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¿La fe sobrenatural exige la fe natural?



La fe intelectual o fe natural es necesaria para conocer con fe sobrenatural.

Sin la fe natural no sería posible la fe sobrenatural.

 

Si no se cree racionalmente en Dios no puede aceptarse su revelación.

 

La Palabra revelada no puede estar en contradicción con lo alcanzable por nuestra intelección natural 

¿Podemos contentarnos con la fe del carbonero?

 


El fideísmo, propio del protestantismo, que pliega las velas de la razón para dar paso a una fe ‘quia absurdum’, tiene su reflejo en una actitud del catolicismo que popularmente se ha venido a llamar ‘la fe del carbonero’.
 
Polo advierte que la renuncia intelectual a que se refiere esta expresión no parece compatible con la altura de la sabiduría cristiana, aunque, a primera vista, parezca asegurar la necesaria humildad ante ella.
 
Asimismo, sostener que se puede vivir la fe prescindiendo de la inteligencia es desacertado, pues, como ya dijo Chesterton, el cristianismo no es compatible con un fideísmo de principio.
 
Ha de tenerse en cuenta que la revelación divina supone la entera naturaleza humana y mira a perfeccionarla.

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¿Cómo llama Polo al tema de la fe?


Polo llama misterio al tema de la fe.

La fe, como todo acto de conocimiento, está separada de su tema, el cual se llama misterio por ser por completo trascendente a la intelección humana.

La fe se expresa en símbolos; pero el tema de la fe no es el símbolo, sino aquello a lo que el símbolo remite. Por ese doble motivo, porque su tema es misterioso y por aludir a él simbólicamente, se dice que la fe es una luz oscura.

Nótese que por expresarse en símbolos proferidos, la fe se asimila a cierta poiesis. Por eso también se dice fides ex auditu.



Así habla Polo en Antropología trascendental II, nota 30 de la p. 20
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¿Recibiremos un premio por nuestra actividad intelectual (filosófica y teológica)?

 


Decía Tomás de Aquino que, en el cielo, los que se han dedicado a la actividad intelectual tendrán un premio especial.

¿Por qué? Porque la naturaleza humana es capaz de producir y ofrecer obras buenas. Y entre las obras buenas más elevadas se encuentran las intelectuales.

 

Aquí tenemos una pista para comprender el valor de “obsequio” de la formulación de la filosofía desde la visión católica.

 

La filosofía adquiere el carácter de sirvienta de la fe sobrenatural.

Y la fe filosófica,con su significado donal, reúne la inteligencia y la voluntad.

 

Escuchemos a Polo : “La teología es la hazaña intelectual más asombrosa y de mayor alcance de la historia, y se realiza con el sentido de “oferta” de la razón. (Obsequio de la razón).

 

La razón encuentra su propia destinación en el esclarecimiento del misterio dogmático; se pone a prueba a sí misma en tanto que es capaz de aportar su luz a lo que primariamente, y sin dejar de serlo nunca en esta vida, es misterio.

 

¿Qué dos etapas históricas ha habido en las relaciones fe-razón?


La primera etapa, buscar su armonía.

La segunda, probar la desarmonía.

 

Primera etapa. El profesor Sellés explica que a lo largo de la Patrística se tendió a unir fe y razón.

 


Así, por ejemplo, Polo alude a San Gregorio Nacianceno y dice de él  que “la distinción, tan neta hoy, entre la teología de la fe y la filosofía..,  no era tan clara en los autores cristianos preme­dievales y en la Patrística griega.

Los padres griegos y latinos no separaban tanto como los escolásticos del s. XIII la teología de la filosofía.

 

Y Agustín de Hipona relacionaba ambos saberes con la célebre expresión ‘entiende para creer y cree para entender’.

Lo propio de ambos saberes es el conocer.

No se oponen, aunque sean jerárquiamente distintos, se ayudan mutuamente.

San Anselmo lo dice: la fe busca entender, y el intelecto la fe.

 

Segunda etapa. Se tiende hacia la discordancia. El averroísmo impone la teoría de la doble verdad. Su dualismo rompe la armonía. La filosofía se independiza de la fe.

Don Leonardo, que es un gran historiador de la Filosofía, pone a Escoto como el precedente de la modernidad que comienza propiamente con Ockham.

En esta etapa Polo alude, además de a los dos recién mencionados, al menos, a los siguientes autores: Lutero, Kant, Hegel, Kierkegaard, Heidegger, Rahner, y como contrapunto de ellos, a santos como San Juan de la Cruz o Sta. Teresa de Jesús, o a literatos como Chesterton. 

¿Cómo se distinguen la fe humana, la fe filosófica y la fe sobrenatural?

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Fe humana: confianza
Fe personal (o filosófica): búsqueda de Dios
Fe sobrenatural : cierta anticipación del conocimiento glorioso de Dios.
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Llamamos fe humana al fiarse de alguien. Conocemos por el testimonio de otro.
 
Sin embargo, llamamos fe filosófica a la fe que también se puede denominar “intelectual”, “racional”, “personal” e incluso “natural”.
(Epistemología, creación y divinidad, 70).

Se trata de una apertura transcendental del intelecto personal de  la persona humana.
Apertura desde su creación. Dios ha creado así a la persona humana.
 
La llamada inicial de Dios, al crearla, provoca la búsqueda de la verdad. Y la Verdad más alta es Dios.
 
La fe intelectual, personal o filosófica es, por lo tanto,  la búsqueda de Dios. Es la culminación de la intelección humana.
 
Pero atención, culminación no significa “llegada”. La búsqueda no cesa. Siempre podemos conocer más a Dios. También en la Gloria. Siempre más Dios.
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La fe es coronada por cuatro dones del Espíritu Santo: sabiduría, inteligencia, consejo y ciencia.
 
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¿Y la fe sobrenatural? La fe sobrenatural es otra elevación del conocer personal.
Una anticipación, mayor o menor, de la fe que tendremos en el Cielo.
La fe sobrenatural aclara, colorea y da brillo al conocimiento natural de Dios.

¿Son la fe natural y la fe sobrenatural dimensiones de la fe?

 


La fe, más que certeza, es un nuevo modo de “conocer”. 
Un conocer más alto y profundo.

Toda persona humana, al ser creada, goza de una apertura hacia el conocimiento de Dios, una búsqueda activa, dándose cuenta o sin darse cuenta, de la Verdad.

Es lo que llamamos fe “natural”.

Este conocimiento, que se va alcanzando de Dios, se enriquece por la revelación que Dios hace del conocimiento que tendremos en el Cielo. Es una “anticipación” del crecimiento irrestricto que tendremos de la intimidad en Dios.

Por eso podemos decir que la fe sobrenatural es una dimensión de la fe que evita la desfuturización del conocimiento divino. 
Siempre podremos conocer más.

La fe tiene, pues, dos dimensiones: conocer más y conocer sin cesar.

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¿Qué es la fe intelectual?

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La fe intelectual, racional o personal, también llamada filosófica o natural, es un don infuso propio a la persona humana.
 
Es potencia obediencial que se activa crecientemente, cada vez con más intensidad, naturalmente, en la medida en que el intelecto se abre a su destino.
 
Se distingue de la fe sobrenatural como entre lo propio y lo recibido por anticipación del Cielo.
 
La fe intelectual es la culminación de la intelección humana.
No es un don "añadido", sino propio, última fase del desarrollo de la intelección.
 
Esta fe natural, racional, intelectual y personal, es el conocimiento verdadero de Dios, fuente de Amor que desea darse a conocer.
 
El tema de la fe será siempre "misterio".
 
En suma, la fe personal es el saber lúcido de la índole irrestricta de nuestra intelección.
 
 
 
Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe
 
Para saber más ir a las etiquetas:
5.13.3 fe
5.13.3 misterio
12.8.1 fe sobrenatural


¿Es la fe una de las dimensiones de la apertura transcendente?

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Sí. La fe intelectual o filosófica (también llamada “personal”) es una de las dimensiones de la apertura transcendente.
 
Las dimensiones de la apertura transcendente, o aperturas iniciales de la persona humana, son cuatro, correspondiéndose con cada radical personal:
 
la gracia personal inicial, humildad o abajamiento primero;
la esperanza, amanecer o alianza primera;
la fe, alumbramiento o luz primera;
la caridad o arrullo del amor primero.
 
 
El primer abajamiento o humildad transcendental, equivale a la verdad del co-existir personal.
 
El amanecer de la persona, o esperanza transcendental, equivale al destinarse de la libertad
 
El alumbramiento o fe personal, equivale a la búsqueda intelectual del destino personal.
 
El primer arrullo o caridad transcendental, equivale a la búsqueda amorosa del encuentro con Dios.
 
Aunque utilicemos el mismo nombre, no deben confundirse la humildad, la esperanza, la fe y la caridad de las que aquí hablamos, con las virtudes a nivel esencial o con las virtudes sobrenaturales de las que habla la teología.
Y tampoco se ha de confundir la gracia personal inicial (el primer abajamiento o humildad transcendental) con la gracia santificante de la teología.
 
Para mejor entendernos hablaremos de virtudes teologales (fe, esperanza, caridad, gracia santificante) y aperturas "iniciales" (gracia o llamada inicial, fe, esperanza y caridad iniciales).
 
También llamadas aperturas transcendentales fruto de la llamada inicial, al ser creados.


Estudiamos la fe sobrenatural en la etiqueta 12.8.1

Las virtudes infusas teologales las estudiaremos en la etiqueta 12.8.0 y también en la etiqueta 5.16.2, en tanto que "nueva" creación.


¿Qué es la fe sobrenatural?

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La fe es el hábito infuso y el acto donal que el hombre ejerce respecto de la Sabiduría divina.

La llamamos sobrenatural cuando se trata de la Sabiduría divina Revelada, como don "añadido".

Y la llamamos intelectual (o filosófica) cuando se ejerce respecto de la Sabiduría divina como don natural, siendo la culminación de la intelección.

Los hábitos infusos pueden ser naturales o sobrenaturales, según se refieran a Dios conocido naturalmente o a Dios en cuanto que se Revela.

Noten ustedes que el acto de fe es dual.
De una parte el miembro superior de la dualidad es un don, un hábito, una llamada de Dios.

Y por otra parte, el miembro inferior es el acto dual humano de aceptación de la sabiduría divina (natural o sobrenatural), que es elevado, es decir, se va actualizando por el miembro superior de la dualidad (el don habitual) que tira para arriba, abriéndose a Dios.




Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2, p. 69.2 Itinerario de la razón hacia la fe

Para saber más ir a las etiquetas:
5.13.3 fe
5.13.3 misterio

12.8.1 fe sobrenatural
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¿Qué es un misterio?

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Un misterio es una iniciativa divina.
Rom 11, 38: "sus decisiones son insondables y sus caminos impenetrables".
De Juan Fernando Sellés he aprendido que más que realidad indescifrable, misterio significa realidad inagotable.

Coloquialmente, misterio es lo que la razón no puede abarcar.
No lo puede ante la imposibilidad de culminar la intelección de su Origen.
La máxima amplitud en la que se incluye nuestra libertad no tiene límites. La vida es así aventura interminable. Cascada hacia adentro.
El Misterio cristiano es la iniciativa divina para salvar a los hombres por el sufrimiento de Cristo.
Los sacramentos, misterios, son acciones de Cristo para salvarnos.

¿Colabora la filosofía en el acto de fe sobrenatural?

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Una mujer no puede dar la vida sin aceptar la semilla.
 
La filosofía es mujer.
 
En el acto, divino y humano, de fe sobrenatural, se conjuntan dos dimensiones inseparables: el don de Dios y el consentimiento de la creatura.
 
La persona será siempre co-ser.


¿Por qué la Revelación, para ser verdadera, debe ser donal?

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El profesor Falgueras propone al menos 5 criterios de credendidad.

La revelación debe ser:
1. misteriosa;
2. inteligible;
3. incrementadora de la intelección (ser algo insospechado, que no podemos comprender por nosotros mismos;
4. donal;
5. amorosa

La Revelación debe estar por encima de lo que llamaríamos cierta necesidad del revelante.

Debe ser libre de la parte de Dios y de nuestra parte.
Si hubiera necesidad en algún sentido más que Revelación sería un despliegue o comunicación natural.

De ahí que digamos que para ser verdadera Revelación debe ser "donal".

Es un Misterio o iniciativa divina.


Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe, p. 76

Para saber más ir a las etiquetas:
12.0.1 Revelación;
5.13.3 fe;
6.9.1 don;
1.18.0 necesidad

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¿Es dual la fe intelectual?

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La fe intelectual es dual como todo lo humano.

El miembro superior es el hábito de acatar a Dios (imposible si Dios no se nos comunica naturalmente. Esa comunicación natural es don de Dios).

El miembro inferior es el acto donal humano de aceptación de la sabiduría divina revelada naturalmente.



Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe

Para saber más ir a las etiquetas:
5.13.3 fe
12.8.1 fe sobrenatural

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¿Cuál es la cima del entendimiento humano natural?

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La cima del entendimiento humano natural es la búsqueda intelectual de la Réplica.
 
Recuerden que distinguimos entre fe intelectual (etiqueta 5.13.3) y fe sobrenatural (etiqueta 12.8.1).
 
El entender personal en tanto que trascendental, se abre al Transcendente por la fe intelectual.
Su cima está en la búsqueda de su Réplica en Dios, que siempre será además.
 
De ahí que siempre será búsqueda. La persona humana nunca dejará de crecer.

 

Ideas inspiradas en la tesis de AdamSolomiewicz que les invito a leer : https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/59347/1/02_solomiewicz_29_web.pdf

Concretamente en sus Conclusiones: p.72


¿Cómo culmina la fe intelectual?

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El entendimiento humano culmina en co-acto de fe, según el cual se abre sin interrupción, como luz transparente, en búsqueda inagotable.

 

Es un acto transparente.

 

Transparentar no es destacar objetos.

 

Es un dejar que aparezca el futuro del entender.

No se trata de pensar "algo", o de demostrar algo.

Es un autotrascendimiento en transparencia: siempre podré entender más. Futuro inagotable.

 

(No olviden ustedes que el autotrascendimiento poliano consiste en el acto supremo del dar).

 

En suma, la fe personal es el saber lúcido de la índole irrestricta de nuestra intelección.

 

Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe

 

Para saber más ir a las etiquetas:

5.13.3 fe

12.8.1 fe sobrenatural


¿Es la fe un "no ver"?

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La fe intelectual es búsqueda personal.
 De ahí que se hable de la fe como un "no ver".

 Cierto que no se ve "algo", pero tampoco es un no ver nada, sino vislumbrar un futuro no desfuturizable.

 La fe intelectual es actividad transparente e inabarcable.

 Y eso es precisamente el destino.

Mi destino es Dios. Fuente inagotable.

 Mi destino es la Verdad: estoy incluido en el ámbito de la máxima amplitud. Soy trascendentalmente libre.

 

En suma, la fe personal es el saber lúcido de la índole irrestricta de nuestra intelección.

 En Dios nos movemos y existimos. Somos inmortales.

 

 

Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe

 

Para saber más ir a las etiquetas:

5.13.3 fe

12.8.1 fe sobrenatural


¿A qué equivale "alumbrar"?

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El alumbramiento equivale a la búsqueda intelectual del destino personal. El destino es Dios.

La fe es la luz que se alumbra en nosotros gracias a la luz de Dios, que nos hace comprender cada vez más nuestra Verdad.

Decir que Jesús nos ilumina no es sólo decir que nos ve gracias a su Luz (como nosotros vamos viendo a los demás y viendo el sentido del universo físico)

Sino que quiere decir también que nosotros vemos gracias a su Luz.
Porque es su Luz la que atraviesa nuestra transparencia y abre en nosotros la Fe que nos permite ir conociéndonos e ir conociéndoLe.


La Fe es luz (conocimiento), pero no es Luz pura, sino hábito que busca más luz.
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¿La fe, es un acto humano o divino?

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La fe es un acto humano.

Acto dual como todo lo humano.

El miembro superior de su dualidad es el hábito (humano) que recibe la Revelación o la sabiduría divina (según sea fe sobrenatural o fe intelectual) y tira del miembro inferior.

El miembro inferior es la recepción (que exige el asentimiento de la voluntad) de lo Revelado o sabido.

Aunque el acto de fe sea respuesta a Dios creador y elevador, somos plenamente responsables. No somos marionetas. Creemos porque queremos.

Y agradecemos a Dios el poder creer, el poder abrirnos a su Vida.




Ideas sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe


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5.13.3 fe
12.8.1 fe sobrenatural
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¿Existe una fe que no es sobrenatural?

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Sí.
Se trata de la última fase del desarrollo de la intelección.
No es un don "añadido" al don de la inteligencia natural, sino la culminación de la intelección humana.

Podemos entender que Dios, como fuente de amor, desea darse a conocer.

La mente es capaz de alcanzar el sentido de la propia existencia. Su culminación es el conocimiento verdadero que el hombre tiene de Dios.


Es, por decirlo así, el fruto de obedecer a la Verdad, siempre más.
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