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Una mujer no puede dar la vida sin aceptar la semilla.
 
 La filosofía es
mujer.
 
 En el acto, divino
y humano, de fe sobrenatural, se conjuntan dos dimensiones inseparables: el don
de Dios y el consentimiento de la creatura.
 
 La persona será
siempre co-ser.
Una mujer no puede dar la vida sin aceptar la semilla.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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