¿Qué es el olvido de sí?
¿Cuál es el sentido trascendental del yo?
¿Qué es dormirse en María?
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El olvido completo de sí. Eso es dormirse.
María conoce la significación de su cuerpo que le permite gozar de Dios ya en esta vida. No en vano es Madre de Dios gracias a su cuerpo.
María conoce la significación de la Muerte: dejar de gozar con su cuerpo, para obedecer a Dios.
María muere voluntariamente, por compasión con su Hijo.
Ya no está despierta con los sentidos de este mundo, sino dormida al egoísmo del placer solitario.
Su cuerpo ya no es de esta tierra. No queda nada de su cuerpo en este mundo. Assumpta. Subió a los Cielos.
La corrupción de nuestros cuerpos en el sepulcro tiene un profundo sentido para nuestro espíritu. El cuerpo en el sepulcro provoca la purificación del alma, que renuncia a todo apegamiento mundano, a todo pecado, hasta descansar en la Paz que es el Espíritu Santo.
Los cadáveres no son todavía cuerpos gloriosos y de hecho se deshacen. Pero aunque no se deshicieran, aunque por maravilla quedaran incorruptos, todavía no serían gloriosos. El cuerpo glorioso no es de este mundo.
María no ha necesitado esa purificación. Ella está ya, cuerpo y alma, en el Cielo. Y los Ángeles se alegran.
2.11.0 Olvido de sí;
10.0.0 muerte;
12.5.0 Redención;
10.0.1 resurrección;
12.10.0 María;
6.2.11 adorar-yo
¿Cómo destinarse a nuestro destino?
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Gracias al otorgamiento manifestado en el adorar-yo, se completa el don que faltaba a la tríada amorosa, del que carecía el Amar personal que somos.
La estructura primaria es el Dar divino y aceptar humano.
La estructura donal segunda es el dar humano y Aceptar divino.
Estas dos estructuras se convierten gracias a sus dones.
El Don divino (destino al fin y al cabo), no se constituye sin el don esencial humano.