿Cuál es el tercer sentido de la verdad?

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Clásicamente la verdad tiene tres significaciones :

a) la verdad que está en las cosas: son las esencias de la cosas, que en cuanto que pueden ser conocidas se llaman verdaderas. Es lo que se conoce como verdad ontológica. A esta verdad se opone la falsedad, cuando lo que se desvela no es lo que en realidad es.
Tomás de Aquino dirá que el primer sentido de la verdad es aquél según el cual verum in esse fundatur, esse causat veritatem intellectus;


b) la verdad es la adecuación de la mente con la realidad. Aquí la verdad se toma en tanto que está en nuestro conocimiento. Si lo que conocemos es, en la realidad, tal como lo conocemos, poseemos la verdad de lo conocido. A esta verdad se opone el error.
Tomás de Aquino dirá que el segundo sentido es la verdad en el entendimiento, como adecuación, es la verdad formalmente considerada;


c) y la tercera significación de la verdad es la verdad contenida en nuestras palabras, es decir, la adecuación entre lo que "decimos" y lo que pensamos. A esta verdad se opone la mentira.
Tomás de Aquino dirá que  el tercer sentido, al que denomina efecto consecuente, es la verdad como manifestación o locución.

Es este tercer sentido al que se puede asimilar la noción de verdad trascendental antropológica de Polo, pero hablando de "inspiración" en lugar de efecto consecuente. Al encontrar la verdad (inspiración), el inteligir personal la canta, es una verdad expresiva.

Tenemos pues:
Verdad ontológica.
Verdad lógica.
Verdad personal (la verdad como inspiración).

En suma, hay un tercer sentido de la verdad, además del ontológico y el lógico.
Es un sentido más que racional, porque "se añade" a lo racional, sin añadir nada.




Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;
Etiqueta 5.2.1 la verdad.

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¿Por qué nuestras obras tienen valor simbólico?

.Nuestras obras tienen valor simbólico porque no podemos expresar enteramente la verdad encontrada.

La verdad, en tanto que nos inspira, nos supera, siempre podremos hacerle más eco, cantarle más.

Aquí no se trata del éxito pragmático, de marcar un gol. Se trata de celebrarlo.




Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;
Etiqueta 6.4.0 símbolos.
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¿Es la verdad formal el sentido más alto de la verdad?

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No. La verdad "formal" no es el sentido más alto de la verdad.

La verdad formal es el segundo sentido de la verdad (1, ontológica; 2, formal; 3, personal) y no es otra cosa que la adecuación de la mente a la realidad.

Aquí la verdad se toma en tanto que está en nuestro conocimiento. Si lo que conocemos es en la realidad tal como lo conocemos, poseemos la verdad de lo conocido. Verdad formal.

La verdad formal o lógica es estéril "si se queda" en un proceso quasi-mecánico.
En la lógica no hay "encuentro" con la verdad. La verdad lógica es una verdad desmedulada, que no inspira.

El sentido "formal" de la verdad establece su estatuto en el conocimiento, y, por así decir, ahí la deja, en su ser conocida. Desvestida la pobre.

En definitiva, ser encontrada es más que ser conocida.
Ser encontrada provoca la inspiración y la persona libre la canta, la viste, la celebra y adorna.

Para la persona, en tanto que libertad, la verdad es inspiración que le hace cantar.
Viviremos según la verdad, "haciendo" la verdad, manifestando la verdad de las obras de Dios (Juan 3, 21 : son obras, palabras, hechas según Dios).

La verdad no es el término de un camino, sino una fuente de inspiración para que la persona desarrolle esencialmente, y ejerza trascendentalmente, su libertad.

La verdad más alta es la verdad personal.
Antropológica, en el hombre.
El Verbo, en Dios.





Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;
Etiqueta 5.2.1 la verdad.

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¿Qué le pasa a la verdad si no somos libres?

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Si no existiera la libertad, encontrar la verdad carecería de sentido.
Si no se la puede cantar, la verdad se trunca, no puede desplegarse.

Sería una verdad sin verdad, pues no se desvelaría. Es un imposible.

Cabe también, puesto que el hombre es libre, que aun encontrándose con la verdad se desvíe de ella, de tal modo que no saque de ella inspiración.
En ese mismo momento la verdad queda muerta.

Paralelamente la libertad personal queda inédita sucumbiendo a su error peculiar (que llamamos pecado).

El que asegure que la verdad no existe, no es libre, porque la verdad sale al encuentro sólo al ser libre.

Si decimos que a verdad no existe nos quedamos mudos, como plantas. Movidos solamente por el viento.



Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;
Etiqueta 5.2.1 la verdad.
Etiqueta 1.1.2 libertad

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¿Cuándo queda inédita la libertad personal?

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Cuando no tiene verdad que le inspire.

"La verdad os hará libres".

La libertad personal queda inédita si no se encuentra la verdad.
El encuentro con la verdad provoca la inspiración, que se despliega en la libertad del canto.

De ahí que "la verdad os hará libres" se ha de entender desde el más allá y desde el más acá.

Más allá: más libertad como manifestación del encuentro.
Más acá : como condición previa para el encuentro de la verdad (más libertad, más verdad).

La libertad no crece desarrollándose en sí misma, como un conejo, fabricando "mi" verdad. Al encontrar la verdad no nos agotamos, sino todo lo contrario, empezamos a cantar, libremente.

Al fin y al cabo la verdad es personal (entre personas).






Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;
Etiqueta 5.2.1 la verdad.
Etiqueta 1.1.2 libertad
Etiqueta 5.5.4 libertad personal
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¿Por qué dice Agustín de Hipona que cantar es orar dos veces?

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Porque era un gran amante de la verdad.

El canto es la audición de la verdad de acuerdo con la propia entraña.
El canto "siente" en las entretelas del alma que somos hijos del Ser. Que "verdaderamente" somos.
Solamente un ser personal es capaz de añadirse a la realidad, siendo nada.

Acto de acto, glorificado cuando al Amante lo escucha, lo acepta, correspondiendo al amor.

Los enamorados cantan.



Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;

Etiqueta 5.2.1 la verdad.
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¿Cuál es la verdad más alta de los hombres libres?

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La verdad más alta de los hombres libres es la verdad cantada o tercer sentido de la verdad.

La verdad de la ciencia moderna (2º sentido de la verdad o verdad lógica) es una verdad aplicable, una verdad de la que se saca algún resultado.
Quedarse en este sentido de la verdad es muy pobre.
Para un sujeto libre la verdad es más: no es descender desde ella hasta sus aplicaciones, sino ascender hasta la verdad cantada.

Cuando la verdad es encontrada por el ser libre, tiene lugar el enamoramiento (trascendental, que puede redundar en la esencia humana arrastrándola al goce).

La libertad lleva más allá de la verdad en virtud de la inspiración enamorada.




Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;
Etiqueta 5.2.1 la verdad.
Etiqueta 1.1.2 libertad
Etiqueta 5.5.4 libertad personal

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¿Cómo terminó Polo sus palabras de agradecimiento, el 23 de abril de 2008, cuando se le entregó la Cruz de Carlos III el Noble de Navarra?

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Escribiendo:

"Con mi trabajo, no pretendo decir la última palabra sobre los grandes temas, sino abrir camino para que los que vengan detrás se encuentren con una senda hecedera y fructífera en la consecución de las verdades más altas, convencido – como siempre – de que la verdad siempre encomienda nuestras indagaciones, a la par que las respalda al aceptarlas y, aceptándolas, las eleva. Con todo, ahora sí debo decir una última palabra,
¡Gracias!"

He resaltado lo de la verdad que siempre encomienda pues entiendo que se trata de la verdad personal: la verdad es desvelamiento de alguien que quiere necesitarnos.


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¿Es Dios una Verdad estática y absoluta?

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No.
Hegel con la Idea absoluta no se da cuenta de que existe un espacio creativo humano.
Espacio que no está contenido en una verdad absoluta estática.
La libertad desborda, se añade, sin añadir nada.

Con la asistencia del Amor, del Espíritu Santo, puedo cantar incluso a la verdad divina, aunque todos mis cantos se queden cortos.
Existen otras verdades, distintas de la verdad absoluta que se orientan a la verdad, cantándola.

Comprendemos entonces un nuevo significado de las palabras de Jesús: "Yo soy el camino, la verdad y la vida".
Que interpreto: camino, Dios Padre; verdad, Dios Hijo; vida, Dios Espíritu Santo.
No hay verdad sin camino, y no hay verdad fuera de la vida.

La Verdad más alta es la verdad cantada (el Verbo), que sigue al camino (el Padre), en cántico amoroso (Espíritu).

El camino es recorrido por la libertad (Amor-Espíritu) con la verdad.

En el Cielo debe pasar algo parecido (los ángeles cantan), porque no me parece acertado concebir la bienaventuranza como un estatismo tedioso. En el Apocalipsis el canto es manifiesto.






Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

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Etiqueta 5.2.1 la verdad.
Etiqueta 1.1.2 libertad
Etiqueta 1.0.1 Dios
Etiqueta 20.22.0 Hegel

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¿Qué es el encontronazo?

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Polo llama "encontronazo" al encuentro con la Verdad. Con mi verdad personal.

Es encontronazo porque no es un encuentro con una verdad cualquiera, por útil que sea, sino alcanzar lo mejor que nos puede pasar: el desvelamiento de nuestro ser personal que coincide con el origen de la libertad.

Es el primer amor, el enamoramiento que nos lanza a cantar.

Encontrar esa verdad es enamorarse. Es un acto inmenso, un acontecimiento enorme que dará sentido a toda nuestra vida. A partir del encontronazo sabemos cuál es nuestro encargo, el camino de nuestra verdad.

No se trata de un simple encuentro con el dinero que nos faltaba para hacer el viaje. No es la alegría de terminar de escribir un libro. Aquí estamos ante un "encontronazo", lo inesperado, lo que está fuera de toda utilidad. Es la fuente de mi futuro.

Con el encontronazo la libertad se pone en marcha, traspasa la verdad, cantándola. Mi libertad es mi canto. Sin interés.

En la verdad todo el hombre retiembla.

Por eso suelo decir que el encuentro es un encontronazo.





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Etiqueta 1.1.2 libertad
Etiqueta 5.5.4 libertad personal
Etiqueta 15.0.0 Polo genial

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¿Es el mal fuente de inspiración?

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Al contrario, el mal es "falta" de inspiración. Cuando aparece el mal no hay verdad que inspire.

Dios no crea el mal. Dios crea verdades.

El mal no es creado, sino falta de coraje.
Ante la verdad, preferimos comernos la manzana.

El acto malo es signo de libertad, (de libertad deforme, coja).
En el acto malo, la libertad no añade nada, sino que sucumbe en el acto, por culpa de la maldad del acto, de su cojera. Se paraliza cuando siente el dolor, atragantándose con el fruto podrido.

El mal no inspira, no es generativo. Nos paraliza.






Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;
Etiqueta 5.2.1 la verdad.
Etiqueta 1.1.2 libertad
Etiqueta 5.5.4 libertad personal
Etiqueta 8.5.0 dolor
Etiqueta 6.2.10 mal

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¿Cuál es la señal de la verdad?

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La señal de la verdad es la alegría.

La alegría es una añadidura que la persona pone en su encuentro con la verdad.
(Algo así como un sobrante formal sentimental).
Me explico: cuando mi retina capta las longitudes de onda del rojo, "siento" la rojez. El sobrante formal de mi sentido visual se actualiza.
Los sentimientos son algo semejante, una añadidura actualizada por la que sentimos, a veces, la felicidad.
La alegría aparece, allá dentro, al encontrar la verdad.
Junto a la inspiración, la mirada se enciende en luz alegre.

Toda visión pesimista, preocupada, procede de que lo abierto ante la mirada se ha oscurecido. Hay mentira. La alegría de vivir se detiene.

Por el contrario, la inspiración libre es generativa: genera alegría.

(Polo apunta que la verdad del amor puede tomar el cauce de la sexualidad: alegría que genera las nuevas vidas. Señal de haber encontrado la verdad de sus vidas, el amor que da la vida).






Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

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Etiqueta 1.1.2 libertad
Etiqueta 5.5.4 libertad personal
Etiqueta 8.6.0 sexualidad

Etiqueta 14.5.0 alegría
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¿Tiene el dolor algún significado?

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La alegría es la señal de la verdad y se manifiesta en la luz de la mirada.
La alegría es una añadidura que la persona pone en su encuentro con la verdad.

¿Qué manifiesta el dolor?

Ante el dolor, sin embargo, no cabe iluminación de la mirada.
El dolor no significa nada: como tal carece de sentido.

Constituye un obstáculo al encuentro con la verdad. Aparece como un muro infranqueable. Quedamos paralizados. Vamos a morir.

A lo sumo, el dolor puede ser aprovechado como un factor para la maduración del hombre: nos da a conocer mejor el valor de la ausencia del dolor. Nos puede incitar a poner fin al detenimiento de la vida.

La mirada se vuelve a iluminar si empezamos a descifrar el dolor: si me arrancan la muela, ay, reviviré.

Pero el dolor en sí no puede ser camino para la trascendencia, no puede ser atravesado.
Solamente Cristo ha dotado de sentido al dolor. Cristo ha hendido el muro.







Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3

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Etiqueta 8.5.0 dolor

Etiqueta 6.2.10 mal
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¿Cuál es la clave para entender la esencia "humana"?

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Trataremos en esta etiqueta, 6.1.0, de precisar lo que es la esencia humana distinguiéndola de la esencia del universo.

La esencia del universo, tal como hemos visto en la etiqueta 4.0.0, es el despliegue del universo según la tetracausalidad. La perfección del universo es regida por la causa final.
La esencia del universo es una unidad de orden, y el orden lo instaura la causa final.

La esencia humana no está regida por la causa final. Depende de la persona humana.

La persona en tanto que libertad o la libertad como persona inviste la vida recibida de nuestros padres añadiéndole un perfeccionamiento que bien podemos llamar autoperfeccionamiento.

Aportamos, iluminamos, disponemos y manifestamos lo que libremente queremos.

La clave para entender la esencia humana es pues la libertad.
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¿En qué se distingue la esencia humana de la esencia del universo físico?

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La esencia humana es el autoperfeccionamiento de la naturaleza humana, naturaleza individuada en la materia (46 cromosomas) y que comienza a ser "humana" al ser creado un acto de ser personal, acto que se manifestará a partir de esa naturaleza concreta y no en otra (la imposibilidad de la reencarnación está aquí contenida).
Polo reserva el nombre de esencia al autoperfeccionamiento dependiente de la libertad de cada quién.

La esencia del universo físico es, por el contrario,  el despliegue no libre del ser del universo, según el orden establecido por el Creador.

No olvidemos que, en cualquier caso, "esencia" indica perfección.

La perfección del universo físico reside en la causa final, en el orden en que persistentemente se despliega el plan de Dios, plan tetracausal. (Orden que incluye la indeterminación de la materia en tanto que potencia pura).



Sin embargo, la perfección (esencia) de cada persona humana reside en que su vida sea un don creciente, aceptable por Dios. Es un don libre a su Creador de la persona, que espera lo que bien podemos llamar Juicio: la aceptación del don de su vida por el Amor.

Habrán notado  que la esencia del universo es "una", mientras que hay tantas esencias humanas como personas. 

La persona coopera con Dios para que su vida (su esencia) sea un don agradable a Dios.

La esencia del hombre no está determinada. La esencia del universo sí, en tanto que es lo que es, por lo que su despliegue depende de las condiciones iniciales (que, incluyendo el azar, el hombre puede, además, modificar con su acción).

La esencia de cada persona crece libremente en la medida en que el hombre puede y quiere conducir su naturaleza, esencializándola.

Es así como la aventura de la vida (mi esencia) se convertirá en un don. ¿Querrás aceptarlo?





De esto habla Leonardo Polo en "La esencia humana" p. 71.
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¿Qué distinciones ayudan a entender la "animación" del cuerpo humano?

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Conviene señalar dos distinciones : la distinción entre viviente y vida y la distinción entre vida recibida de los padres y vida añadida por cada persona.

Veamos la primera distinción:
El viviente es el acto de ser personal humano, que Dios crea directamente, libre, inteligente y amoroso.

La vida es la esencia de cada hombre.
La vida depende del viviente, es manifestación del viviente, pues el acto de ser no se agota en el vivir (es además).

El acto de ser es creado personalmente por Dios y activa la naturaleza humana, esencializándola.

No se trata de que el acto de ser actúe sobre una naturaleza humana preexistente. Una naturaleza física deviene humana cuando Dios crea la persona. Por eso es oportuno ver ahora la segunda distinción:

La vida recibida de los padres es una naturaleza física "esencializada" en la persona que la recibe.
No olvidemos que una naturaleza física es materia + "forma sustancial" + causa eficiente intrínseca.
La primera célula viva deviene "humana", deviene vida recibida, cuando al ser apta para ser "animada", en el instante de la concepción, y no antes, es efectivamente unida a la persona humana. Es ése el momento de la creación de una nueva persona y de la vida "humana" (tanto recibida como añadida).

La vida añadida es lo que aporta el nuevo acto de ser: el ser "humano" y la esencialización. Lo que era una sencilla naturaleza física se convierte en persona humana, que aparece materialmente en el universo físico y comienza a crecer.

A partir de ahí, la persona, el acto de ser personal, la libertad trascendental, se va abriendo paso, esencializando cada vez más, haciendo crecer lo que será el don de la persona o su manifestación libre.

Las facultades se van "hiperformalizando", es decir, mejorando.
Por ejemplo, la imaginación, de entrada, naturalmente, es como la imaginación de un perro.
Las facultades animales son principios, pero principios que tienen un límite de crecimiento, pues su base es orgánica. Son principios en cierto modo fijos.

Polo habla de "hiperformalización", señalando así que las facultades de la naturaleza humana no sólo son un desarrollo de las condiciones iniciales, sino que superan esas condiciones.
Nuestra imaginación cerebral puede ser manifestación de una sinfonía musical, con novedades insospechadas. Es así como la naturaleza deviene virtuosa, al ser el instrumento del "disponer" (esencia humana es también el disponer) del viviente.

El hombre supera su naturaleza física inicial, va más allá de ella, la esencializa, convirtiéndola en respuesta amorosa a su Creador amoroso.

Y como siempre sobra, su crecimiento es irrestricto.




Etiqueta 6.1.0  Vida humana
Etiqueta 6.1.0  alma humana

De esto habla Antonio Alonso en su tesis doctoral en la PUSC 2010, "Libertad y hermenéutica cristiana en la filosofía de Leonardo Polo", p.165 y nota 274.

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¿Cómo distingue Polo entre naturaleza, esencia y acto de ser personal?

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Sigo en mi respuesta las apreciaciones de Juan Fernando Sellés en su libro sobre la persona humana, publicado en la universidad de la Sabana en 1998.

La más alta averiguación filosófica medieval es la distinción real entre esencia y acto de ser en la realidad creada.

Por "esencia" entienden el modo de ser de cada realidad, su forma de ser o su composición real.

Por "acto de ser" entienden el fundamento de toda realidad, aquel principio que hace ser a las realidades.

Las diversas realidades no se reducen al ser, sino que son tal o cual (esto es la esencia) realidad, de tal o cual índole (la índole es la esencia).

En Dios Ser y esencia coinciden.

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En antropología hay que esclarecer mejor esta distinción.

¿Qué es en el hombre del ámbito de su esencia?

¿Qué es en el hombre del ámbito de su ser?

G. Marcel capta esa dualidad y la formula con sus nociones de « tener » y « ser ».

La propuesta poliana en antropología, muy bien enseñada por Sellés, es, sin embargo, tripartita pues distingue tres ámbitos.

Al ámbito del tener « recibido » pertenece la naturaleza humana (el cuerpo, las facultades, las tendencias, etc.).

Al ámbito del tener « adquirido » pertenece la esencia humana (que es el perfeccionamiento de la naturaleza humana; es el crecimiento que la persona consigue libremente). La esencia del hombre es incrementable indefinidamente: noción de hábito y de virtud.

El ámbito del ser « recibido » es la persona. Ser que no está clausurado, pues puede ser más. (Puede dar, es dar).

No es la persona, pues,  la que "tiene". Es la naturaleza la que posee, al estar esencializada por la persona.
Es la naturaleza humana la que puede poseer a tres niveles.
La persona es "además", se añade…, es humilde.

En el artículo de Polo, "Tener y Dar", explica cómo Cornelio Fabro habla del acto de ser como intensivo. Pero Polo considera que la que es intensiva es la naturaleza humana.

El hombre es caracterizado por Aristóteles como el ser que « tiene ».

Es correcto, pero estrictamente es la naturaleza humana la que posee y a tres niveles : a) según el cuerpo : es el tener práctico ; b) según la razón ; c) según los hábitos. De tal manera que la esencia humana es el « disponer indisponible ».

El hombre posee según su naturaleza. La persona no co-existe con su naturaleza, ni la posee.
La persona es « además ».
Es el « co » del co-existir.

Ahora bien, según su naturaleza, la persona dispone y posee lo que Dios le da, según lo que libremente acepta y dispone. Co-existe con el mundo, con los demás y con Dios.

El acto de ser dispone, manifiesta, ilumina, aporta, con la esencia, pero no dispone de la esencia. La esencia es el disponer indisponible.

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¿Qué aporta el acto de ser personal a la naturaleza humana?

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Más novedad.

El acto de ser personal es libre, inteligente y amoroso. Así lo crea Dios.

Y por eso, al activar (esencializar más aún) la naturaleza humana (cuerpo animado ya desde el inicio por un alma, que depende novedosamente del acto de ser personal) la hiperformaliza, le da algo que ella misma no se puede dar.

Comprendemos así que aunque nuestros padres nos den la genética, no somos su prolongación, ya que cada persona (creada directamente por Dios), aporta su novedad.

Llamamos esencia humana precisamente a la manifestación de la novedad del acto de ser personal.




De esto habla Antonio Alonso en su tesis doctoral en la PUSC 2010, "Libertad y hermenéutica cristiana en la filosofía de Leonardo Polo", p. 166.3



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¿Le viene de fuera la perfección a la esencia humana?

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No.
La esencia del universo físico se perfecciona extrínsecamente. Pero la esencia humana crece desde dentro.

La esencia del universo es la tetracausalidad, la unidad de orden, o dicho de otra manera, la consideración del cosmos como perfecto.

La perfección del universo físico es extrínseca a los elementos, a las sustancias, que lo componen.

Las sustancias naturales intracósmicas son perfeccionadas por algo extrínseco a ellas que es la unidad de orden, dentro la cual están.

En el sistema ecológico unas cosas tienen que ver con otras, unos vivientes tienen que ver con otros vivientes, de tal manera que se constituye un orden, con un valor causal (la causa final).

Cada naturaleza cumple el orden según la causa final.

La unidad de orden es común a todas las sustancias, es la organización de todas las sustancias.

En el hombre no es así.

En el hombre la perfección se la da él a sí mismo, a través de sus propios actos.
Es una perfección propia a cada hombre.
De ahí que digamos que la naturaleza del hombre es esencializable, pues cada persona humana se da su perfección, esencializa lo que ha recibido de entrada, su naturaleza.

De tal modo que no hay naturaleza humana hasta que un cuerpo físico es esencializable (cosa que tiene lugar al constituirse los 46 cromosomas en el momento de la fecundación, o como diría Tomás de Aquino, "desde que se constituye una "forma" humana).

En cambio, las sustancias naturales no son esencializables, sino que son sencillamente ordenables.

La esencia humana así entendida es una esencia superior a la esencia universo.
Lo que la distingue es su capacidad de autoperfección.

El hombre es una sustancia natural capaz de autoperfección, en cuanto que es persona. Consigue su perfección en una redundancia sobre sí misma (¡los hábitos!).

El hábito es la perfección de la naturaleza humana.
Al ejercer el hombre su operatividad natural entonces adquiere hábitos: los hábitos intelectuales, o bien los hábitos de la voluntad, que son las llamadas virtudes morales, y también incluso las tenencias categoriales.

El hombre no es intracósmico. O mejor dichos, solo es hasta cierto punto intracósmico. Estrictamente es extracósmico.

Cada persona constituye su esencia en una redundancia sobre sí misma, una autoperfección que depende de su libertad.

Las sustancias naturales intracósmicas son perfeccionadas por algo extrínseco a ellas: el orden en el que están.

El hombre se perfecciona desde su interior, desde su libertad.
Esa autoperfectibilidad distingue la esencia humana respecto del universo como esencia.

Correlativamente tendremos que estudiar el acto de ser que corresponde a la esencia humana.

A la esencia del universo le corresponde el acto de ser como primer principio.
Ahora, en el caso del hombre, el acto de ser no es un primer principio, sino que es la persona.

La persona es aquel acto de ser cuya esencia es una naturaleza autoperfectiva.

En el hombre la perfección se la da él a sí mismo, a través de sus propios actos.

Pero la fuente de la perfección son los hábitos superiores trascendentales (no esenciales): sindéresis, hábito de los primeros principios, sabiduría y gracia. Hábitos recibidos de Dios, que no cesan.

A la superioridad de la esencia humana le corresponde una superioridad en el orden del ser: el ser personal (con cuatro radicales que se convierten entre sí: co-ser, libertad, inteligir, amar).

Aunque en rigor habría que decirlo al revés: porque se trata de un ser superior, de una trascendentalidad superior a la metafísica, es por lo que la esencia humana es superior a la esencia del universo.

De ahí que la esencia humana reciba nombres distintos según los cuatro trascendentales personales.

Del co-ser recibe el nombre de : esencia como manifestación.
De la libertad: esencia como disponer.
Del inteligir: esencia como iluminar.
Del amar: esencia como aportar.










La esencia de la persona humana. Notas sacadas de la conferencia dictada el 25-XI-1994 en el salón de grados Mª Zambrano de la facultad de filosofía y letras de la Universidad de Málaga. (Miscelánea poliana nº 4, p. 39-41). Citamos las páginas según la recopilación titulada "Antropología y trascendencia" publicada por I. Falgueras y Juan A. García

Para saber más:
Etiqueta 1.9.2 Preguntas sobre los hábitos
Etiqueta  4.0 Esencia extramental
Etiqueta 4.1 Sustancia

Etiqueta 6.1.2 El disponer esencial
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