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¿Método?

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"Método" equivale a acto intelectual.
 
O como dice Sellés: El término ‘método’ significa, en los escritos de L. Polo, un determinado nivel de conocimiento humano. La palabra ‘tema’ designa, en dichos escritos, a la realidad conocida por tal nivel.
Por tanto, ‘tema’ no tiene para Polo una acepción significativa distinta de la que de ordinario tiene esta voz.
 
 
Por ejemplo, los actos de la razón o los actos del intellectus ut habitus (hábito de los primeros principios), son actos intelectuales que nos permiten conocer la temática metafísica.
 
Los actos del intellectus ut co-actus (inteligir personal con hábito de sabiduría) son actos que nos permiten conocer los temas de la antropología trascendental.
 
En Antropología trascendental. Tomo I. La persona humana. p. 103.2, Polo escribe sobre este asunto.

¿A qué llamamos método?

 .


Toda actividad intelectiva puede ser calificada en general de metódica.
 
Con mayor exactitud, lo metódico es la “operación” ejercida.
 
Lo metódico es pues, exactamente, cualquier “operación” intelectual :
-la abstracción,
-la generalización,
-la razón,
-las operaciones unificantes.
 
Pero también, en sentido más amplio otras actividades intelectivas:
los hábitos lingüísticos,
los hábitos de ciencia (racional o positivas),
el hábito de los primeros principios
el hábito de sabiduría.
 
Glosa a Juan José Padial. El abandono del hogar y el alcance de la intimidad. II Conversaciones de AEDOS. Unión Editorial. p. 88.2


¿Con qué método se conoce a Dios?

 


Cada nivel de conocimiento tiene un tema distinto, propio.

El método que conoce a Dios es su Réplica, el Verbo.


Y el método para conocer a María es la apertura trascendente llamada humildad.

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¿Puede usted describir en cuatro pasos el abandono del límite en su tercera dimensión?

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Así lo hace Juan A. García en un vídeo que les recomiendo.

El primer paso es detectar el carácter de además.

Hay que detectar el además del pensamiento.

Detectar que la persona no es el pensamiento, sino aquél que piensa, el quién que piensa.

Detectamos que el existente es además del pensamiento.

Tiene que haber alguien más que el pensamiento.

Entonces he detectado la diferencia entre el pensamiento y aquél de quien depende el pensamiento

 

El segundo paso  es aplicar o utilizar el además.

Cuando obramos libremente alcanzamos que somos un coexistente libre.

Obrar libremente no es tener un dolor de cabeza o envejecer o caerse.

Cuando uno se “toma la libertad”, se alcanza la libertad.

Me he dado cuenta de que existo libremente. Y mi libertad se ha manifestado en mi acción.

Y mi libertad no se agota cuando actúo libremente. Puedo tomarme otra libertad.

Así se alcanza  que el coexistente que somos no solamente es además de nuestro pensamiento, sino que somos un coexistente libre. Un coexistente que puede ser siempre más libre.

 

Hemos alcanzado los dos primeros trascendentales personales : coexistencia y libertad personal.

Somos seres como “acompañantes” libres de nuestras acciones.

Y ser libre es tener un futuro que nunca se agota.

El futuro es un generador de acciones.

 

El coexistente es carente de réplica, es decir, no alcanza a saber quién es, porque sus pensamientos, sus acciones no son una persona, no son la persona que es.

 

Pero hemos entendido que la persona es un ser que es intimidad, un ser abierto por dentro, que se acompaña. Hemos alcanzado la apertura interior  compuesta de los trascendentales coexistencia y libertad personal.

 

El tercer paso es darse cuenta de que el carácter de además no solo tiene una dimensión metódica, sino que también tiene otra dimensión temática.

 Cuando utilizamos como método el carácter de además alcanzamos su tema, que es también además.

 

 Además y además.

 

Saber que soy un coexistente libre, sí, pero la persona es más y por eso se busca.

 

Hemos llegado al conocer personal, tercer trascendental.

El miembro inferior del inteligir personal es lo que Juan A. García llama “alcanzar”, o también llamado encontrar trascendental. Somos hijos.

El miembro superior del inteligir personal es el seguir buscando o buscar trascendental. 

Como diría, más o menos, Solomiewiz : en la medida en que se va conociendo el Origen (mi Réplica), el inteligir es atraído por su Destino.

Se prolonga el descubrimiento.

Busco más.

Así llegamos a otra descripción de la libertad trascendental : la inclusión atópica en el ámbito de la máxima amplitud.

(Aquí aparece ya la referencia a Dios, pero vayamos con cuidado de no hacer una referencia prematura).

El hombre busca la réplica. La plenitud de la actividad que no tiene limitación. Conocerse como Dios le conoce.

 

El intelecto personal busca a Dios, pero no sabe lo que busca.

Para encontrarle tiene que pasar por el trascendental amar donal, es decir, con el aceptar-don-dar.

Ninguna creatura puede conocer a Dios si Dios no se lo da.

 

Queda el cuarto paso:

¿Quién es mi Padre? Debo aceptar su Don. ¿Y Quién aceptará mi don? Hemos llegado al amar personal.

 

El intelecto personal y el amar donal son la apertura hacia adentro.

 En las relaciones entre personas aparece el dar-aceptar-don.

Las naturalezas crecen.

Lo propio del crecimiento de las personas es el acogerse mutuamente. Ser aceptados

Cuando el don se da y acepta mutuamente es fecundo.

 

Con Dios la tríada es Dar-aceptar-Don.

Pero el aceptar de la persona humana es un darle su vida (que es su don a nivel esencial).

La persona sabrá en el Juicio si ese don es aceptado y deviene Don.

Ese saber es el saber más alto. Más alto que la sabiduría y que su conocer. Es la Luz de la gloria: conocerse como Dios nos conoce y conocerá

 

Dar-aceptar es la relación entre personas. Cuando el don se da y acepta mutuamente es fecundo. El hombre es elevado al conocimiento de Dios, como Dios le conoce.

 

No sabremos quiénes somos hasta que Dios acepte nuestra Vida, nuestro Don-don.



¿Qué es el carácter de además como método?

 .


Juan A. García me corrigió la formulación de la pregunta, diciéndome que mejor que hablar de método hablemos del “sentido metódico” del carácter de además.
 
Y me aclaró:
El hábito de sabiduría es el sentido metódico del carácter de además, cuyo valor temático son todos los trascendentales personales
(Se corresponde con la 3ª dimensión del abandono del límite mental. Precisión de Jorge Mario Posada).
 
El hábito de sabiduría designa propiamente el sentido metódico del carácter de además visto en orden al intelecto personal.
En orden a los otros trascendentales es mejor distinguir la coexistencia carente de réplica (sentido metódico) de la coexistencia que busca, la libertad nativa (sentido metódico) de la de destinación, el aceptar (sentido metódico) de el dar.
 
Todo eso es tema de la sabiduría humana, porque el tema del hábito de sabiduría son todos los trascendentales personales; pero sólo se habla del hábito de sabiduría en términos cognoscitivos.


¿Cuál es el método y el tema de cada trascendental personal?

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Aunque "método" se refiera en rigor al ejercicio de la “operación” intelectiva, se aplica la noción de "método" a toda “actividad” intelectiva. Por ejemplo, llamamos "método" al ejercicio del abandono del límite mental, aunque ese abandono no sea una “operación”.

 

Y más ampliamente, llamamos también "método" al uso metódico del miembro inferior de cada trascendental personal.

 

Sin embargo, es más correcto hablar del “sentido” metódico de cada trascendental personal. Y del “sentido” temático de cada trascendental personal.

 

 

El sentido metódico del carácter de además es, precisamente, el hábito de sabiduría.

Y entonces podemos decir que el método para conocer el ser de la persona humana (los cuatro trascendentales personales) es el ejercicio del hábito de sabiduría, en tanto que además.

 

Cada trascendental personal es dual, tiene un miembro inferior y un miembro superior.

 

Trascendental 1 :

Al ejercer el hábito de sabiduría conocemos la persona, primero como co-existir personal o actuosidad insistente.

 

El uso metódico del co-existir personal, en tanto que miembro inferior de su dualidad intrínseca, es el abrirse hacia afuera,  o sea  ser además del universo físico, en donde no encuentra réplica; el tema, en tanto que miembro superior de su dualidad intrínseca, es la coexistencia en busca de réplica. Es el abrirse hacia adentro.

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Trascendental 2 :

El uso metódico de la libertad trascendental, en tanto que miembro inferior de su dualidad intrínseca, es la libertad nativa; su miembro superior es la libertad de destinación.

 

Conocemos la libertad que somos, también por el hábito de sabiduría, como para cada trascendental personal, pero la libertad no es un tema. Es atemática. Mejor dicho, la libertad, al animar la búsqueda, no desvela necesariamente un tema, sino que está abierta a la pluralidad de temas.

Es el método cuyo tema es seguir siendo método.

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Trascendental 3 :

Tema del hábito de sabiduría es también el inteligir personal (tercer trascendental personal).

El uso metódico del inteligir personal es alcanzar o encontrar; su tema es buscar más.

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Trascendental 4 :

En fin, la sabiduría tiene también como tema el amar personal.

El uso metódico del amar personal es el aceptar personal; su tema es el dar personal. Sus dos miembros son amantes. No se dualizan entre ellos directamente, sino que requieren de un tercer elemento para completar la estructura amorosa en tríada dual. Ese tercer elemento es el don, que se encuentra en la esencia humana. 


¿Cuál es el sentido metódico del carácter de además que permite alcanzar cada trascendental personal?

 .


Los cuatro trascendentales personales se alcanzan con el sentido metódico del carácter de además.
 
Recordemos cómo nos damos cuenta del carácter de además:
Para conocer el carácter de además, debemos abandonar el objeto de las operaciones intelectuales (la operación es el límite, es decir, lo que limita nuestro conocimiento pues conocemos solamente el objeto de cada operación).

Somos más que solamente alguien que conoce, somos “además” del conocer.
Éste es el sentido temático del carácter de además: saber que somos “además”.
 
Ahora nos interesa darnos cuenta de que podemos usar el conocimiento del "carácter" de además, no solamente para saber que somos además, sino para alcanzar qué somos "además del además". Es el sentido metódico del carácter de además.
 
El sentido metódico del carácter de además es, precisamente, el hábito de sabiduría.

Y por lo tanto el tema del hábito de sabiduría es el ser personal (en sus cuatro sentidos trascendentales).
Se trata de la 3ª dimensión del método del abandono del límite.
 
Los cuatro sentidos trascendentales del ser personal se alcanzan dando cuatro pasos sucesivos.

1) Primero hay que detectar el carácter de además: y así se alcanza el co-ser además.

2) Segundo hay que “aplicar” el además detectado: y alcanzo a saberme coexistente libre.

3) Tercero, debemos alcanzar el valor temático del además, ¿cuál es el tema del además?, el tema del además es ser además. Somos “un ser que se busca”: soy intelecto personal.

4) Cuarto, el ser que voy descubriendo que soy, está naciendo..., y lo voy aceptando al vivir, constituyendo mi don, entonces debo esperar que sea aceptado por mi Origen. He alcanzado el amar personal pues estoy dando mi don a Dios (mi don es mi esencia) y espero que sea aceptado.

 


¿Piensa el yo pensado?

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Al "pensar" conocemos objetivamente el yo.
Pero el yo pensado no piensa.
 
Es cierto que el yo conoce. Pero el yo que conoce no es el yo pensado.
El yo que conoce antecede al pensar.
Y no conoce objetivamente, sino habitualmente. Me explico.
 
Conocer no es lo mismo que pensar. El pensamiento es un conocimiento objetivo. Pensamos lo que pensamos y solamente lo que pensamos. Pensamos lo que se presenta gracias al objeto de nuestro pensar.
 
El conocer habitual, sin embargo, no tiene objeto.
Es conocimiento de actos, no a través de objetos intencionales.
Por ejemplo, conocemos que pensamos. Conocemos el acto u operación de pensar.
 
En la teoría del conocimiento conviene hablar de método-tema. Cada método tiene su tema.
Hay distintos métodos de conocimiento. Cada método con su tema.
 
Polo propone considerar el yo como método de conocimiento, asimilándolo al hábito nativo de sindéresis, descrito en dos miembros: ver-yo y querer-yo.
 
El ver-yo es una iluminación del acto de pensar.
 
El yo conoce que pensamos y es real no como pensado, sino como acto por el que conocemos lo que pensamos.
 
El yo pensado no piensa, pero el yo "real" conoce que pensamos.
 
 
Vuelvan, por favor, a la página 50 de Antropología trascendental II, donde Polo da una primera propuesta de solución a las dificultades modernas. Abandonando la consideración del pensamiento como "conectivo", muestra que el pensar no es una red solitaria del universo físico. Somos las personas las que procreamos la matrix.


¿Qué significa la correlación entre método y tema?

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La correlación entre el método y el tema del pensar filosófico constituye un principio axiomático que tiene en Husserl su principal fuente de inspiración.
 
Fernando Haya denomina a este principio axioma de la correlación trascendental.
 
Husserl fue sacudido profundamente cuando irrumpió este principio en su vida: los objetos de experiencia son el correlato de los actos a través de los cuales el objeto es dado a la conciencia.
 
Llamará noesis a la vivencia como fenómeno consciente. y noema aquello a lo que la conciencia dirige su atención.
 
Pero Husserl desconoce que los actos de conocimiento se conmensuran con sus objetos. No sabe lo que es el conocimiento. Pero a él le sirve para fundamentar la evidencia de los objetos.
 
En la filosofía poliana la correlación entre método y tema es una de las claves de la teoría del conocimiento. El conocimiento, como todo en la persona humana, es dual.
 
Y los dos miembros son reales. No se cae en el idealismo de Husserl. Sólo el objeto del conocimiento es irreal, pero remite a la realidad.
 
Ver el artículo de Fernando Haya : “la estructura de la persona humana según Edith Stein” en Cuadernos de Anuario Filosófico 166. Modelos antropológicos del siglo XX,  Juan Fernando Sellés (Ed.) 

¿Qué es el uso temático y el uso metódico de una cosa?

 .


El uso temático de una cosa es utilizarla para lo que es su finalidad.
Por ejemplo: usar los ojos para mirar.
 
El uso metódico de una cosa es utilizarla para algo más que su propia finalidad.
Por ejemplo: usar los ojos para comunicarme a través de un guiño.
 
Esta distinción es importante para entender el método del abandono del límite mental.
Porque el límite mental es la operación de conocer.
Cada acto de conocer se limita a conocer su objeto, lo que tiene presente.
Es el uso temático del acto de conocer.
 
Pero cabe un uso metódico de la operación de conocer y su objeto correspondiente: abandonarlo.
Y entonces podemos conocer lo que está más allá del límite.
 
Así lo explica Juan A. García Gz en el minuto 32 de su conferencia :
https://www.youtube.com/watch?v=Ljyddzi1-JQ&t=1806s


¿Cuál es el tema de la libertad?

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La libertad no se dobla con temas. Es atemática.
 
La libertad anima la búsqueda, pero no desvela necesariamente un tema, sino que está abierta a la pluralidad de temas.
Es el método cuyo tema es seguir siendo método.
 
Al tematizarse el método, es decir, cuando el tema del método es también método, tira del tema, y el tema tira del método.
 
Así nos aproximamos a otra de las definiciones que hace Polo de la libertad trascendental: "la posesión del futuro que no lo desfuturiza".
 
Así se vinculan atemáticamente actos suficientemente distintos y separados.
Es la libertad que conviene al carácter de además de la persona.

El tema de la libertad es simplemente animar la búsqueda.
 
 
 
De esto se habla entre otros lugares en  Juan A. García. La metalógica de la libertad… Studia Poliana nº 10, 2008, p. 16.9 y 17, 2-4
 
Para saber más:
Etiqueta 2.11.0      Método-Tema
Etiqueta 5.4.0    carácter de además
 
Etiqueta 1.1.2   libertad
Etiqueta 6.8.0   metalógica de la libertad
Etiqueta 5.5.4   libertad personal


¿Qué quiere decir que el método queda desnudo de tema?

 


Me refiero a una frase de Polo en su Antropología trascendental II, p. 239: "Si no hubiera potencia, el método quedaría desnudo de tema".
 
Si no hubiera "potencia". Potencia es aquí las potencias espirituales: la inteligencia y la voluntad.
 
Si el "además", la persona humana (cuyo Inteligir personal es uno de sus trascendentales personales y que es distinto de la "inteligencia" como potencia, que es esencial y no trascendental), si el "además", digo, se limitara a ser "además", sería pura transparencia invisible.
 
No sería “además”. Sería Dios. Identidad. La Réplica que es el Hijo.
 
La réplica que es cada persona, tiene un contenido, un vestido. Tiene carne. Y ese hábito que se pone es la activación de la potencia intelectual, constituida por la sindéresis. La persona (Inteligir personal) debe vivir, aportar su don. Sin holgazanería y sin enterrar su talento. Debe activar la potencia.
 
El ángel, aunque no tiene carne, también es persona. Su vestido es la luz de su misión.
 
Cada persona, metódicamente, debe encontrar no solo a Dios, sino también su destino, su réplica en la Réplica.
 
De esto habla Juan García en La metalógica de la libertad… Studia Poliana nº 10, 2008, p. 21.3
 
Para saber más:
Sobre la sabiduría…………………………….Etiqueta 2.14
Sobre el "además": …………………………..Etiqueta 5.4.0
Sobre la esencia humana…………………… Etiqueta 6.1
Sobre la metalógica de la libertad: …………Etiqueta 6.8
Sobre el destino……………………………….Etiqueta 13

¿Cuál es el valor metódico de la libertad?

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El valor metódico de la libertad es el ser pura apertura.
 
Apertura insistente
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Para saber más:
Etiqueta 2.11.0 Método-Tema
Etiqueta 5.5.4 la libertad personal


¿Cuál es el valor temático de la libertad?

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El tema de la libertad es también libertad.
 
Es lo que se llama libertad de destinación.
 
La libertad es un tema que no remite a otro tema, se reduce a ratificar su propio valor metódico, enteramente abierto a una innumerable variedad de temas.
 
El destino no está pues escrito ya que depende también de la libertad.
 
A la llamada de Dios se responde libremente según el buen querer de cada quién.
 
Para conocer el valor temático de la libertad debemos aplicar, al “co-ser además” que somos, el hábito de sabiduría, es decir, darnos cuenta de que podemos añadir el además al además, pues somos además. Podemos añadirnos irrestrictamente, sin agotarnos al ser.   

El tema de la libertad es animar la búsqueda de Destino.
 
De esto se habla entre otros lugares en  Juan A. García. La metalógica de la libertad… Studia Poliana nº 10, 2008, p. 16.3
 
 
Para saber más sobre la libertad
Etiqueta 1.1.2   libertad
Etiqueta 5.5.4   libertad nativa
Etiqueta 6.8.0   metalógica de la libertad
Etiqueta 13           el destino y el destinar