¿Sigue el obrar al ser personal?
¿Qué designa el nombre "ente"?
.
¿Es material el conocimiento sensible?
¿Qué es el espíritu?
¿Abordan de manera distinta, Hegel y Aristóteles la noción de “espíritu”?
¿Es la verdad una persona?
¿Cómo se distingue lo humano de lo intracósmico?
¿Qué es el dar trascendental y qué es el dar puro?
El dar trascendental (divino o humano) es el ser personal en tanto que iniciativa de la persona para ofrecer dones a otra persona.
El Dar trascendental divino es el dar “puro”. No es otra cosa que el Dar
de Dios.
El dar trascendental “humano” es una de las dimensiones de la tríada amorosa del cuarto trascendental personal descrito por Polo. Concretamente es la iniciativa de la persona humana tras ser creada por Dios. No es un dar puro pues es un dar con reservas, pues siempre podrá dar más.
Sin embargo, es un dar sin perder.
“Pierde” la ocasión de dar bienes mejores, ya que da solamente lo que alcanza y quiere. Pero no pierde, pues podrá seguir dando.
Presentación de Ignacio Falgueras
¿Qué es el autotrascendimiento?
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Frente a la visión pagana del hombre que lo presenta como alguien
que busca autorealizarse, es decir, frente a la “pretensión de sí”, Polo habla
de autotranscendencia.
En lugar de autorealización, autotranscendimiento.
Me he
decidido a utilizar el término “autotrascendimiento” (sin n) porque es así como
Ignacio Falgueras lo llama atendiendo sobre todo a la luz, el
autotrascendimiento en transparencia, el siempre poder entender más o futuro
inagotable.
Polo en su libro póstumo p.71, 2 también utiliza autotrascendimiento sin n.
Intentaré
explicar la distinción entre ambos.
Llamo autotrascendencia a la respuesta de la persona humana a Dios, que va más allá de su trascendencia para alcanzar la transcendencia (la trascendencia es lo radical en la persona humana, es decir, los trascendentales personales).
La autotrascendencia es la
respuesta a la llamada inicial.
No
autorealizarse sino autotrascenderse hacia Dios.
¿Y qué
es la autotranscendencia?
Me
atrevo a decir que es el autotrascendimiento eterno.
Para
entenderlo tenemos que aceptar la propuesta de Salvador Piá sobre las aperturas
transcendentales.
La apertura transcendente de la persona humana hacia Dios, estrictamente considerada, según Piá, equivale al modo en que inicialmente es transcendida la intimidad personal humana por Dios : esta apertura también recibe el nombre de auto-transcendimiento de la intimidad personal o llamada inicial.
Las
aperturas transcendentales no son lo mismo que las trascendentales.
Lo
trascendental en la persona humana es lo radical. (Es decir, repito), los trascendentales personales.
Lo transcendental
es más allá de lo radical.
(Cabe también llamar a lo transcendental, trascendente y entonces diremos aperturas trascendentes).Ustedes ya me entienden.
Las
aperturas transcendentales son llamadas de Dios que nos comunica, en el tiempo humano, su vida
íntima.
No son
la gracia santificante, pues la santificante nos comunica su vida eterna, lo que seremos en el Cielo, como una anticipación.
Inspirándome
en Juan A. García que dice que la persona es el ser que sabe de sí, yo diría
que el autotrascendimiento es un saber más de sí.
Y el
autotranscendimiento eterno, o vida eterna, es la aceptación de nuestra
glorificación.
La fe sobrenatural ¿es ciega?
no una mera opinión, y sin lugar a dudas.
¿Qué es la fe sobrenatural?
¿Es el "esse" causa eficiente de la esencia?
¿Sociedad ética o sociedad libre?
"Es justificado decir que como la ética es bastante complicada, la consistencia de la sociedad civil es también un asunto complicado.
No se resuelve poniendo en una constitución "todos somos buenos y benéficos".
Aquí no se puede dar nada por supuesto.
Al contrario, ser ético significa en definitiva ser dueño de los propios actos. Si el hombre no fuera dueño de los propios actos, no podría ser ético. Ser ético implica la libertad.
Si para hacer una buena sociedad elimináramos la libertad, habríamos cometido la mayor insensatez que puede cometerse.
Es preferible que haya libertad, aunque la gente no sea ética, a tratar de implantar la ética a costa de la libertad; eso es un despropósito.
Mientras tengamos libertad, a la gente se le puede enseñar a ser ética, y la gente se puede decidir a serlo; también se puede decidir a ser sinvergüenzas, cosa que si hubiera menos libertad sería más difícil.
Esto es obvio.
Si al que vende droga se le pegaran dos tiros, nadie vendería droga. Pero ¿qué es mejor? Ya estamos ante un criterio ético.
Si la consistencia de una sociedad es precisamente la ética, no se puede atentar contra la libertad, y hay que correr, por así decir, el riesgo de la libertad.
No hay que dejarse engañar; la ética vale en tanto que el hombre es libre, en cuanto que puede aumentar la libertad.
Ser ético es ser más libre. Intentar resolver la cuestión eliminando la libertad es un despropósito.
Sería un ser económico de una manera necesaria; estaría sometido a la economía. Pero en realidad el hombre está sometido a la economía desde su propia libertad, que le dice si pone una alternativa o no la pone."