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¿Cuatro o tres trascendentales personales?

 .


Mi buen amigo el profesor Sellés testimonia que Polo, al final de su vida, sostuvo que se había equivocado al formular los cuatro trascendentales personales.

Y mantuvo que son tres:

La coexistencia libre,

El conocer personal,

El Amar personal.

 

Pues no consideraba que la coexistencia fuese suficientemente distinta de la libertad, porque una coexistencia que no fuese libre no sería personal.

 

A mi entender, pienso que debemos mantener que los trascendentales personales son cuatro.

Entre otras cosas porque voces autorizadas afirman que la libertad, temáticamente considerada, es un tema que no remite a otro tema, sino que sólo ratifica su valor metódico. 

Se ajusta sólo con el futuro. 

Y siendo así se abre a Dios en esperanza (en esto Sellés estará de acuerdo).

Eso distingue la libertad personal de los otros trascendentales, que temáticamente remiten, en último término a Dios pero de otra manera.

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No dudo del testimonio de Juanfer, pero prefiero mantener lo que Polo sostuvo por escrito.

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Aprendí del profesor Juan A. García González los pasos que hay que dar para abandonar el límite mental en su tercera dimensión.

Pongo aquí el enlace a un curso en el que lo explica.

 https://www.youtube.com/watch?v=XfdNOuUnFvM

En el primer paso detectamos el carácter de además: sabemos que somos coexistentes.

En el segundo paso alcanzamos que somos un coexistente libre (tal como dice Sellés).

 Hemos alcanzado los dos primeros trascendentales personales : coexistencia y libertad personal.

 Hemos alcanzado la apertura interior, compuesta por los trascendentales coexistencia y libertad personal.

 

En el tercer paso nos damos cuenta que la persona es más (valor metódico del carácter de además) y ese ser más remite a otros dos trascendentales, el intelecto personal que se busca y el amar donal que espera aceptación.

 

Estos dos trascendentales superiores componen la apertura hacia adentro.

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Los cuatro trascendentales se convierten entre sí jerárquicamente.

En los cuatro aparece el carácter de además.

En los cuatro aparece el carácter filial.

¿Qué es un trascendental?

 


Un trascendental es una propiedad pura del ser.

 

Los trascendentales metafísicos (ser, verdad, bien, belleza) son equivalentes y abarcan toda la realidad del universo.

Se distinguen en que cada uno hace referencia a una relación.

 

Los trascendentales antropológicos descubiertos por Polo (co-ser, libertad personal, entender personal, amar personal), abarcan todas las realidades personales, son equivalentes.

Se distinguen en que cada uno se abre “libremente”.

 

Los trascendentales metafísicos no se abren libremente. Aunque la vaca esté abierta a la hierba, esta apertura es necesaria.

La persona (el acto de ser personal) se amplía libremente dándose (libremente) a la comida que ama.

 

Este adverbio (libremente) justifica lo que el profesor Sellés repite: el co-ser y la libertad personal son un solo trascendental y no dos.

Sin embargo, por ahora, yo sigo pensando que el co-ser es un trascendental distinto de la libertad personal (aunque equivalente).

Y lo digo porque me parece que el co-ser viene del nacer de Dios que nos crea a su imagen.

El aceptar trascendentalmente  ese nacimiento, aunque es libre, no es lo mismo que el abrirse libremente buscando corresponder.

 

¿Qué les parece a ustedes?

¿Puede usted describir en cuatro pasos el abandono del límite en su tercera dimensión?

.

Así lo hace Juan A. García en un vídeo que les recomiendo.

El primer paso es detectar el carácter de además.

Hay que detectar el además del pensamiento.

Detectar que la persona no es el pensamiento, sino aquél que piensa, el quién que piensa.

Detectamos que el existente es además del pensamiento.

Tiene que haber alguien más que el pensamiento.

Entonces he detectado la diferencia entre el pensamiento y aquél de quien depende el pensamiento

 

El segundo paso  es aplicar o utilizar el además.

Cuando obramos libremente alcanzamos que somos un coexistente libre.

Obrar libremente no es tener un dolor de cabeza o envejecer o caerse.

Cuando uno se “toma la libertad”, se alcanza la libertad.

Me he dado cuenta de que existo libremente. Y mi libertad se ha manifestado en mi acción.

Y mi libertad no se agota cuando actúo libremente. Puedo tomarme otra libertad.

Así se alcanza  que el coexistente que somos no solamente es además de nuestro pensamiento, sino que somos un coexistente libre. Un coexistente que puede ser siempre más libre.

 

Hemos alcanzado los dos primeros trascendentales personales : coexistencia y libertad personal.

Somos seres como “acompañantes” libres de nuestras acciones.

Y ser libre es tener un futuro que nunca se agota.

El futuro es un generador de acciones.

 

El coexistente es carente de réplica, es decir, no alcanza a saber quién es, porque sus pensamientos, sus acciones no son una persona, no son la persona que es.

 

Pero hemos entendido que la persona es un ser que es intimidad, un ser abierto por dentro, que se acompaña. Hemos alcanzado la apertura interior  compuesta de los trascendentales coexistencia y libertad personal.

 

El tercer paso es darse cuenta de que el carácter de además no solo tiene una dimensión metódica, sino que también tiene otra dimensión temática.

 Cuando utilizamos como método el carácter de además alcanzamos su tema, que es también además.

 

 Además y además.

 

Saber que soy un coexistente libre, sí, pero la persona es más y por eso se busca.

 

Hemos llegado al conocer personal, tercer trascendental.

El miembro inferior del inteligir personal es lo que Juan A. García llama “alcanzar”, o también llamado encontrar trascendental. Somos hijos.

El miembro superior del inteligir personal es el seguir buscando o buscar trascendental. 

Como diría, más o menos, Solomiewiz : en la medida en que se va conociendo el Origen (mi Réplica), el inteligir es atraído por su Destino.

Se prolonga el descubrimiento.

Busco más.

Así llegamos a otra descripción de la libertad trascendental : la inclusión atópica en el ámbito de la máxima amplitud.

(Aquí aparece ya la referencia a Dios, pero vayamos con cuidado de no hacer una referencia prematura).

El hombre busca la réplica. La plenitud de la actividad que no tiene limitación. Conocerse como Dios le conoce.

 

El intelecto personal busca a Dios, pero no sabe lo que busca.

Para encontrarle tiene que pasar por el trascendental amar donal, es decir, con el aceptar-don-dar.

Ninguna creatura puede conocer a Dios si Dios no se lo da.

 

Queda el cuarto paso:

¿Quién es mi Padre? Debo aceptar su Don. ¿Y Quién aceptará mi don? Hemos llegado al amar personal.

 

El intelecto personal y el amar donal son la apertura hacia adentro.

 En las relaciones entre personas aparece el dar-aceptar-don.

Las naturalezas crecen.

Lo propio del crecimiento de las personas es el acogerse mutuamente. Ser aceptados

Cuando el don se da y acepta mutuamente es fecundo.

 

Con Dios la tríada es Dar-aceptar-Don.

Pero el aceptar de la persona humana es un darle su vida (que es su don a nivel esencial).

La persona sabrá en el Juicio si ese don es aceptado y deviene Don.

Ese saber es el saber más alto. Más alto que la sabiduría y que su conocer. Es la Luz de la gloria: conocerse como Dios nos conoce y conocerá

 

Dar-aceptar es la relación entre personas. Cuando el don se da y acepta mutuamente es fecundo. El hombre es elevado al conocimiento de Dios, como Dios le conoce.

 

No sabremos quiénes somos hasta que Dios acepte nuestra Vida, nuestro Don-don.



¿Cuáles son los trascendentales personales?

 .


Los trascendentales personales o antropológicos son los siguientes:
 
el acto de ser personal, al que Polo llama co-existencia, intimidad o ser segundo;
 
la transparencia intelectual, que denomina intellectus ut co-actus;
 
el amar que acepta, es decir, la estructura
donal de la persona o amar donal;
 
y la libertad.
 
 
Polo presenta los 4 trascendentales personales  en el tomo I de su "Antropología trascendental", el tomo que tiene como subtítulo "La persona humana".
 
En la p. 36 dice que a su modo de ver a los trascendentales tradicionales (a los que llama trascendentales metafísicos y que estudiamos en las etiquetas 5.2) hay que añadir cuatro: el acto de ser co-existencial,
la libertad,
el intelecto
y lo que denomino amar donal.
 
Son pues :
 
La co-existencia ;
El intelecto personal ;
El amar donal (amar y el aceptar personales);
La libertad trascendental.
 
Quizá existan otros, pero habrá que descubrirlos mostrando que lo son, tal como ha hecho Polo.
 
No parece apropiado llamarlos simplemente "radicales", pues cualquier dimensión del ser personal es radical.
 
Salvador Piá escribe: en la persona humana se distinguen convertiéndose como trascendentales
la co-existencia,
la libertad,
el intelecto personal
y el amor donal.
 
Prefiero este orden al que dan otros estudiosos de Polo, que siguiendo la exposición que hace en el tomo I de la Antropología trascendental los colocan tal como he escrito más arriba, es decir
 
La co-existencia ;
El intelecto personal ;
El amar donal (amar y el aceptar personales);
La libertad trascendental.

 


¿Cuál es el método y el tema de cada trascendental personal?

 .


Aunque "método" se refiera en rigor al ejercicio de la “operación” intelectiva, se aplica la noción de "método" a toda “actividad” intelectiva. Por ejemplo, llamamos "método" al ejercicio del abandono del límite mental, aunque ese abandono no sea una “operación”.

 

Y más ampliamente, llamamos también "método" al uso metódico del miembro inferior de cada trascendental personal.

 

Sin embargo, es más correcto hablar del “sentido” metódico de cada trascendental personal. Y del “sentido” temático de cada trascendental personal.

 

 

El sentido metódico del carácter de además es, precisamente, el hábito de sabiduría.

Y entonces podemos decir que el método para conocer el ser de la persona humana (los cuatro trascendentales personales) es el ejercicio del hábito de sabiduría, en tanto que además.

 

Cada trascendental personal es dual, tiene un miembro inferior y un miembro superior.

 

Trascendental 1 :

Al ejercer el hábito de sabiduría conocemos la persona, primero como co-existir personal o actuosidad insistente.

 

El uso metódico del co-existir personal, en tanto que miembro inferior de su dualidad intrínseca, es el abrirse hacia afuera,  o sea  ser además del universo físico, en donde no encuentra réplica; el tema, en tanto que miembro superior de su dualidad intrínseca, es la coexistencia en busca de réplica. Es el abrirse hacia adentro.

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Trascendental 2 :

El uso metódico de la libertad trascendental, en tanto que miembro inferior de su dualidad intrínseca, es la libertad nativa; su miembro superior es la libertad de destinación.

 

Conocemos la libertad que somos, también por el hábito de sabiduría, como para cada trascendental personal, pero la libertad no es un tema. Es atemática. Mejor dicho, la libertad, al animar la búsqueda, no desvela necesariamente un tema, sino que está abierta a la pluralidad de temas.

Es el método cuyo tema es seguir siendo método.

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Trascendental 3 :

Tema del hábito de sabiduría es también el inteligir personal (tercer trascendental personal).

El uso metódico del inteligir personal es alcanzar o encontrar; su tema es buscar más.

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Trascendental 4 :

En fin, la sabiduría tiene también como tema el amar personal.

El uso metódico del amar personal es el aceptar personal; su tema es el dar personal. Sus dos miembros son amantes. No se dualizan entre ellos directamente, sino que requieren de un tercer elemento para completar la estructura amorosa en tríada dual. Ese tercer elemento es el don, que se encuentra en la esencia humana. 


¿Si cada trascendental personal es intrínsecamente dual, cuál es el miembro inferior y el miembro superior de cada trascendental personal?

 .


Co-ser (actuosidad insistente o co-existencia) : el miembro inferior es la coexistencia carente de réplica, el miembro superior es la coexistencia en busca de réplica.
El co-ser, como los demás trascendentales personales, se alcanza ejerciendo el hábito de sabiduría.
El miembro inferior del co-ser se abre al universo al estar carente de réplica.
El miembro superior se abre a la libertad al buscar la réplica que le falta.
 
Libertad trascendental: el miembro inferior es la libertad nativa, el miembro superior es la libertad de destinación.
 
Intelecto personal : el miembro inferior es el encontrar trascendental, el miembro superior es el buscar trascendental.
 
Amar personal : El miembro inferior es el aceptar trascendental, el miembro superior es el dar trascendental.
 
Si tenemos en cuenta la intuición de Adam Solomiewicz respecto a la dualidad radical humana, podemos profundizar en la exposición de las dualidades intrínsecas a cada trascendental personal.
Y así podemos decir:
 
Co-ser : el miembro inferior es un “nacer coexistiendo hacia fuera” carente de réplica; el miembro superior es un “destinarse, coexistiendo hacia dentro” en busca de réplica.
 
Libertad trascendental: el miembro inferior es la libertad nativa, el miembro superior es la libertad de destinación.
 
El miembro inferior, metódico, equivale a desaferrarse de la presencia mental y alcanza la libertad trascendental; el miembro superior, temático, se equipara con la no desfuturización del futuro.
 
Está claro que al miembro inferior de la libertad Polo lo denomina libertad nativa y el superior libertad de destinación.
Lo afirma también así: «la libertad tiene dos caras: una libertad recibida y otra destinada».
La libertad es nativa, en tanto que es un don de Dios y equivale al método de alcanzar la libertad trascendental (por eso equivale al hábito innato de sabiduría), en cambio «la libertad de destinación se convierte con la búsqueda intelectual y con la búsqueda amorosa»
 
La libertad de destinación, por ser un tema sin tema, «ha de convertirse con los otros trascendentales personales»: es lo que Polo llama la «comunicación de la actividad».
La libertad nativa, en cambio, en tanto que da lugar a los demás hábitos innatos, Polo la denomina «extensión de la libertad».
 
 
Intelecto personal: el miembro inferior es el encontrar trascendental en la medida en que se conoce el Origen; el miembro superior es el buscar trascendental atraído por el Destino.
 
Amar personal :
El miembro inferior es el aceptar trascendental de mi ser personal; el miembro superior es el dar trascendental de mi esencia (esperando la aceptación divina).


¿Cómo inciden en la persona humana sus relaciones trascendentes con el Origen?

 .


La persona humana tiene, al menos, cuatro aperturas hacia el Origen:
- Aceptar
- Además
- Buscar
- Dar
 
Estas cuatro aperturas trascendentes distinguen radicalmente a los cuatro trascendentales personales.
- co-ser que acepta
- libertad que es además
- entender que es buscar
- amar que es dar.
 
Los trascendentales personales se distinguen así según se referencia a Dios.

Es la apertura trascendente la que nos permite distinguirlos.
 
La humildad: el co-ser
La esperanza: la libertad
La fe: el intelecto personal
La caridad: el amar donal
 
Los trascendentales metafísicos se distinguen por su relación con la persona humana que constata el ser (ser), es atraída (belleza), lo conoce cada vez más (verdad) y lo ama (bien).

.

¿Cuál es el sentido metódico del carácter de además que permite alcanzar cada trascendental personal?

 .


Los cuatro trascendentales personales se alcanzan con el sentido metódico del carácter de además.
 
Recordemos cómo nos damos cuenta del carácter de además:
Para conocer el carácter de además, debemos abandonar el objeto de las operaciones intelectuales (la operación es el límite, es decir, lo que limita nuestro conocimiento pues conocemos solamente el objeto de cada operación).

Somos más que solamente alguien que conoce, somos “además” del conocer.
Éste es el sentido temático del carácter de además: saber que somos “además”.
 
Ahora nos interesa darnos cuenta de que podemos usar el conocimiento del "carácter" de además, no solamente para saber que somos además, sino para alcanzar qué somos "además del además". Es el sentido metódico del carácter de además.
 
El sentido metódico del carácter de además es, precisamente, el hábito de sabiduría.

Y por lo tanto el tema del hábito de sabiduría es el ser personal (en sus cuatro sentidos trascendentales).
Se trata de la 3ª dimensión del método del abandono del límite.
 
Los cuatro sentidos trascendentales del ser personal se alcanzan dando cuatro pasos sucesivos.

1) Primero hay que detectar el carácter de además: y así se alcanza el co-ser además.

2) Segundo hay que “aplicar” el además detectado: y alcanzo a saberme coexistente libre.

3) Tercero, debemos alcanzar el valor temático del además, ¿cuál es el tema del además?, el tema del además es ser además. Somos “un ser que se busca”: soy intelecto personal.

4) Cuarto, el ser que voy descubriendo que soy, está naciendo..., y lo voy aceptando al vivir, constituyendo mi don, entonces debo esperar que sea aceptado por mi Origen. He alcanzado el amar personal pues estoy dando mi don a Dios (mi don es mi esencia) y espero que sea aceptado.

 


¿Cuáles son los miembros nativos y destinativos de cada trascendental personal?

 .


La raíz de cada trascendental personal es dual.
Sus dos miembros son uno nativo y otro destinativo (miembro primario y miembro secundario).
 
Pues bien, los dos miembros de cada trascendental personal son:
 
1. Co-ser:
Nativo: Co-existencia nativa en el orden del Origen (relación en el orden del Origen).
Destinativo: Co-existencia destinativa en el orden del Destino (relación en el orden del Destino)
 
2. Libertad personal:
Nativo: Libertad personal nativa. La libertad personal previa al dar (que abre la posibilidad de aceptar el propio ser. Ver A.T. I, p.248).
Destinativo: Libertad personal destinativa. La libertad de dar, destinándose a ser aceptado).
 
3. Entender trascendental:
Nativo: Conocer personal nativo de mi Origen.
Destinativo: Conocer destinativo de mi Destino.
 
4. Amar personal:
Nativo: Aceptar.
Destinativo: Dar.
 
 

Pueden ir ustedes al enlace de Adam Solomiewiz, en la página 35: https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/59347/1/02_solomiewicz_29_web.pdf


Formule usted los 4 trascendentales personales

.



Persona humana significa:
- co-existencia carente de réplica;
- libertad;
- transparencia;
- criatura donal.

Me agrada especialmente esta formulación que Polo hace en Antropología trascendental I, p. 217.2
.

¿Cómo distinguir los trascendentales personales?

 .


Los trascendentales personales, descubiertos por Polo, se conocen sapiencialmente.
 
Gracias al método del abandono del límite mental, podemos alcanzarlos.
El profesor Juan A. García explica muy bien el modo de ejercer ese método para ir alcanzándolos.
Esto no significa que solo se alcancen con ese método, pues la sabiduría puede ejercerse de otras maneras.
 
Polo dice que cada trascendental personal humano es dual.
 
A mí me parece que trascendentalmente se dualizan con Dios.
Co-ser con María (humildad trascendental)
Libertad con el Padre (fidelidad trascendental)
Conocer con el Hijo (filiación trascendental)
Amar con el Espíritu Santo (comunión trascendental)
 
Entiendo por tanto que aunque los trascendentales personales se pueden distinguir cada uno por su tema, radicalmente se distinguen según su relación con el Origen.


¿Qué método debemos ejercer para conocer los trascendentales personales?

 .


El método para alcanzar los trascendentales personales es el abandono del límite mental en su tercera dimensión.
Es decir, el ejercicio del hábito de sabiduría.
 
1. Ejerciendo el hábito de sabiduría, en tanto que además, se alcanza el co-ser o actuosidad insistente.
 
2. Cuando el hábito de sabiduría se mantiene en tanto que hábito, sin dejarlo atrás, se alcanza la libertad trascendental, es decir, sabemos que nacemos libres para destinarnos libremente.
 
3. Al darnos cuenta de que conocemos al ejercer el hábito de sabiduría, alcanzamos el intelecto personal (siempre podremos conocer más) encontrar y buscar.
 
4. Al buscar nuestro Origen, al ejercer el hábito de sabiduría, nos damos cuenta de que no podemos conocernos si Dios nos nos da nuestro conocimiento. Llegamos así al amar personal.

 


¿Se puede decir que los trascendentales personales son entes de razón?

 .


Pensando en la solución que se dió a los universales, se me ocurría decir:
Los trascendentales personales son ”entes de razón” <con fundamento libre en la realidad>.
 
Le hice esta pregunta al profesor Juan A. García González.
 
Y me respondió así:
 
No; los trascendentales (tanto metafísicos como antropológicos) son reales: máximamente reales, puesto que se convierten con la existencia, con la actividad de ser; es la diferencia entre ellos la que es de razón,
con fundamento en la realidad.


¿Son duales los trascendentales personales?

 .


Sí.
Todo en el hombre es dual.
 
Juan A. García González esquematiza la dualidad de cada radical, de cada trascendental personal, diciendo:
 
el co-ser, se abre hacia fuera y hacia dentro;
 
la libertad es nativa y de destinación;
 
el intelecto personal alcanza y busca;
 
el amar personal acepta y da.
 
Bello esquema.
 
 
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 345


¿Se convierten los trascendentales personales entre sí ?

 .


        Cada uno de los trascendentales personales se convierte con los demás, hasta el punto de que uno no puede darse sin los otros.
 
Es decir, ninguno puede faltarle a una persona para ser persona.
Pero la conversión entre ellos no es completa, pues se distinguen realmente entre sí.

¿Cómo se convierten los trascendentales personales? ¿Cuál es su orden?

 .


Los trascendentales personales descubiertos por Polo al abandonar el límite mental en su tercera dimensión, se convierten de modo ordenado. (Respetan la jerarquía).
 
Cada uno de los trascendentales personales se convierte con los demás, hasta el punto de que uno no puede darse sin los otros.
 
Es decir, ninguno puede faltarle a una persona para ser persona.
Pero la conversión entre ellos no es completa, pues se distinguen realmente entre sí.
 
Cada trascendental personal es dual, actuoso, al convertirse con el trascendental jerárquicamente superior. Es importante la tarea de descubrir el orden de los trascendentales personales.
 
Existen varias propuestas entre los polianos sobre el orden de los trascendentales.
 
Po ejemplo, el gran autor poliano Jorge Mario Posada, en su intervención en el blog de los polianos (el de Juan A. García), nos explicaba que hay cuatro trascendentales propios del ser personal: libertad, co-existir o intimidad, inteligir y amar personales.
 
Los trascendentales clásicos tienen un orden que si no se respeta, trastrueca la filosofía, a saber: ser, verdad, bien, y belleza.
 
Pues bien, Jorge Mario propone como orden de los trascendentales antropológicos el siguiente: libertad e intimidad, inteligir y amar.
 
Aún dice más: el co-existir denotaría el acto de ser humano personal de tal manera que vale para los cuatro trascendentales antropológicos, si bien se corresponde más que nada a la intimidad.
 
Y el "además" también vale para los cuatro, aunque conviene más a la libertad.
 
Sin embargo, en mi intervención en el blog de Juan A. García, me permití disentir de ese orden, coincidiendo con el que había propuesto Enrique Golmayo. A mi entender, y pienso que en esto estoy también de acuerdo con Juan A. García, el orden es el siguiente:
1. Co-existir personal
2. Libertad trascendental
3. Inteligir personal
4. Amar personal.
 
Y tal como pidió Enrique Golmayo, se puede establecer una correspondencia, no simétrica, con los trascendentales clásicos.
 
1. El ser metafísico se corresponde con el co-existir personal y la libertad.
2. La verdad metafísica se corresponde con el inteligir personal.
3. El bien metafísico se corresponde con el amar personal.
 
Entonces, ¿qué es la intimidad?
Pienso que es el conjunto de dualidades íntimas del ser personal.
Es cierto que Polo llama también "intimidad" a uno de los trascendentales personales, concretamente a la co-existencia personal, (de ahí la proposición de Jorge Mario Posada de considerar la intimidad como uno de los trascendentales, en lugar del co-ser), pero otras veces refiere la intimidad al ser personal sin más, es decir, a ese carácter de apertura propio de la persona (apertura interior y hacia dentro). La persona está abierta por dentro, es capaz de acogida.
 
En un punto estoy de acuerdo con Jorge Mario: el además conviene a los cuatro trascendentales personales, aunque convenga más a la libertad, que es un acto siempre insatisfecho.
 
Y llamaremos "carácter de además" de una parte a la dimensión "metódica" del abandono del límite, que desvela el ser siempre más y de otra parte el alcanzar que somos adverbio, que somos hijos, que somos siempre más.
 
+++++++++++++++++++++++
Adam Solomiewicz propone una reconfiguración de los trascendentales personales.
A mi entender, se trata de ordenar de otro modo la manera de presentarlos.
En lugar de decir Co-ser; Libertad; Entender; Amar; propone decir Co-Ser; Entender; Amar; Libertad (la libertad de la gloria de los hijos de Dios).
 
En esto sigue, a mi entender, la inspiración del poliano quizás más trabajador, Juan Fernando Sellés.


¿Cómo son elevados los cuatro trascendentales personales descubiertos por Polo?

 .


1. El co-ser es el subir incesante hacia Dios (de ahí la dignidad de cada persona humana). Gracias a su elevación el acto de ser personal (co-ser) es “actuoso”, “además”, se añade, encontrando cada vez más compañía.
 
2. La libertad es el juego. El trascendental “libertad personal” es elevado jugando. Cuanto más alta está la persona, mejor juega. La libertad trascendental es el juego del amor, que engendra, en la belleza, nuevos juegos.
 
3. El entender personal crece al crecer transparentemente sus contenidos, al abrirse el panorama en la medida en que toma altura, elevado por Dios.
 
4. El amar personal es elevado en la medida en que Dios acepta su don, al destinarse libremente a Dios.


¿Esperan los cuatros trascendentales personales la aceptación de Dios?

 .


La dimensión del crecimiento, a nivel esencial  (es decir, la disposición esencial del hombre, nuestra vida donada) se distingue de la dimensión del crecimiento, a nivel del acto de ser personal (la iniciativa divina que cuenta con nuestro don).
 
Para entenderlo, fijémonos en el cuarto trascendental, el amar personal. (Lo mismo ocurre en los otros tres trascendentales personales, pero en el amar se ve más clara la necesidad del don esencial).
Porque el cuarto trascendental, el más alto, es una tríada amorosa: Aceptar-dar-don. (Dios que Acepta, la persona que da y el don de su vida).
 
Damos nuestra vida esencial, que debe ser Aceptada por Dios (eso es el Juicio). Si Dios la Acepta, el don deviene trascendental (o si prefieren ustedes : Don-don).
 
Los cuatro trascendentales, para ser cabales, esperan la aceptación de Dios.