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¿Es equiparable la insistencia en la llamada con las gracias actuales de la teología?

 

Cuando trabajamos lo hacemos con la ayuda de Dios.

No es una ayuda “externa”.

Dios nos da el ser y el actuar, naturalmente.

Dios nos inspira.

Eso no quiere decir que nos diga cómo vamos a marcar el penalti, sino que nos da la luz de la inteligencia para intentar hacerlo bien por nosotros mismos.

No es una ayuda violenta o externa.

Podríamos, pues, hablar de gracias actuales naturales.

 

La teología clásica tiende a llamar “sobrenatural” a todas las ayudas de Dios, de ahí que mi opinión sea  que debemos reservar el calificativo de “sobrenatural” a las “anticipaciones” de nuestro crecimiento en el Cielo. 

Son gracias sobrenaturales distintas de las gracias actuales naturales que componen el mantenimiento trascendental de la llamada inicial.

Son ayudas añadidas por la mediación de Cristo glorioso.

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¿Qué conviene recordar antes de iniciar el estudio de la insistencia o manteniemento de la llamada?

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La insistencia o "mantenimiento" de la llamada es una de las elevaciones trascendentales del ser de la persona humana.

 

Desde lo alto, en la medida en la que Dios nos muestra el paisaje, el horizonte se va despejando, vemos y amamos más, gracias al mantenimiento insistente de la llamada.

 

Estas elevaciones se llaman "trascendentales" porque no ocurren en el tiempo de todos los días, sino que son propias de cualquier "ser" humano, ya que su origen está en el Origen. Se manifiestan en el tiempo, pero radican en los arcanos de Dios.

 

En esta elevación que estudiamos ahora, el tiempo humano tiene su particular importancia, porque es gracias al mantenimiento de la llamada, que la persona podrá ir creciendo "esencialmente", podrá hacer crecer su vida, que es el don esencial a ofrecer a Dios.

 

Al mantenimiento de la llamada le conviene el calificativo de "elevación", porque es la posibilidad del crecimiento de la persona.

 

Conviene recordar cómo hemos caracterizado el plan de Dios para dar la felicidad al hombre según cinco elevaciones de la persona humana, a nivel trascendental :

 

la creación : la estudiaremos en la etiqueta : 5.14.0, se trata de la iniciativa divina o elección de cada persona antes de la creación del mundo. Es el Misterio de Dios que nos ha amado primero;

 

la llamada inicial : la estudiamos en la etiqueta : 5.15.0. (Se corresponde con las gracias inicial y primera). Dios nos abre, llamándonos,  a su Intimidad;

 

la insistencia o mantenimiento de la llamada : la estudiamos aquí en la etiqueta : 5.16.0 y se asimila a la gracia personal y a las gracias actuales de la teología.

 

La santificación : la estudiamos en la etiqueta 5.16.2 gracia santificante.

 

la glorificación : la estudiaremos en la etiqueta : 5.17.0. Es  el encuentro definitivo con Dios, también llamado "salvación".

 

Pero además de estas cinco elevaciones no debemos olvidar que "trascendentalmente" hubo una caída (que se corresponde con lo que la teología llama pecado original). No es otra cosa que la comunión con el maligno, con el don "nadie". La estudiamos en la etiqueta 5.16.1, se trata de la caída trascendental.

 

Y hay también una redención trascendental. Es lo que hemos llamado santificación o nueva creación o redención. La estudiaremos en la etiqueta 5.16.2. Es la gracia santificante de la teología.

 

Comentario de F. Enia

Una pregunta acerca de la "primera creación", la iniciativa divina o elección de cada persona antes de la creación del mundo.
En Dios no hay pasado o futuro. Dios es un eterno presente ("Yo soy el que soy"). Si Dios me ha elegido antes de la creación del mundo, si yo "soy" en Dios, de alguna manera yo estoy eternamente, siempre presente en el presente de Dios antes de mi creación en mi tiempo. Así ¿en qué sentido se puede hablar de "primera creación"?
Gracias
Francesco Enia 

 

respuesta de Kabamba el 15-I-2012

Caro Francesco,

Pienso que "Yo soy el que soy" no designa el presente, sino la Identidad. Dios es Actividad Pura, futuro indesfuturizable.

 

El "presente" es precisamente el límite mental : pienso lo que pienso y nada más que lo que pienso.

 

Cuando decimos "primera", "segunda" o "nueva" creación, no nos referimos al tiempo.

Primera creación es la creación vista desde los primeros principios. Las cosas son lo que son. Y ya está.

 

El mundo ha podido ser creado eternamente por Dios. Sin embargo, los cristianos sabemos que no ha sido así, pues Dios ha revelado que ha creado el tiempo, al crear el mundo.

 

Pero no sería inconveniente pensar en un mundo creado eternamente por Dios. Creación es la más alta dependencia.

 

¿Cómo imaginar el futuro? A mí me sirve la imagen de la llama, que siendo la misma, se mueve y quema, en incendio, los bosques.

 

Por otra parte, decimos creación "segunda" para designar la creación del ser que es "además", que debe añadirse "libremente". Dios no nos crea a las personas  y ya está. Dios nos crea según nuestra respuesta (que es "segunda").

 

Y llamamos "nueva" a la creación que restaura y embellece los entuertos de nuestras respuestas. En términos cristianos es la Redención.

 

Pero no olvidemos que estamos hablando de etapas (mejor llamarlas elevaciones) "trascendentales". No ocurren en el tiempo. Nos muestran los entresijos del ser.


¿Por qué la llamada de Dios en la creación debe ser "mantenida" trascendentalmente?

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Porque la respuesta de la persona "humana", esencialmente, es su vida temporal.

 

Dios crea al hombre con una dimensión temporal que permite muchos actos de amor. Para ello es necesario que trascendentalmente se mantenga la llamada con insistencia.

 

La creación y destinación del hombre es un « diálogo creador ».

 

La insistencia de la llamada nos permite comprender la índole temporal de la vida humana.

 

Y que la vida en el tiempo del hombre tiene un valor insustituible pues es la respuesta esencial a esa llamada insistente.

 

La vida humana se corresponde con el mantenimiento insistente de la búsqueda.


¿A qué llama Polo "valor" de una persona?

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A su entrega.

 

Cada persona es única y crece y alaba a Dios según sus propias circunstancias.

 

El Origen la ha escogido con predilección y le ha otorgado su gracia "personal" que se mantiene y adapta según el diálogo amoroso de sus avatares.

A ese mantenimiento lo podemos llamar "insistencia.
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