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¿Puede usted describir en cuatro pasos el abandono del límite en su tercera dimensión?

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Así lo hace Juan A. García en un vídeo que les recomiendo.

El primer paso es detectar el carácter de además.

Hay que detectar el además del pensamiento.

Detectar que la persona no es el pensamiento, sino aquél que piensa, el quién que piensa.

Detectamos que el existente es además del pensamiento.

Tiene que haber alguien más que el pensamiento.

Entonces he detectado la diferencia entre el pensamiento y aquél de quien depende el pensamiento

 

El segundo paso  es aplicar o utilizar el además.

Cuando obramos libremente alcanzamos que somos un coexistente libre.

Obrar libremente no es tener un dolor de cabeza o envejecer o caerse.

Cuando uno se “toma la libertad”, se alcanza la libertad.

Me he dado cuenta de que existo libremente. Y mi libertad se ha manifestado en mi acción.

Y mi libertad no se agota cuando actúo libremente. Puedo tomarme otra libertad.

Así se alcanza  que el coexistente que somos no solamente es además de nuestro pensamiento, sino que somos un coexistente libre. Un coexistente que puede ser siempre más libre.

 

Hemos alcanzado los dos primeros trascendentales personales : coexistencia y libertad personal.

Somos seres como “acompañantes” libres de nuestras acciones.

Y ser libre es tener un futuro que nunca se agota.

El futuro es un generador de acciones.

 

El coexistente es carente de réplica, es decir, no alcanza a saber quién es, porque sus pensamientos, sus acciones no son una persona, no son la persona que es.

 

Pero hemos entendido que la persona es un ser que es intimidad, un ser abierto por dentro, que se acompaña. Hemos alcanzado la apertura interior  compuesta de los trascendentales coexistencia y libertad personal.

 

El tercer paso es darse cuenta de que el carácter de además no solo tiene una dimensión metódica, sino que también tiene otra dimensión temática.

 Cuando utilizamos como método el carácter de además alcanzamos su tema, que es también además.

 

 Además y además.

 

Saber que soy un coexistente libre, sí, pero la persona es más y por eso se busca.

 

Hemos llegado al conocer personal, tercer trascendental.

El miembro inferior del inteligir personal es lo que Juan A. García llama “alcanzar”, o también llamado encontrar trascendental. Somos hijos.

El miembro superior del inteligir personal es el seguir buscando o buscar trascendental. 

Como diría, más o menos, Solomiewiz : en la medida en que se va conociendo el Origen (mi Réplica), el inteligir es atraído por su Destino.

Se prolonga el descubrimiento.

Busco más.

Así llegamos a otra descripción de la libertad trascendental : la inclusión atópica en el ámbito de la máxima amplitud.

(Aquí aparece ya la referencia a Dios, pero vayamos con cuidado de no hacer una referencia prematura).

El hombre busca la réplica. La plenitud de la actividad que no tiene limitación. Conocerse como Dios le conoce.

 

El intelecto personal busca a Dios, pero no sabe lo que busca.

Para encontrarle tiene que pasar por el trascendental amar donal, es decir, con el aceptar-don-dar.

Ninguna creatura puede conocer a Dios si Dios no se lo da.

 

Queda el cuarto paso:

¿Quién es mi Padre? Debo aceptar su Don. ¿Y Quién aceptará mi don? Hemos llegado al amar personal.

 

El intelecto personal y el amar donal son la apertura hacia adentro.

 En las relaciones entre personas aparece el dar-aceptar-don.

Las naturalezas crecen.

Lo propio del crecimiento de las personas es el acogerse mutuamente. Ser aceptados

Cuando el don se da y acepta mutuamente es fecundo.

 

Con Dios la tríada es Dar-aceptar-Don.

Pero el aceptar de la persona humana es un darle su vida (que es su don a nivel esencial).

La persona sabrá en el Juicio si ese don es aceptado y deviene Don.

Ese saber es el saber más alto. Más alto que la sabiduría y que su conocer. Es la Luz de la gloria: conocerse como Dios nos conoce y conocerá

 

Dar-aceptar es la relación entre personas. Cuando el don se da y acepta mutuamente es fecundo. El hombre es elevado al conocimiento de Dios, como Dios le conoce.

 

No sabremos quiénes somos hasta que Dios acepte nuestra Vida, nuestro Don-don.



¿Qué es el carácter de además como método?

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Juan A. García me corrigió la formulación de la pregunta, diciéndome que mejor que hablar de método hablemos del “sentido metódico” del carácter de además.
 
Y me aclaró:
El hábito de sabiduría es el sentido metódico del carácter de además, cuyo valor temático son todos los trascendentales personales
(Se corresponde con la 3ª dimensión del abandono del límite mental. Precisión de Jorge Mario Posada).
 
El hábito de sabiduría designa propiamente el sentido metódico del carácter de además visto en orden al intelecto personal.
En orden a los otros trascendentales es mejor distinguir la coexistencia carente de réplica (sentido metódico) de la coexistencia que busca, la libertad nativa (sentido metódico) de la de destinación, el aceptar (sentido metódico) de el dar.
 
Todo eso es tema de la sabiduría humana, porque el tema del hábito de sabiduría son todos los trascendentales personales; pero sólo se habla del hábito de sabiduría en términos cognoscitivos.


Una muy importante y clara explicación de cómo abandonar el límite en su 3ª dimensión.

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La pueden encontrar en un seminario de Juan A. García Gonzalez en Youtube.
Seminario en la Universidad de Málaga, 13 julio 2012.


¿Qué es el desaferramiento?

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El desaferramiento es el modo como se abandona el límite en su 3ª dimensión.

Con este término se indica que la tercera dimensión del método poliano toma el límite mental como punto de partida, y así lo abandona, desaferrándose (pero sin excluirlo completamente).

La luz transparente (el Inteligir personal o la persona como Inteligir) coincide (lo que es equivalente a separarse), desaferrándose del límite, buscando la réplica de que carece.

Por eso es luz transparente y no luz iluminante, ya que las luces iluminantes "encuentran", mientras que la luz transparente busca siempre.

Sin embargo, no por ello no es una "coincidencia", pues al desaferrarse alcanza su carácter de "además".




De esto habla Polo en Antropología trascendental II, p. 61.3
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Por qué conviene decir “alcanzar” y “advertir” según se trate del ejercicio de la 3ª o de la 1ª dimensión del abandono del límite mental?

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Conviene decir “advertir” para indicar que el método es irreductible al tema, es decir, que el hábito de los primeros principios (1ª dimensión del abandono del límite mental) es irreductible a los primeros principios.

Sin embargo, conviene decir "alcanzar" cuando hablamos de la 3ª dimensión, cuyo método es el hábito de sabiduría, que coincide con su tema.

El "además" alcanza el "además", la transparencia.

El “alcanzarse” (método de la 3ª dimensión del abandono del límite mental), no es distinto del además: cuando se alcanza se está alcanzando.





Así habla Polo en Antropología trascendental I, p. 117.4
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