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¿Cuáles son las elevaciones trascendentales de la persona humana?

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La persona humana, independientemente de su querer, crece, trascendentalmente, hacia su destino, al ir siendo elevada, por Dios, hacia la felicidad (ordo amoris) y Dios lo hace según cinco elevaciones que podemos llamar “trascendentales”, a saber: 

la creación, 
la llamada inicial, 
la insistencia o mantenimiento de la llamada, 
la santificación y 
la glorificación.

Inicialmente, Dios crea cada persona con tres elevaciones que son simultáneas y necesarias, no cesan: la creación, la llamada inicial y la insistencia.
 
Las elevaciones no son “estados”, sino crecimiento. 

Las elevaciones no son “etapas”. 

Es la persona la que es elevada hacia la unidad en sus distintas dimensiones.

Todas las dimensiones de la persona humana son duales, constan de dos miembros.
El miembro superior tira para arriba del miembro inferior.

Dualizarse es prolongarse y se describe como “elevación”.

En lo más alto, Dios.
Somos un ascensor.

El profesor Juan García llama elevación “creacional” a la relación subsistente, en orden al Origen, que somos cada uno de nosotros.

Pienso que esta elevación “creacional” contiene tres dimensiones: La Creación, la Llamada inicial y la Insistencia en la llamada.
 
a) Creación
La Creación de la persona humana es la creación de su dualidad radical, su nacer destinándo.se.
Podemos llamarla creación inicial.
Según la propuesta de Adam Solomiewicz, el miembro nativo de la dualidad radical humana es el nacer trascendental y el miembro destinativo de dicha dualidad es el destinarse trascendental.
Un acto de ser personal, radicalmente dual.
 
b) Llamada inicial (creación segunda o gracia inicial).
Si llamamos creación primera a la creación del universo físico, la creación segunda será la creación de cada persona humana, en tanto que llamada.
Es la llamada del Destino.
La llamada inicial es el modo peculiar como Dios crea cada persona humana. Dios la crea, "llamándola".
 
Noten la exquisita ternura de un Dios que no nos crea despóticamente, sino en libertad. Nos "llama".
 
Llamamos creación segunda a la creación de cada persona humana. Dicho en términos clásicos, la unión del alma con el cuerpo.
 
Dios crea la persona humana como libertad de destinar su mundo.
La persona habita el universo físico convirtiéndolo en su “mundo”.
 
El fruto de la llamada inicial es la apertura trascendente : el hombre es capaz de Dios. Co-existencia libre.
 
Dios nos abre, llamándonos, atrayéndonos a su Intimidad, elevándonos.

Es la elevación de nuestro espíritu, proveniente del favorecer de Dios, que abre cada uno de los trascendentales personales.

La persona humana es orientada y elevada “hacia” Dios abriendo cuatro aperturas trascendentes, fruto de esa llamada inicial.

El panorama se amplía así, en el ascensor acristalado gracias a esas cuatro aperturas trascendentes, que son infusas y naturales.
 
A la llamada inicial podemos llamarla gracia inicial (que abre el radical co-ser hacia Dios). A esta apertura trascendente la denomino humildad trascendental).
 
La llamada inicial en cuanto que también abre los otros tres trascendentales personales hacia Dios, podemos también llamarla gracia primera.

A estas tres aperturas trascendentes las denomino de la siguiente manera: 
la esperanza trascendental es la apertura de la libertad. 
La fe trascendental es la apertura del inteligir personal. 
La caridad trascendental es la apertura del amar. 

(Ustedes comprenden que no se trata de las virtudes teologales de la teología, sino aperturas naturales de la persona humana a Dios, desde su creación).
 
 
c) Insistencia o mantenimiento de la llamada.
Es la elevación propiamente dicha.
Dios mantiene insistentemente la llamada (es un diálogo creador), para que el hombre aporte su don.
Insistencia que permite comprender la condición temporal de la vida.
 
Esta insistencia o mantenimiento de la llamada no es otra cosa que el tirar de Dios, hacia arriba, que no cesa de elevarnos libremente.
Recuerden que “elevación” no significa que “estemos” elevados, sino que estamos siendo elevados. Cuando decimos "elevación", hablamos de un movimiento que no cesa.
Insistencia en la llamada.
 
Aquí se incluyen también intervenciones sobrenaturales de Dios que nos favorecen aún más. Por ejemplo, cuando Dios llama a un pagano a reconocerle como el Dios vivo.
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Debemos explicar ahora otras dos elevaciones que no tenemos de entrada: la santificación y la glorificación.
 
d) La santificación: para entenderla nos servirá volver al mito del ascensor acristalado: imaginemos en el interior del ascensor, una sala enorme, con pantallas en color, donde se pueden ver, por anticipado,  los misteriosos juegos eternos, que están más allá de la azotea.
Esas pantallas (cual un VAR) nos hacen gozar de una elevación sobrenatural que los teólogos suelen llamar "gracia santificante", anticipación de la vida eterna. (Tras la caída, la llamamos “nueva creación”).
 
e) La glorificación es el encuentro definitivo con Dios,  más allá de la azotea, en el que conoceremos cómo Dios nos conoce: como hijos que serán siempre "además", jugando y cantando eternamente.
 
x) Pero además de estas cinco elevaciones no debemos olvidar que "trascendentalmente" hubo una caída (que se corresponde con lo que la teología llama pecado original). No es otra cosa que la comunión con el maligno, con el don "nadie". Es la caída trascendental. La pandemia original. Un obscurecimiento del ascensor que dificulta la visión hacia afuera y hacia adentro. Las consecuencias de este apagón inicial son patentes. La principal, la ignorancia. Sin embargo, el ascensor no ha dejado de subir y la esperanza no cesa de renacer. La humanidad subsiste hacia su Destino.


¿Qué significa "apertura"?

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"Apertura", referida al ser, significa ser "inagotable". No inagotable en el sentido de que no deje de moverse o infatigable. Sino en el sentido de ser fuente inacabable de novedades.

El ser personal, se distingue del ser del universo, entre otras cosas porque es un ser
 abierto. No se agota.
El ser del universo, sin embargo, se agota en ser lo que es. Aunque se mueva como un caleidoscopio, las figuras de colores que se forman no son infinitas, en un momento dado comenzarán a repetirse: se acabó lo que se daba.

La persona, al ser libre, siempre puede ser más, recibir más, dar más. Si la dejan y quiere.

El
 ser personal es "insistente", abierto por dentro, complejo, 
mientras que el
 ser del universo es "persistente" o sencillo.

La persona humana es compleja, especialmente desde su intimidad. La persona humana está abierta por dentro.

Si queremos hacer una antropología verdaderamente trascendental, debemos estudiar las distintas aperturas del ser personal.

Veamos pues esas seis aperturas del ser personal que he propuesto en este blog:

0. Apertura trascendente (etiqueta 5.13.0)

1. La apertura interior (etiqueta 5.11.0)

2. La apertura hacia adentro (etiqueta 5.11.4)

 La persona busca la aceptación de Dios, su destino.

La persona humana busca saber quién es (Intelecto  personal) y quién la aceptará (Amar donal).

 

3 y 4. La apertura hacia afuera. (etiqueta 5.12.0)

Con dos dimensiones que llamaremos

3. apertura "exterior(etiqueta 5.12.1) y

4. apertura "manifestativa" o inherente(etiqueta 5.12.5)


5. Apertura esencial. La esencia dual (etiqueta 5.12.6)

A ellas tendremos que añadir nuestra glorificacion en el Cielo.

7. el destino humano o encuentro futuro y pleno con Dios que transciende la apertura transcendente. Lo estudiaremos en la etiqueta 5.18.0.

En el encuentro con Dios la persona debe convertirse. La glorificación es un encuentro interpersonal en Dios.



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¿Cuáles son las 4 dimensiones del abandono del límite mental?

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Describamos rápidamente las cuatro dimensiones :

 

Por la 1ª dimensión del abandono del límite mental, al excluirlo completamente, se advierte el ser extramental. Conocemos los primeros principios reales del universo.

 

Por la  2ª dimensión  del abandono del límite mental, al pugnar con el límite, encontramos (o se explicita) la esencia extramental que es distinta del ser extramental y estriba en la tetracausalidad del universo. La cuatro causas físicas son explicitadas.

 

Por la 3ª dimensión del abandono del límite mental, gracias al desaferramiento del límite, alcanzamos el ser personal, también llamado co-existencia humana o co-ser.

 

Por la 4ª dimension, gracias a la demora creciente en el límite mental accedemos a la esencia humana.



Glosa a Salvador Piá. El hombre como ser dual. p.47, nota 2.

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¿Qué es el amor?

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El amor es comunión de personas.

Dependemos libremente unos de otros. No somos nómadas aisladas.

Dependemos según el conocimiento y el amor (es decir, libremente).

En la medida que nos servimos unos a otros formamos una comunión.

El Amor cabal es la Comunión de las Personas en el seno del Trinidad.


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¿Qué es naturaleza y qué es libertad?

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Una de las primeras aporías de la filosofía es cómo conjugar lo Uno y lo Múltiple.

El problema es mal resuelto si optamos por el monismo (Parménides) o si separamos en exceso (dualismo cartesiano).

En la actualidad muchos niegan la libertad pensando el mundo y los humanos como combinatoria de átomos (es la versión materialista de lo Múltiple, como si todo fuera una combinatoria de naturalezas físicas). Como si fuéramos una red material.

Otros, en su interior, se imaginan de tal modo libres, que deciden vivir según su espontaneidad (es una versión idealista de lo Uno, como si todo fuera libertad espontánea de mi yo). No cuentan con lo otro. Y no se dan cuenta de que la espontaneidad, sin comunión amorosa, es signo de­ falta de libertad.

Nosotros sostenemos que no hay contradicción o contraposición entre naturaleza y libertad.

Es cierto que el filósofo busca el primer principio (arjé) que explique la realidad entera.
Desde Parménides se sabe que ese principio es el ser.

Pero ¿es el ser uno, monolítico? ¿Es acaso el  ser un "todo" compuesto de innumerables  teselas?

La unidad, en antropología, es siempre prematura.
Los seres libres somos creados, elevados, "hacia" la unidad.
Lo que en Dios es Uno (principio y fin, alfa y omega, sentido genético y sentido desbordante del ser) en la criatura es múltiple.

El ser del universo físico contiene naturalezas, principios de operaciones que tienden a cumplir el Orden del ser sencillo. Su "desbordamiento" o actividad es solamente movimiento físico.

Juan A. García llama sentido genético del ser a esa capacidad que tiene, de entrada, el ser primero o universo creado, la naturaleza pura. Actividad sencilla.

La persona creada, sin embargo, es dotada de una actividad superior, pura actividad, desbordamiento, que llamamos libertad. Polo la llama ser segundo.

La persona no es la actividad "sencilla" de lo ya determinado en la naturaleza por las condiciones iniciales del universo. La persona se destaca siempre de sus obras y no se reduce a ellas.

La persona es un ser que desborda su actuar. Su actividad es un renacer añadido libremente, que no se aquieta nunca. Podemos equipararla a la libertad trascendental.

La distinción entre naturaleza y libertad es pues primaria.
El ser se dice, de entrada, de muchas maneras. Entre otros tiene un sentido genético (naturaleza) y un sentido puramente activo (libertad).




Para saber más:
Etiqueta 3.1.0 sobre el ser del universo
Etiqueta 1.1.2 sobre la libertad
Etiqueta 5.5.4 sobre la libertad personal
Etiqueta 1.14.0 sobre la unidad
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¿Qué es primero, la verdad o el amor?

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En la persona la verdad y el amor están unidos antes de su distin­ción en operaciones de facultades distintas.

La verdad personal, en el hombre, es indisolublemente amor, superabundancia. Es la verdad cantada. A dúo y en coral.

La verdad en sus raíces no es un remedio necesitado.
Lo dice Rilke: el hombre está más allá de todo fin. No se acaba.
El mundo se va terminando en objetivos, pero el amor humano, entonces, rebrota.

No se puede decir que lo que sigue a la verdad no sea verdad. Toda la hondura del espíritu se manifiesta en el canto, y sin verdad es imposible cantar.
Por tanto, no es verdad que ante la verdad solo quepa detenerse.
Eso es consecuencia de la perspectiva subjetivo-objetualista derivada del afán de certeza cartesiano.

Someter la verdad al criterio de la certeza constituye un error.
El error no es sino paralización de la verdad: cogito, sum, como principio de la filosofía. Soy lo que soy. Parménides subjetivo.
Entonces no hay cabida más que para las ideas claras y distintas.

Pero la verdad no está destinada a aquietar la sospecha o la duda, sino a movilizar.

Verdad y amor en comunión.


Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;
Etiqueta 5.2.1 la verdad;
Etiqueta  20.13.0 Descartes;
Etiqueta  5.5.3 amar donal;
Etiqueta  1.2.2 amor;
Etiqueta  1.0.0 preguntas para empezar;

Etiqueta 15.0.0 Polo genial.
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¿Qué es un misterio?

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Un misterio es una iniciativa divina.
Rom 11, 38: "sus decisiones son insondables y sus caminos impenetrables".
De Juan Fernando Sellés he aprendido que más que realidad indescifrable, misterio significa realidad inagotable.

Coloquialmente, misterio es lo que la razón no puede abarcar.
No lo puede ante la imposibilidad de culminar la intelección de su Origen.
La máxima amplitud en la que se incluye nuestra libertad no tiene límites. La vida es así aventura interminable. Cascada hacia adentro.
El Misterio cristiano es la iniciativa divina para salvar a los hombres por el sufrimiento de Cristo.
Los sacramentos, misterios, son acciones de Cristo para salvarnos.

¿Qué es la esencia?

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Podemos describirla con una imagen: la esencia es el meollo de un ser.
 
Como el cogollo de la lechuga, como el corazón sabroso de la alcachofa.
 
La esencia es la verdad de cada cosa. Lo que cada cosa es.
 
La esencia es el meollo, o de otra manera, esencia es el “busilis”. Busilis es una de las palabras con las que uno puede referirse al meollo inteligible de la realidad.
Busilis significa también punto de extrema dificultad, lo más enigmático de un asunto, su punto clave.
 
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Sin embargo, ser meollo no quiere decir ser lo más profundo de un ser.
El meollo de una persona humana es su esencia, su yo. Pero ¿quién soy yo? Más adentro del meollo soy “además”. Mi intimidad es mi “además”, mi además del yo.
Una cosa es quién soy (persona) y otra cosa es lo que soy (esencia, yo, lo que he llegado a ser).
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Debemos hacer otra observación:
Polo, filósofo de la distinción, distingue entre la esencia humana y la esencia del universo.
 
La esencia humana es la manifestación de la persona: todos somos personas, pero cada uno tenemos nuestra verdad, nuestra "esencia", nuestro "meollo" personal: mi vida.
 
La esencia humana (la vida de cada hombre) es así la manifestación libre de la persona humana (su disponer).
 
Pero la esencia del universo o esencia extramental es distinta a la esencia humana. En efecto, no es libre, es sencillamente un despliegue tetracausal del ser del universo.
 
 
En un glosario, que Juan Fernando Sellés tuvo la amabilidad de enviarme, trata así a la esencia :
 
Esencia(del latín essentia) del universo es la concausalidad entera (materia, forma, causa eficiente y causa final), es decir, los principios reales en los que se analiza el acto de ser del universo. Debe distinguirse, por tanto, la esencia física del acto de ser del universo. No debe confundirse, por otra parte, esta esencia referida a lo físico con la esencia humana.
 
Esencia humana
es la naturaleza humana perfeccionada por hábitos y virtudes. El término designa el disponer, aquello según lo cual disponemos, no quien somos. De la esencia son las facultades superiores del alma, la razón y la voluntad, específicamente cuando éstas están perfeccionadas por los hábitos. Cuando tenemos hábitos (virtudes en la voluntad) podemos disponer mucho mejor de nuestras potencias para actuar según ellas son, (no para disponer de ellas) es decir, gracias a los hábitos y virtudes podemos pensar mejor y podemos querer más y mejor.

 

En la etiqueta 1.16.0 tratamos del Inicio de la Filosofía.

Etiqueta 1.1.4 la esencia.


¿Qué es lo trascendental?

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A lo primero se le puede llamar lo trascendental. 

Lo primero es el ser.

Lo trascendental es el “ser”.

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Lo primero es el ser, pero el ser "se dice de muchas maneras".

Por ejemplo, no es lo mismo el "ser" que la "esencia" (aunque la esencia también es ser). La esencia no es trascendental.

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Lo trascendental es el “acto de ser”. 

Lo primero es el "acto de ser", pero no es lo mismo

- el acto de ser Originario (Dios),

- que el acto de ser personal,

- o que el acto de ser del universo.

 

Lo trascendental se dice, pues, al menos de tres maneras.

 

En Antropología poliana distinguimos entre el acto de ser del universo y el acto de ser de la persona humana (que es libre).

De ahí que quepan dos consideraciones de lo trascendental según hablemos del universo o de la persona.

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Estrictamente, lo trascendental es el acto de ser de Dios, el dar puro. 

 El dar puro es Dios.

 

Pero el acto de ser personal humano y angélico es también un dar trascendental.

 El acto de ser del universo es trascendental pero no es un dar, pues no es libre.

 

 Para saber más:

Etiqueta 5.2.0   Los Trascendentales

Etiqueta 5.2.0  Trascendentales metafísicos

Etiqueta 5.5.0  Trascendentales personales

Etiqueta 1.0.3  Trascendentales supremos

 

Etiqueta 1.0.2   Dar trascendental

¿Qué es estrictamente lo trascendental?

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Lo trascendental es el dar puro.

Así se expresa Ignacio Falgueras en el artículo "Aclaraciones sobre y desde el dar", en Miscelánea poliana nº 9.
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¿Qué distinción conviene no perder nunca de vista al estudiar la Antropología trascendental?

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Para mejor entender quién es el hombre, es decir, para estudiar la Antropología trascendental, tal como Polo propone, no conviene perder de vista que el hombre es dual: persona humana y vida humana.

Existen dos niveles en el hombre, uno que llamaremos trascendental y otro que llamaremos esencial.

No es lo mismo el "ser personal" (que es el nivel trascendental) que "la esencia humana" (que es el nivel esencial).
El hombre es dual.
La fuente de la que surge la dignidad del hombre es su ser personal, radicalmente libre, que merece por eso el calificativo de "persona".
Lo más profundo del hombre es su "ser personal".

Sin embargo, llamaremos "esencia humana" a su libre manifestación.
La esencia humana es el "disponer".
La persona humana "dispone" según su esencia.

Polo amplía la clásica distinción entre esse y essentia, y lo hace descubriendo un nuevo sentido del esse y un nuevo sentido de la essentia.

El esse  de la persona o ser personal, es distinto del esse  del Universo que estudia la Metafísica. Es un ser libre.

La essentia de la persona humana es también distinta de la essentia  del Universo o tetracausalidad. La esencia humana es "el disponer" libre de cada persona.

Por eso insiste en que la Metafísica debe ampliarse con la Antropología trascendental.
No es lo mismo el ser que estudia la Metafísica que el ser que estudia la Antropología trascendental.

Aunque ambos estudios son Filosofía primera.

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¿Qué busca la Filosofía Primera según Leonardo Polo?

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La Filosofía Primera busca lo más "radical", el primer principio, que debería  ser único: el fundamento de la realidad.
Así lo entendió Platón, cuando consideraba el Uno como fundamento de todas las esencias.

Polo, sin embargo, propone que la Antropología filosófica es también filosofía primera.
¿Por qué? Porque lo radical del ser no es solamente fundamento.
Ser persona también es radical.

La Antropología filosófica, en tanto que filosofía primera, estudia pues los radicales "personales", que se distinguen (ademaseando) del primer principio o Ser del Universo.

La física y la biología clásicas son filosofías segundas pues no tratan del fundamento, no buscan el primer principio, sino que buscan comprender lo real de acuerdo con principios y causas; principios y causas (físicas o biológicas) que son menos radicales que el primer principio.

Estas ciencias buscan explicar la realidad por sus causas.
Las causas son principios, pero no primeros principios.

La Filosofía Primera es, desde siempre, la Metafísica.
Sin embargo, con su propuesta de ampliación, Polo defiende que la Antropología no es filosofía segunda, sino que es también Filosofía Primera.

¿Es "también" filosofía primera?: es "además", filosofía primera.

Dios creó la filosofía primera, para que juguemos con ella. La Antropología filosófica le da sentido. Es más primera que la primera. Es, humildemente, "además".

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¿Qué es lo primero que estudia la Filosofía primera?

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Lo primero que estudia la Filosofía primera es el Ser.

Pero atención, el Ser no es unívoco.

Polo es (entre otras cosas) el filósofo de la distinción.

Debemos distinguir entre
- el ser Originario,
- el co-ser personal y
- el ser del Universo.

Los tres son "ser", pero son distintos.

Noten cómo se abre el horizonte admirando la distinción del Ser. A la filosofía del Ser, se le llama filosofía "trascendental" y es la filosofía primera o filosofía de lo primero.
Lo primero es lo trascendental.

Y como el ser se distingue en ser Originario, en co-ser y en ser del Universo, la filosofía primera será Teología natural, Antropología trascendental y Metafísica, respectivamente.

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