¿Qué son las virtudes teologales?
¿Son la fe natural y la fe sobrenatural dimensiones de la fe?
Es lo que llamamos fe “natural”.
Este conocimiento, que se va alcanzando de Dios, se enriquece por la revelación que Dios hace del conocimiento que tendremos en el Cielo. Es una “anticipación” del crecimiento irrestricto que tendremos de la intimidad en Dios.
Por eso podemos decir que la fe sobrenatural es una dimensión de la fe que evita la desfuturización del conocimiento divino.
La fe tiene, pues, dos dimensiones: conocer más y conocer sin cesar.
Si naturalmente ya somos hijos de Dios, ¿qué añade el bautismo?
Y sostenemos que la gracia santificante es una “anticipación” de nuestra filiación eterna en el Cielo.
Gracias al bautismo podemos saber y amar con la Vida que tendremos en el Cielo.
Sin embargo, eso no quiere decir que tengamos ciencia infusa, porque la persona humana libremente debe “querer”. De ahí que sea necesaria la catequesis y la educación en las virtudes.
¿Es equiparable la insistencia en la llamada con las gracias actuales de la teología?
Cuando trabajamos lo hacemos con la ayuda de Dios.
No es una ayuda “externa”.
Dios nos da el ser y el actuar, naturalmente.
Dios nos inspira.
Eso no quiere decir que nos diga cómo vamos a marcar
el penalti, sino que nos da la luz de la inteligencia para intentar hacerlo
bien por nosotros mismos.
No es una ayuda violenta o externa.
Podríamos, pues, hablar de gracias actuales
naturales.
La teología clásica tiende a llamar “sobrenatural” a todas las ayudas de Dios, de ahí que mi opinión sea que debemos reservar el calificativo de “sobrenatural” a las “anticipaciones” de nuestro crecimiento en el Cielo.
Son gracias
sobrenaturales distintas de las gracias actuales naturales que componen el
mantenimiento trascendental de la llamada inicial.
Son ayudas añadidas por la mediación de Cristo
glorioso.
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