Ser libre es ser señor.
La libertad es un señorío
que da su dignidad a la persona.
Señorío que se manifiesta en
la vida según las diferentes dimensiones de la libertad esencial o
predicamental. Si mi voluntad puede hacer lo que quiere (libertad
predicamental) es porque soy libre, señor de mi vida.
La persona que desconoce su
verdad es como un príncipe que se ignora.
Es la verdad la que inspira
la vida, y la libertad.
El encuentro con la verdad
es lo más grande que le puede pasar a la persona (el libro de Polo
"¿Quién es el hombre?" culmina en las últimas páginas del capítulo X.
El "acontecimiento" del que se habla es precisamente el encuentro con la verdad: sabernos capaces de Dios; tener y dar;
poder ser más amados de Dios).
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