Mostrando entradas con la etiqueta 02.01.02 Abandono 2ª dimensión. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 02.01.02 Abandono 2ª dimensión. Mostrar todas las entradas

¿Cómo se abandona el límite para "explicitar" la concausalidad predicamental?

.


Para explicitar las cuatro causas predicamentales (tetracausalidad que es concausalidad) se debe desposeer de objeto a la "presencia".

Si la presencia se queda vacía, podremos conocer que la realidad que nos rodea no es "un" objeto, o un "aspecto", sino que está en movimiento: las formas cambian desde la indeterminación de la materia, según las causas eficientes y el orden de la causa final.

Abandonando así el límite mental (que Polo designa como 2ª dimensión del abandono) se pueden explicitar las cuatro causas "en pugna" con la tendencia a objetivar.

La presencia mental, a la que no agrada ser desposeída de objeto, pugna con las causas físicas.

Para desposeer de objeto a la presencia mental, la presencia mental debe mantenerse (recuerden que en la 1ª dimensión la presencia se excluía).

La presencia se mantiene gracias a su hábito, gracias a su manifestación habitual, es decir, gracias a un hábito superior a ella, más alto que ella, que la ilumina y la hace comparecer habitualmente.

Lo que en la 2ª dimensión del abandono se excluye no es la presencia sino el "objetivarse" de las cuatro causas. Hay que excluir el objeto, manteniendo habitualmente la presencia, y es entonces cuando la presencia mental es una luz iluminante que coincide con la temática cuádruple.
La pugna viene de que las causas no deben objetivarse y eso cuesta.

Para explicitar las causas debemos, pues, pugnar por no objetivarlas.



De esto habla Polo en Antropología trascendental II, p. 61.2


.

¿Es la pugna una separación?

.


Sí.

La 2ª dimensión del abandono del límite mental es la pugna o separación de la operación de concebir y de la operación de juzgar con la concausalidad,
Dicha separación excluye el objeto de la presencia mental, prescindiendo de la conmensuración de la operación con su objeto.

Para explicitar las cuatro causas se debe "desposeer de objeto" a la presencia mental que, como no le agrada estar sin objeto, pugna, tendiendo a objetivar.

Abandonamos el límite en su 2ª dimensión si accedemos a la esencia extramental (tetracausalidad) con esa separación que, como acabamos de decir, prescinde de la conmensuración, excluyendo el objeto de la presencia mental.

En este sentido se dice que la pugna "devuelve" a la realidad extramental el contenido objetivo, que había sido iluminado por la operación, explicitando la concausalidad.


De esto habla Polo en Antropología trascendental II, nota 30 de la p. 20



.

¿A qué llama Polo "compensación"?




Sin duda, el conocimiento objetivo es más cómodo, ya que para que haya objetos basta con ejercer las operaciones mentales.

Es mucho más arduo el esfuerzo de abandonar el límite en cualquiera de sus dimensiones.

Por ejemplo, concentrar la atención (1ª dimensión) comporta una profundización mantenida, que puede incitar a dejarla en suspenso y volver a objetivar.

Polo llama "compensación" a la aparición del objeto con la que se suspende la explicitación.
(Recuerden que gracias al abandono en su 2ª dimensión se explicitan las cuatro causas físicas del universo).
Pero lo cómodo es objetivar las causas (escribirlas en la pizarra en un bello esquema).

La compensación es un descanso, para volver a objetivar, que es más fácil e interesante.




De esto habla Polo en Antropología trascendental I, p. 124.4-125


.