¿Cómo pienso el pecado original?

 


Lo pienso, primero, en Lucifer.

Dios crea a Lucifer a su imagen, con capacidad infinita de Amor.

Pero, oh sorpresa, Lucifer se aísla en su soledad, al conocerse tan bello.

 

Y lo pienso, segundo, en cada bebé que nace inocente.

Nace con capacidad infinita de Amor.

Sin embargo, un día, el niño pierde su inocencia, abriendo la puerta a una adición (por ejemplo, la mentira) que desde entonces le acompañará toda su vida, como tentación recurrente.

 

Mi pecado original es el pecado por el que perdí mi inocencia.

 

Para prevenir ese desastre, Dios se hace Niño.

Gracias al Bautismo poseí el antídoto para no pecar.

Pobre de mí. A pesar del antídoto, pequé.