Mostrando entradas con la etiqueta 05.02.02 Preguntas sobre el bien. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 05.02.02 Preguntas sobre el bien. Mostrar todas las entradas

¿Qué es el bien?

.




El bien es la efusión del Ser.

Se dice también que el bien es "lo otro que el ser", en orden a la realización del ser.
Es importante notar que el ser creado es inidéntico. A eso alude la expresión "en orden a su realización".

Siempre podemos dar más, ser más. Los bienes son el futuro que se va realizando.

Ideamos bienes (lo otro) y podemos quererlos y otorgarlos en orden a destinarnos.

El bien está siempre subordinado a la aceptación por el otro, con el Otro.

El Bien Absoluto es el Don del Espíritu Santo que realiza la Comunión.


 .

¿Es el bien un trascendental?

.


Los trascendentales son las propiedades puras del ser.
"Pura" significa aquí acto sin potencia.

Los trascendentales metafísicos son las propiedades puras del acto de ser del universo físico.

Los trascendentales personales (descubiertos por Polo) son las propiedades puras del acto de ser personal.

El bien se convierte con el ser: tanto con el ser del universo físico como con el ser personal.

El bien metafísico es difusivo.
El bien personal es efusivo. (No es otra cosa que la tríada amorosa trascendental, el Amar personal con sus tres dimensiones Aceptar, Dar y Don).

La ampliación de los trascendentales (además del bien metafísico el "amar" personal) se comprende cuando entendemos la libertad trascendental.
En efecto, el ser personal es libre, por lo tanto, su ser es co-ser, su verdad es inteligir personal, y su bien es amor personal.

 .

¿Qué distinciones es conveniente hacer antes de abordar el tema del bien?

.


En primer lugar: no es lo mismo el bien trascendental que el bien esencial.

El bien trascendental es una de las propiedades puras del ser. Es un trascendental como el acto de ser y la verdad.

Si, con Polo, distinguimos entre el ser personal y el ser del universo físico, tendremos dos trascendentales distintos: el bien personal (que se convierte con el ser y la verdad personales) y el bien metafísico (que se convierte con el ser y la verdad del ser del universo físico).

El bien esencial: tanto la esencia de la persona humana como la esencia del universo físico tienen razón de bien. La persona humana otorga los bienes de su vida (en efusión) y el ser del universo físico se despliega según el orden del universo (en difusión).
Tenemos así el bien esencial personal y el bien esencial metafísico.

El bien personal es efusivo.
El bien metafísico es difusivo.

++++++++++++++++++++++

Detengámonos en los distintos bienes, sin olvidar que la noción que abarca todos los bienes es su consideración como "lo otro que el ser, en orden a la realización del ser".

El bien de la persona es su realización como amor. (Es la comunión gracias al don otorgado; en el caso de la persona humana es el encuentro con su réplica divina).
El bien del universo físico es su realización como conectivo del amor personal (que lo convierte en don, elevándolo).

El bien trascendental personal  es la efusión de las personas como comunión de amor,  siempre abierta al futuro. Tal el fuego. Es un bien necesario (de ahí que los condenados desesperen, al cerrarse libremente al futuro). También se le llama bien absoluto, en cuanto que se añade al Ser, sin añadirle nada.

Mi bien esencial personal es la efusión de mi esencia para entrar en comunión con otros. También se llama bien moral. Es el bien operado o procurado u otorgado. Es la dimensión "esencial" del amor personal humano. Su efusión.


El bien trascendental metafísico es el futuro, en cuanto tal, del universo físico, que es sencillo y depende solamente de Dios. Es también un bien necesario. Es el sentido metafísico del bien: todas las cosas tienden al bien por el que han sido creadas. El ser es una fuente que mana y manará.


El bien esencial metafísico es la realización del plan de Dios para el universo físico. En el análisis del bien del universo, descubrimos la esencia del universo como tetracausalidad que se despliega. Su cumplimiento es el orden de las causas. Su difusión.
Gracias a los bienes del universo físico, las personas podemos conectarnos unas a otras, para otorgarnos dones, y hacer crecer la comunión de nuestras vidas.

 .

¿Hay distintos niveles de bien?

.
El bien es la efusión del ser.

La verdad es el desvelamiento del ser. El bien es su efusión.

El bien, me escribió un día Jorge Mario Posada, es lo otro que el ser, en orden a la realización del ser.

Veamos sus niveles:

1) El bien absoluto es el Don de Dios. El Espíritu Santo que se identifica con el Dar y Aceptar divinos.

2) El bien de la persona es la efusión de su ser.

El bien trascendental personal  es la efusión de las personas como comunión de amor,  siempre abierta al futuro. Tal el fuego. Es un bien necesario. También se le llama bien absoluto, en cuanto que se añade al Ser, sin añadirle nada.

A nivel trascendental, el bien de la persona es el futuro no desfuturizable, pues Dios la asistirá siempre. Siempre más. Es la Réplica de cada quién en Dios.


3) A nivel esencial el bien personal es su don, es decir, su esencia creciente. La tarea de la persona es hacer el bien que ofrecerá a Dios. Edificar su vida.

+++++++++++++++++++++++++
Y ahora hablemos del ser del universo físico, que es distinto del ser personal, pues no es libre.

1) El bien absoluto es Dios como primer principio de Identidad.

2) El bien del universo físico, a nivel trascendental es el futuro, sencillamente persistente.

3) El bien del universo, a nivel esencial, es su esencia, el despliegue de la tetracausalidad que se cumple gracias a la causa final. Por eso hay un adagio en filosofía que dice que el bien tiene razón de fin.








Para saber más
Etiqueta 4.0 La esencia del universo.
Etiquetas 1.4.4 la tetracausalidad y  1.4.8 Causa final (ambas en construcción).
Etiqueta 1.0.2 Dar trascendental

 .

Si el bien es "lo otro que el ser", ¿es lo mismo "bien" que esencia?

.
En un cierto sentido sí, porque la esencia se distingue realmente del ser, y por tanto es "lo otro" que el ser.

Pero es estrictamente  "bien" en cuanto que es aceptada por otro, con y por el Otro.

Pienso haber entendido esta explicación en el blog poliano de Juan A. García González, tras una  intervención de Jorge Mario Posada, aclarando que hace falta distinguir el intento de bien como "otro que el ser", de la instauración de ese intento.

La instauración de ese intento se realiza con intervención de las personas: las personas aceptan u otorgan un don, el bien.

El intento de bien aparece gracias a la razón práctica y es refrendado por la voluntad, a nivel de la esencia del hombre. Es ésta la dimensión  esencial donde se juntan bien y esencia, si las personas se aman.

El amar, trascendental personal, acepta o da el bien al otro, con y por el Otro.


+++++++++++++
Me permito insistir: Si el bien es "lo otro que el ser" en orden a su realización, el bien es un don.

El bien de la persona es su esencia libremente otorgada y aceptada.
El bien del universo es su esencia desplegada según Dios, con la colaboración del hombre, como teatro de nuestros Amores.

+++++++++++++++++++++
En cualquier caso, el bien es un don. Es lo otro que el ser, que se realiza como don de la persona.

1. El ser (del Universo físico) persiste,  y entonces la persona que otorga el don es Dios. Ese don es el bien metafísico, que podemos contaminar con nuestros amores desordenados.

2. El ser (la persona humana) insiste, y entonces es la persona humana la que otorga el don, añadiéndose al querer de Dios. Ese don es el bien moral.

3. Si lo miramos desde la esencia, el bien es crecimiento :
El bien metafísico existe (la esencia del universo).
El bien personal es siempre más, consiste (la esencia humana).
El bien antropológico es, pues, lo que las personas añaden a la esencia, desplegándola (bien metafísico) o queriéndola (bien personal).

En los tres casos el bien (lo otro) es el ser en orden a su realización.


Jorge Mario ha aclarado que a nivel trascendental,  el amar equivale a dar y a aceptar un don.
Es una ampliación del bien trascendental metafísico, es ahora uno de los trascendentales personales descubiertos por Polo.

 .

¿Qué es servir?

.
Servir es hacerse otro sin dejar de ser quien somos, en orden a la comunión, para dar más. Como una coral. Acompañar.
Servir es "hacerse otro", por el amor, gracias a los dones que aceptamos y otorgamos.

Aprendí de Ignacio Falgueras que "hacerse otro" es más que desvelar el ser. Pues cuando el ser se desvela nos inspira y le cantamos, dándole más.

Servir es "hacerse otro" para dar más a alguien. Es convertirse en bien para alguien.

Somos un bien para los demás gracias a los dones, que aceptamos y otorgamos.

Si el bien es lo otro que el ser en orden a su realización, servir será el "hacerse otro" para dar más a alguien, en orden a la comunión de personas (que es el amor).

 .

¿No serán la verdad y el bien, el conectivo del amor?

.
Siendo la verdad el desvelamiento del ser.
Siendo el bien la efusión del ser.
Siendo el amor la comunión del ser.

Pienso que los tres son convocados por la belleza de la humildad.

Quizá, según el plan de Dios, es María el conectivo. La Belleza que convoca.

 .

¿Es el bien más o menos intenso?

.
La noción de "intensidad" la reservamos para la esencia, que puede crecer más o menos.

El acto de ser no es intensivo.


El bien trascendental no es más o menos "intenso".

El bien esencial sí que es más o menos "intenso".

Mi bien trascendental es el don de mi vida cuando sea acogida por Dios. Este bien no crece, es mi Réplica.

Mi vida, sin embargo, sí que va creciendo, y ese crecimiento es precisamente mi bien "esencial", que voy otorgando libremente.

Mi esencia (mi vida) es un bien (esencial) porque, gracias a ella, entro en comunión de amor con el otro.
Es lo que en mí es también de otro.

Para el universo el Bien trascendental es la tetracausalidad querida por Dios, y el bien esencial su despliegue según el orden divino.

Para cada persona el Bien trascendental es su Réplica como Don acogido por Dios.
Su bien esencial es el otorgamiento que va realizando de su vida.


El bien más alto, es Dios, la Esencia divina, el Don del Espíritu Santo, que es Fuego que no se consume ni se consuma, que no crece.

En Dios Ser y Esencia se identifican. Dios es simple.


El bien es conectivo entre las personas, o conectivo del amor. Nos otorgamos bienes.

La noción de "intensidad" puede entonces describirse como mayor o menor cercanía de la esencia (del don de las personas) al Don Absoluto, el Amor que es la fuente de la comunión entre Personas.
La mayor cercanía, o identificación, es el Verbo, donde inhiere mi Réplica.

Un mismo bien puede ser, esencialmente, más o menos intenso. Depende de cómo jueguen las personas.


Nótese que Polo, describe la noción de "alternativa" como el encuentro con un modo de "vivir" mejor.
Así, hablando de las oportunidades que aparecen en la vida, al presentarse, podemos descubrir una mayor sociabilidad o comunión de amor.

La vida, que es la esencia humana, crece cuando hay mayor Comunión, cercanía al Amor.

En definitiva, a un mismo bien, a una misma oportunidad, se le puede sacar más punta según la libertad, es decir, según juguemos en el ámbito de la máxima amplitud.  

 .

¿Es lo mismo fin que bien?

.
Al estudiar la moralidad de las acciones humanas se suele decir que el fin tiene razón de bien.

En efecto, el fin es el bien que se intenta al actuar.

Sin embargo, no todo bien es fin, pues hay bienes que nunca terminan.

Por ejemplo, la felicidad vivida en el orden del Amor.

 .

¿Es el bien un don?

.
En Antropología, el bien, efusión del ser, es un don que se queda dentro.

Al darlo no se pierde. (Pues siempre encontrará correspondencia, si no, ese amor habría que matarlo. Dios, sin embargo, que tiene memoria, en último término se encarga de guardarlo).

Y el alma crece, esperando que el don sea aceptado y recuperado con creces.

 .

¿Tiene normas la libertad?

.
Sí, las normas éticas.
Las normas éticas son leyes del ser libre para ser libre.
La primera es "haz el bien y crecerás".

El ser humano es un ser libre, es un ser personal, dueño de sí, debe destinarse y para destinarse necesita conocer su destino y el camino que conduce a él.
Destino que no se le impone. Libremente, la libertad se trueca en búsqueda de su destino.
El hombre libre es capaz de entender su destino y el camino.

Al ser libre puede seguirlo o no. Y puede cantarle.

Es aquí donde podemos ya comprender la normatividad ética propia de la libertad humana.

Las leyes éticas no son leyes físicas que nos determinan, son leyes del ser libre para ser libre, para destinarse libremente a su destino.

Veámoslo:

En la medida en que se entiende y se ama el destino, somos más libres, más dueños de nosotros mismos.

La ética descubre así dos series de nociones que son enteramente originales del hombre libre, a saber, bien-mal, virtud-vicio.

Bien y mal no se puede decir de lo físico, a no ser que abusemos de las palabras. La explosión de una supernova no es ni buena ni mala.
Buena mesa y mala mesa, o buen clima y mal clima, son acepciones secundarias.
Bien y mal, primariamente, son nociones estrictamente éticas que sólo se captan si se es libre. Lo bueno me conduce a mi destino, que libremente he de darme. Lo malo me separa de mi destino.

Haz el bien y crecerás es la primera norma ética, la primera norma de la libertad, del ser libre para ser libre.

Por otra parte, el cumplimiento o no de las leyes morales, modifica intrínsecamente la capacidad de realizar las acciones. Aparecen las virtudes y los vicios que perfeccionan o malogran la voluntad humana.

Ya tenemos las tres dimensiones de la ética: normas, bienes y virtudes.







De esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 61.2, 62.3 y 63

Para saber más:
sobre normas, bienes y virtudes, ver etiqueta 9.1.4
sobre la ley natural, ver etiqueta 6.2.0
sobre ética, ver etiqueta 9.0.0
sobre el bien, ver etiqueta 5.2.2
sobre la virtud, ver etiqueta 6.2.5

sobre el destino, ver etiqueta 13.0.0
.

¿Qué es lo bueno y lo malo?

.
Primaria, estricta y propiamente, decimos bueno y malo
de lo que hacemos según las decisiones libres.

Bueno si nos mejora. Malo si nos empeora.

Si nos mejora respecto de la vida lograda o si nos empeora respecto de la vida lograda.

La vida lograda es la que será aceptada por Aquél que no puede morir. El bien y el mal se miden, en último término, según el grado de Comunión (de Amor) que aseguran.

Originariamente, la alternativa bueno y malo es ética.

Aunque el animal percibe las situaciones de agrado o inconveniencia con su estado biológico y los estima (con el sentido interno denominado clásicamente "estimativa") como convenientes o inconvenientes, es decir, como situación que le determinará a intentar alcanzar o como algo a evitar, ese sentido de bueno y malo no es el sentido moral de  lo bueno de y lo malo.

Es un sentido secundario, como cuando decimos buena salud o mala salud. No tiene que ver con la libertad. No es una opción que esté en mis manos.

Muchas veces nos encontramos en la vida en situaciones que nos parecen malas, pero nos damos cuenta de que si esas situaciones no dependen de nosotros, no son malas, aunque mucho nos perturben.
No son malas en el sentido primario de lo bueno y de lo malo, que es el sentido moral, del que somos responsables.

Es bueno encontrar un tesoro, pero no es un bien que se derive de una decisión libre.







De esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 63.3-4


Para saber más:
sobre normas, bienes y virtudes, ver etiqueta 9.1.4
sobre la ética, ver etiqueta 9.0.0
sobre el arranque de la ética, ver etiqueta 9.1.0
sobre la ley natural, ver etiqueta 6.2.0
sobre la virtud, ver etiqueta 6.2.5

 .

¿Qué es servir?

.
Servir es hacerse otro, por el amor, gracias a los dones que aceptamos y otorgamos.

Aprendí de Ignacio Falgueras que hacerse otro es más que desvelar el ser.

Servir es hacerse otro para alguien.

Es convertirse en bien para alguien.

Somos un bien para los demás gracias a los dones, que aceptamos y otorgamos.

Si el bien es lo otro que el ser en orden a su realización, servir será el hacerse otro para alguien, en orden a la comunión de personas (que es el amor).


.

Si el bien es "lo otro que el ser" ¿es lo mismo "bien" que esencia?

'
En un sentido sí, porque la esencia se distingue realmente del ser, y por tanto es "lo otro" que el ser.

Pero el bien es "lo otro que el ser" en otro sentido: en el de que se añade al ser.

El bien entonces no es lo mismo que la esencia, pues el bien se añade tanto al ser como a la esencia.


.