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¿Es natural que la mujer se someta al hombre?

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"En el principio no fue así"

 

El sometimiento se introduce en la naturaleza tras el pecado (naturaleza herida).

 

La situación de las mujeres y de los varones es paralela.

 

Antes del pecado original, le varón buscaba a la mujer como compañera, y viceversa.

 

Pero después del pecado original, ambos se buscan con descontrol.

 

 

 

 

 

Ideas inspiradas en las preguntas nº 49 y 50 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

 

 

Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html

 

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18.1.1 analítica del amor;

1.11.0 mujer;

8.6.0 sexualidad;

12.1.0 pecado original;

1.13.0 familia


¿Qué diferencia hay entre difusión y efusión

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La difusión es como una degradación.

La efusión es incrementativa.

Los antiguos decían que bonum est diffusivum sui.
Pero lo que deriva del bien que quiere la voluntad, es inferior al bien: va hacia abajo.

En cambio, el amar trascendental es incrementativo. Es en este sentido en el que hablamos de efusión.
El amar personal "crea" el querer de la voluntad, la verdad de la voluntad que afirma al otro.

De ahí que siempre que aparece el bien hubo, trascendentalmente, una efusión incrementativa del ser.

Esto no obsta, al contrario, para que el bien se difunda, en la medida en que pueda ser acogido por el otro o por lo otro.





Ideas inspiradas en la preguntas nº 9 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

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18.1.1 analítica del amor;
1.13.1 efusión;
5.2.2 bien

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¿Comparece la persona en los actos de la voluntad?

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Ciertamente la persona comparece en los actos voluntarios.

Son actos que necesitan ser constituidos, entrando el yo a formar parte del acto.

De ahí que digamos que los actos de la voluntad son efusivos de la persona.
Son un verdadear del yo, al comparecer la verdad de la voluntad.
El yo se reconoce en los actos voluntarios.




Ideas inspiradas en la pregunta nº 12 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html

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18.1.1 analítica del amor;
5.5.3 amar personal;
6.2.2 voluntad;
1.13.1 efusión;
6.2.0 yo y sindéresis

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¿Por qué dice Polo que el "yo pensado no piensa?

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Polo repite la fórmula "el yo pensado no piensa", para señalar de una parte que lo que se piensa, lo pensado, es irreal, (y por lo tanto no puede pensar).
Lo que es real es el acto, y no el objeto pensado.

Pero esta fórmula aclara también cómo en los actos intelectuales el yo se limita a asimilar lo iluminado, mientras que en los actos de la voluntad el yo constituye el acto, desvelando a la persona.

"El yo pensado no piensa" mientras que "el yo queriente quiere".
El yo es queriente al querer.
El yo está en el acto voluntario. Está añadiéndose.

El yo no está en el acto intelectual, lo que hace es asimilar lo otro, traer a sí mismo lo otro.

En la voluntad hay algo así como la creación de una verdad. La verdad de la voluntad que quiere.
Para que haya amor, para que haya comunión de personas, no basta conocerse, la persona debe comprometerse en el querer, autodesvelarse dándose, queriéndose.



Ideas inspiradas en la pregunta nº 6 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.


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1.2.2 amor ;

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¿Es personal el amor entre un hombre y una mujer?

 

 
Debería serlo.
Si se amaran como cosas se degradarían.
El amor se mide por la calidad de lo amado.
 
Pero aunque muchos se empeñen, un varón y una mujer no tienen suficiente entidad para que uno agote al otro. Uno no puede ser la réplica del otro pues el co-ser es inagotable y un hombre solo o una mujer sola se agotan inexorablemente.
 
No tiene sentido que un varón idolatre a una mu­jer, y viceversa. Porque ni el uno ni la otra dan para tanto.
 
Sin embargo, el amor que se tienen es personal, y eso es mucho más que amar una cosa.
 
Que un varón ame a una mujer como una cosa, en realidad no la ama: habría una falta de luci­dez y de verdad en el amor.
 
Amarse como personas es la comunión de personas, el ayudarse mutuamente a crecer en el conocimiento y amor  de la única Réplica, el Hijo.
 
  
Ideas inspiradas en las preguntas nº 23 y 24 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.
 
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8.6.0 sexualidad
 
 
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¿Por qué dice Polo que cuando amamos a alguien lo estamos afirmando?

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Cuando amamos a alguien lo estamos afirmando porque al amar estamos añadiendo al ser del otro "nuestro querer que sea más".
 
El amor es la actividad culminante de la voluntad. Y la voluntad no es algo mecánico, que se desencadene sola, como cuando un perro encuentra un hueso, o un árbol.
 
Los actos de la voluntad deben ser constituidos por la persona, que se manifiesta aportando "su querer" y añadiéndose así al otro.
Aparece una novedad.
El yo se ha lanzado libremente hacia el otro. La persona comparece.
 
El amado, o la amada, resulta así afirmado o afirmada, por el amor, por el verdadear de la voluntad del amante
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Ideas inspiradas en las preguntas nº 1 y 2 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.
 
Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa.
 
 
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18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor ;


¿Son los actos cognoscitivos desvelantes de la realidad?

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La verdad es, en efecto, desvelamiento del ser.

El acto cognoscitivo es una actividad "asimilativa".
No es el yo o el acto de pensar quien constituye la mesa conocida. La mesa ya está hecha. Al conocer asimilamos la mesa.

No es que el conocimiento sea pasivo, sino que es asimilativo.

Con la intención asimilativa no nos desvelamos, sino que desvelamos la realidad.

Esto no quita que la verdad nos inspire, y entonces expresamos la verdad con nuestro canto, al aceptarla y amarla. Entonces sí que nos autodesvelamos, pero es porque interviene el amar personal.




Ideas inspiradas en la pregunta nº 5 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html


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1.2.2 amor ;

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¿Qué es el amor?

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Amor es comunión fructífera y sabrosa entre personas.

Dicho de otra manera, el amor es la comunión de personas que se afirman mutuamente.
Comunión asentada por la afirmación que uno hace del otro, del ser del otro.

Cuando dos personas se aman, se afirman mutuamente, al aportarse su "querer que el otro sea más". Estamos revelando que queremos añadirle nuestro "querer que sea más". Nos estamos "declarando".

Todos los actos de la voluntad, en cuanto que se diferencian de las operaciones cognoscitivas, tienen un carácter de autorevelación.
(No así las operaciones cognoscitivas, cuya intención es de "semejanza").

Así, cuando digo, me gusta el chocolate, revelo que "a mí" me gusta el chocolate.

Y no porque me guste como le pueda gustar la leche al gato, sino porque "la persona que soy" está constituyendo el acto de mi voluntad.
Los actos de la voluntad necesitan ser constituidos por la persona, que se manifiesta "aportando", desde su querer-yo.

El yo está en nuestras acciones, incluso cuando sencillamente escribo, pero la manifestación del yo en el escribir es una manifestación muy pequeña, casi ínfima.

Hay amores más altos, hay una jerarquía del amor.

Se debe llamar propiamente "amor" al analogado principal de esa automanifestación: al amor dirigido a un ser que cumpla la condición de grandeza e inagotabilidad.
Y que corresponda a ese amor.

Amor es, pues, la comunión fructífera y sabrosa entre personas.





Ideas inspiradas en la pregunta nº 1 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html


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1.2.2 amor ;
6.9.6 enamoramiento.


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¿Es el amor un acto de la voluntad?

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Los actos de la voluntad son seis:
- Los que versan sobre el fin: velle, intendere y frui.
- Los que versan sobre los medios: consensus, electio y usus.

Más que decir que el amor es un acto de la voluntad debemos decir que el amor es la actividad culminante de la voluntad, si se alcanza la comunión de personas.







Ideas inspiradas en la pregunta nº 1 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

Pinchen aquí para acceder a la revista y busquen el número 33 en el que aparece la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html


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1.2.2 amor ;

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¿Por qué dice Polo que la voluntad es una potencia menos fuerte que la inteligencia?

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La voluntad es una potencia menos fuerte que la inteligencia porque es menos autosuficiente.

La inteligencia ilumina la realidad con su luz propia. Es luz siempre encendida. Luz que ve a no ser que se le interrumpa el paso cerrando la ventana.

Sin embargo, la voluntad sola no sabe lo que querer.

Y además, cuando la inteligencia le presenta bienes deseables, necesita el refrendo de la persona. Los actos de la voluntad no los puede constituir la voluntad sola, sino que tienen que ser integrados libremente por la persona.

Cuando pensamos, el yo no constituye lo que pensamos.
En cambio, cuando escribimos con la pluma, nos "ponemos" a escribir. Este componerse comporta libertad, implica autodominio.
Todo acto voluntario es una autodesvelación.

Los actos de la inteligencia no son autodesvelantes del todo, basta que alcancemos una semejanza de la realidad. Nos autodesvelaremos después, si la verdad nos inspira.







Ideas inspiradas en las preguntas nº 3 y 4 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

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¿Por qué decimos que la voluntad es curva?

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Decimos que la voluntad es curva porque los actos de la voluntad necesitan ser constituidos no solo por la voluntad sino también por la persona, que "aporta" desde su querer-yo.

De ahí que digamos que la voluntad es "curva".

"Curva" quiere decir que no sigue solamente una instancia rectilínea, sino que tiene en cuenta dos direcciones a la vez: una dirección marcada por la voluntad (es la "intención sobre"…) y otra dirección superior, en la que la persona se desvela o comparece.

El yo se lanza hacia el otro, no solo porque la voluntad quiere, sino porque la persona refrenda con su querer-yo lo que la voluntad quiere.








Ideas inspiradas en las preguntas nº 1 y 2 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

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1.2.2 amor ;



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¿Qué es la intención de otro?

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La intención de otro, que es la intención propia de la voluntad, es el intento de incrementar la razón de otro en el ser. (Es decir, que el ser amado, dependa más del amante).

El amor trata de poner al otro en el ser. Quiere más ser para el otro.

Amar es así querer que el otro sea más.

Se quieren dar nuevas razones para que el otro sea. Y la razón más importante es que yo te quiero, más.

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¿Es el Espíritu Santo asimilativo?

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El Espíritu Santo no es asimilativo.
El Espíritu santo (en tanto que Persona distinta del Padre y del Hijo) es el Don al Otro.

Tomás de Aquino dice que si el Espíritu Santo fuese también asimilativo, sería un segundo Hijo. No se distinguirían.

Si se quiere hacer una teología trinitaria debemos distinguir entre la intención de la voluntad y la intención de la inteligencia.

La intención de la voluntad es intención de otro, está en lo otro, quiere más otro, transmigra hacia el otro. Por ahí se llega al Espíritu Santo.

La intención intelectual hace suyo lo otro, es asimilativa. Acepta. Por ahí se llega al Verbo.






Ideas inspiradas en la pregunta nº 6 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

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1.2.2 amor ; 

¿Es creadora la voluntad de verdades

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Sí, la voluntad "crea" una verdad que es propia de la voluntad y que consiste en el añadir, al ser del otro, nuestro "querer que sea más".
Por eso la voluntad debe estar asistida por el amar personal que aporta una novedad, la novedad de "su querer". Quiere "más ser, para el otro".

Se crea así la verdad de la voluntad que quiere.
La persona se ha comprometido al querer, autodesvela la novedad de su querer. Su voluntad "verdadea"

Hay pues una verdad en la voluntad, que sólo se da si se da el acto voluntario. Y en este sentido también hay una manifestación personal.

Más aún, en el amor en cierta manera se crea al otro, al querer más otro.
En este sentido el amor es incrementativo. Y Polo lo califica de efusivo.

Cuando queremos a alguien lo estamos honorando.


Ideas inspiradas en las preguntas nº 7 y 8 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

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1.2.2 amor ;

¿Es el bien la efusión del ser?

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El amor es incrementativo, pues la intención de la voluntad es intención de alteridad, queremos más otro.

En este sentido podemos hablar del bien como la efusión del ser, pues se está "creando" la verdad de la voluntad que quiere más otro.

Y porque queremos más otro, queremos que sea más. Y ese querer que sea más es su bien (la efusión actualizada por la voluntad del que ama).

La razón de bien depende de la razón de otro (más otro es el bien querido).

Pero la razón de bien (el querer más actualizada por la voluntad) no es espontánea o automática, no está desencadenada como si fuera un apetito sensible , sino derivada desde dentro de la persona que ama, porque el auténtico trascendental es el amar.
El bien depende del amar, y no viceversa.

Por eso podría decirse que en Dios la voluntad no es difusiva, sino efusiva.

Siempre que aparece un bien, en lo más alto hubo efusión del ser.

El bien es difusivo porque el amar es efusivo, pero el bien, en el fondo fondo, es una efusión del ser.


Ideas inspiradas en las preguntas nº 8 y 9 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

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1.2.2 amor ;



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¿Hay una verdad en la voluntad?

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Sí, hay una verdad en la voluntad, que es propiamente un "verdadear" de la voluntad y que es exclusivo de ella.

Gracias a esta verdad, el yo se manifiesta y se efunde.
Es la efusión del ser personal que conduce más allá de sí, que apunta al otro, que quiere más otro, el bien del otro o de lo otro.





Ideas inspiradas en la preguntas nº 10 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

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5.2.1 verdad;

6.2.2 voluntad
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¿A qué debemos llamar propiamente amor?

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El amor es la comunión de personas que se afirman mutuamente.

En el amor cada persona se automanifiesta.


Pero hay una jerarquía del amor.
Hay que llamar propiamente amor al analogado principal de esa jerarquía.

Propiamente el nombre de amor es merecido por el amor dirigido a un ser que cumpla la condición de grandeza e inagotabilidad. Dios.
Dios es el Amor.

Cierto es que también es amor el don gratuito y libre que se da a un chucho.
Pero la medida de la libertad no está en la indiferencia, sino en la diferencia. No está en que libremente se elija amar, sino en lo que se ama o en aquél a quien se ama.

Hay más libertad cuando se puede abarcar más. Dios es la máxima amplitud. El amor a Dios marca la diferencia más alta.

La mayor altitud de la persona a la que se refiere el amor requiere más dones para ser aceptado en comunión.

Amor, amor, es el amor personal.
Y el Amor propiamente es la Trinidad.






Ideas inspiradas en la preguntas nº 11 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

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1.2.2 amor



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¿Hay actos de la persona en los que la persona no comparece?

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Los actos propios del intelecto, los actos intelectuales son actos transparentes, translúcidos, de transparencia asimilativa en los que la persona no comparece.

Aunque la persona sea, por decirlo así, el principio de esos actos, no entra a formar parte de ellos.
La persona no los tiene que constituir.




Ideas inspiradas en la preguntas nº 12 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

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6.2.1 inteligencia

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Cogito, sum. ¿Quiere esto decir que nuestro intelecto constituye nuestro ser? ¿Se puede decir volo, sum?

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Soy porque pienso.
- No.

El planteamiento cartesiano está desenfocado.

Los actos propios del intelecto, los actos intelectuales son actos transparentes, translúcidos, de transparencia asimilativa en los que la persona no comparece.

Aunque la persona sea, por decirlo así, el principio de esos actos, no entra a formar parte de ellos.
La persona no los tiene que constituir.

Un error semejante se encuentra en el planteamiento kantiano, pues Kant creía que los actos intelectuales debían ser constituidos por el yo. El yo no los constituye sino que asimila (intención de semejanza) lo que conoce.

Sin embargo, es importante que nos demos cuenta del volo, sum. El "yo" sí que está en el "volo". Si no estuviera no habría propiamente querer. La persona comparece en los actos voluntarios a través del yo, del querer-yo.



Ideas inspiradas en las preguntas nº 12 y 13 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

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6.2.0 yo y sindéresis;
6.2.1 inteligencia;
6.2.2 voluntad;
20.13.0 Descartes
20.20.0 Kant
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¿Qué inconveniente tiene el planteamiento de Hegel que le aleja radicalmente de la filosofía poliana?

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Algunos calificaron a Polo de hegeliano mirando su planteamiento "intelectualista".

Sin embargo, Hegel no alcanza a conocer la radicalidad de la persona. Lo subjetivo (su idea de persona) en Hegel es precisamente la "idea" y, por tanto queda como fuera del hombre. Es un globo que se escapa de las manos al no entender la intimidad libre. No sabe lo que es ser persona.

El conocimiento de la conversión de los trascendentales personales "co-ser", "libertad", "inteligir" y "amar", aleja el intelectualismo hegeliano de la filosofía poliana. La soledad, en Polo, es un imposible.

La realidad no es un gran globo sino comunión de personas.
Hegel no entiende el amor.



Ideas inspiradas en la pregunta nº 14 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.

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18.1.1 analítica del amor;
20.22.0 Hegel;


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