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¿Cuál es el meollo en el que surgió el par potencia-acto?

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Fue intentando explicar el conocimiento como Aristóteles descubrió la distinción entre mente dormida y mente despierta: potencia-acto.

Cuando esta pareja de nociones se aplica inconsideradamente a cualquier dificultad, no se entiende bien su significado.

Por ejemplo, se dice que unos trozos de madera son una mesa en potencia; alguien los lija, los acopla, etc., y la mesa ya está en acto.

Así no se entiende el sentido primario del par potencia-acto, que es la solución realista al problema del conocer.

Yo no estoy "en potencia" de ser ceniza, aunque un día me pueden quemar vivo.

Nótese el fácil deslizamiento (típico de la modernidad) en que podemos incurrir, confundiendo la potencia con la posibilidad.

No por mucho madrugar amanece más temprano. La realidad es testaruda.




Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.67.3

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Potencia

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El ser se dice de muchas maneras.
Una manera de decir el ser es decir: "acto".

Otra manera de decir el ser es decir: "potencia". De este modo indicamos que, en este caso, el acto no es acto puro, pues al depender del Ser, siempre puede ser más, según la dependencia.

Los actos de todas las criaturas son acto-potenciales, no son puros, aunque tienen perfección siempre pueden ser más perfectos.

<Piá dirá que la causalidad trascendental muestra que un acto de ser creado no puede existir sin esencia, porque al “depender” del Origen, no es todo lo que puede ser, todo acto de ser creado se distingue realmente de su esencia. Este es el gran descubrimiento de Tomás de Aquino>

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Polo es un gran maestro.
Sabe poner en relieve los grandes descubrimientos de la Filosofía, destacando sus novedades.

Un ejemplo es cómo, poco a poco, hizo estudiar a sus discípulos (Ricardo Yepes, Jesús de Garay…) los diversos sentidos del acto y de la potencia en Aristóteles.

Así consiguió mostrar que la esencia es "acto" y también es "potencia", pero con sentidos mucho más precisos de los que estamos acostumbrados.

La esencia es, desde los griegos, "acto", perfección.
En Aristóteles la ousía, que sería el equivalente de esencia, es un sentido del acto. Es entelechéia, forma.

De ahí que digamos: esta flor "es" un tulipán. El meollo o esencia de esta flor es ser tulipán. Acto estable, acabado.

(A ese sujeto, en cuanto que principio de operaciones, se le puede llamar naturaleza).

Noten ustedes que sin darnos cuenta hemos introducido en nuestro discurso una "suposición". Suponemos que la esencia es subsistente. La esencia pensada sí es perfecta, pero en la realidad no existen las esencias pensadas. Las criaturas son actos, sí, pero actos no acabados.

Aristóteles quedó prendido de la perfección de sus entelechéias  sin sacar todo el partido de su descubrimiento de juventud.

Polo llamó la atención sobre ese descubrimiento de Aristóteles (el par potencia-acto) que hizo al observar la distinción entre la mente dormida y la mente despierta. En cuanto dormida, la potencia indica imperfección, en cuanto despierta, el acto indica perfección.

Este sentido del acto, energéia, acto que no está detenido, que está despierto y abierto a ser más, quedó arrinconado por el prestigio de la "sustancia", de lo acabado, de la forma.

En tanto que los entes pueden "despertarse", perfeccionarse, son potencias "activas". La semilla puede devenir árbol.

Hay, sin embargo, ciertas potencias que son "pasivas", dependen de otras y pueden "recibir" perfecciones que no están contenidas en ellas a priori. Es más ventajoso para la inteligencia ser potencia pasiva, pues así puede conocer lo que por sí sola no podía conocer.

Y es así como las potencias pasivas adquirirán hábitos que no poseían de entrada.

En definitiva, la "potencia", siendo imperfección, es una cierta presencia del futuro en el ser.

Lo que no podremos decir es que un cigarro esté en potencia de ser ceniza, aunque haya la posibilidad de convertirse en ceniza. No debemos confundir potencia con posibilidad.


Tomás de Aquino, al descubrir la distinción real entre esencia y acto de ser ("acto de ser" es otro sentido del acto que Aristóteles no conoció) hace una investigación más atenta sobre la noción de potencia, clave de la filosofía aristotélica.

Y encuentra un sentido de la potencia que Aristóteles ignoró: la esencia como "potencia" del acto de ser.

La noción aristotélica de potencia era la dynamis. Y es válido ver el universo en movimiento. Potencias activas y pasivas que se van actualizando armoniosamente. Potencias de las diversas naturalezas, que se actualizan según el orden de la tetracausalidad. El universo de Aristóteles es así, en movimiento. Es lo que es: Acto puro y potencias que se actualizan, imperfecciones que se perfeccionan.

Pero el nuevo sentido de potencia, la esencia que sin el ser no es nada, introduce la novedad, vislumbrando una riqueza nueva de lo radical. No es una potencia como las potencias aristotélicas. Es una potencia que siempre dependerá de un Ser dador del ser.

No es que la esencia esté en potencia del acto de ser (eso es "posibilidad"), sino que la esencia como potencia es "potencia" gracias al acto de ser. No es que sea imperfección gracias al acto de ser, sino que el ser puede abrir horizontes no contenidos en las semillas (si el Creador se los da, directamente o a través de otros seres).

El universo ya no es "lo que es" sino que también es lo que será con novedades. (Los sentidos que los hombres queramos aportar). Hemos descubierto el amor, que es dar, en el Ser.

El tulipán ha podido provenir de cruces genéticos, y puede desplegarse según sus cromosomas, dependiendo de su "alma", pero lo más alto, lo radical y primero, es que el tulipán "es" dependiendo de su acto de ser, creado por Dios. Depende radicalmente del don de Dios.

La esencia, la sustancia del tulipán, depende radicalmente del acto de ser creado. Ya no es solamente lo que es porque las cosas son así, sino porque Dios quiere que sea así. Radicalmente hay una decisión libre del Ser supremo.

La esencia es pues acto, en tanto que sustancia (Aristóteles) y la esencia es potencia no sólo porque tiene potencialidades que se activan (eso lo dice también Aristóteles), sino porque, radicalmente, es potencia respecto del acto de ser (Tomás de Aquino). Depende del acto de ser, dependiendo del Ser.

Hay algo en la potencia que ya es, porque será, pues "depende" de Dios, ya sea desplegándose (esencia del universo físico como orden dado por Dios), ya sea aportando (libre esencia humana que acepta su destino).

Es un sentido de la potencia como "bien" del acto de ser, como lo otro que el ser, en orden a la realización del ser. Es "otro" don. Somos y seremos. 

Seré feliz (es esencial), si Dios quiere, y si yo quiero.

"Lo otro que el ser", u otra manera de decir ser, es decir: "potencia", que en la medida que es, la llamamos bien.

El bien es lo otro que el ser en orden a la realización del ser.

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¿Es la esencia "acto", o es "potencia"?

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Polo es un gran maestro.
Sabe poner en relieve los grandes descubrimientos de la Filosofía, destacando sus novedades.

Un ejemplo es cómo, poco a poco, hizo estudiar a sus discípulos (Ricardo Yepes, Jesús de Garay) los diversos sentidos del acto y de la potencia en Aristóteles.

Así consiguió mostrar que la esencia es "acto" y también es "potencia", pero con sentidos mucho más precisos de los que estamos acostumbrados.

La esencia es, desde los griegos, "acto".
En Aristóteles la ousía, que sería el equivalente de esencia, es un sentido del acto. Es entelechéia, forma.

De ahí que digamos: esta flor "es" un tulipán. El meollo o esencia de esta flor es ser tulipán. Acto estable, acabado.

(A ese sujeto, en cuanto que principio de operaciones, se le puede llamar naturaleza).

Pero la esencia es, desde otro punto de vista, potencia.
Tomás de Aquino, al descubrir la distinción real entre esencia y acto de ser ("acto de ser" es otro sentido del acto que Aristóteles no conoció) hace una investigación más atenta sobre la noción, tan utilizada por Aristóteles, de potencia.

Y encuentra un sentido de la potencia que Aristóteles ignoró: la esencia como "potencia".

La noción aristotélica de potencia era la dynamis. Y es válido ver el universo en movimiento. Potencias que se van actualizando armoniosamente. Potencias de las diversas naturalezas, que se actualizan según el orden de la tetracausalidad.

Pero el nuevo sentido de potencia, la esencia que sin el ser no es nada, tiene mucha más importancia, pues apunta a lo radical. No es una potencia como las potencias aristotélicas. Es una potencia que siempre dependerá del Ser.

El tulipán ha podido provenir de cruces genéticos, y puede desplegarse según sus cromosomas, dependiendo de su "alma", pero lo más alto, lo radical y primero, es que el tulipán "es". Depende del acto de ser. Depende del Ser.

La esencia, la sustancia del tulipán, depende radicalmente del acto de ser creado.

La esencia es pues acto, en tanto que sustancia (Aristóteles) y la esencia es potencia no sólo porque tiene potencialidades que se activan, sino porque, radicalmente, es potencia respecto al acto de ser (Tomás de Aquino). Depende del acto de ser, dependiendo del Ser.

Hay algo en la potencia que ya es, porque será, pues "depende" de su ser creado, ya sea desplegándose (esencia del universo físico como orden), ya sea aportando (libre esencia humana).

Es un sentido de la esencia como "bien" del acto de ser, como lo otro que el ser, en orden a la realización del ser. 

Seré feliz (es esencial), si Dios quiere, y si yo quiero.



Inspirado al leer la esencia de la persona humana. p.33.3 Se trata de unas notas sacadas de la conferencia dictada por Polo el 25-XI-1994 en el salón de grados Mª Zambrano de la facultad de filosofía y letras de la Universidad de Málaga. (Miscelánea poliana nº 4). Citamos las páginas según la recopilación titulada "Antropología y trascendencia" publicada por I. Falgueras y Juan A. García


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¿Qué es lo otro que el ser? Abordo aquí un sentido nuevo de la esencia, que no es solamente "potencia" del acto de ser, sino lo que Aristóteles llama entelechéia, acto que debe realizarse, el bien en definitiva.

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Lo otro que el ser es el bien.

No se debe confundir "lo otro que el ser" con la "diferencia pura con el ser" que es la mismidad del pensamiento. ("Lo mismo", "lo que pienso", "lo pensado", que es irreal, que no es ser).

Podemos llamar "lo otro que el ser" a un sentido de la esencia, que también es ser.
Lo que pasa es que el ser se dice de muchas maneras.
La esencia es un bien para el ser.

Lo Otro que el ser, en definitiva, es Dios, la Esencia divina.  Es el bien más alto. También para la criatura.

Los otros también son bienes. El bien común.

Dicho de otro modo:
Una manera de decir el ser es decir: "acto".
"Lo otro que el ser", u otra manera de decir ser, es decir: "potencia", que en la medida que es, la llamamos bien.

El bien es lo otro que el ser en orden a la realización del ser.


En Dios Ser y Esencia se identifican. Dios es simple.

¿Cuál es la aportación más importante de Aristóteles?

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La distinción potencia-acto.

La filosofía avanza resolviendo dificultades, saltando obstáculos, abriendo aporías.

No es filósofo el que no se considera a menudo tonto, al constatar que, una vez más, ha perdido las llaves : no sé entrar o salir al encuentro de la verdad.

Pues bien, Aristóteles, al aportar la distinción potencia-acto nos entrega un modo poderoso de resolver dificultades.

Por ejemplo : ¿es el universo infinito?
Potencialmente sí ; en acto, no.


Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.66.2

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