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¿Qué es la Intimidad en la Antropología trascendental poliana?

 


Según Polo, Intimidad y persona se convierten.

 

Pero atención, sostenemos que la persona humana es su acto de ser y no su esencia o su naturaleza.

Por lo tanto “Intimidad” es otro modo de llamar al acto de ser personal.

 

La intimidad sería, propiamente, el espacio "interior" del acto de ser personal que permite acoger a otras personas.

 

El acto de ser personal, gracias a sus aperturas, gracias, por ejemplo, a la libertad trascendental que somos cada uno, puede acompañar.

 

Hay sitio para otros. También para Dios. Podemos acompañar a Dios. Somos además de Dios.

 

Esta intimidad se manifiesta a nivel esencial en que no vivimos solos, sino en compañía.

Podemos acompañarnos a nosotros mismos en nuestra intimidad.

Y podemos acoger a los demás.

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¿A qué llamamos "intimidad" teniendo en cuenta el carácter de apertura?

 

Polo llama "intimidad" a la persona humana.

 

Y lo hace para señalar que el ser humano está abierto por dentro. Es “intimidad”.

La persona humana o lo que es lo mismo, el acto de ser humano, está abierta por dentro y es dual en todas sus dimensiones.

 

La dualidad radical más íntima es la dualidad nacer-destinándo.se (el nacer-destinar de Adam Solomiewicz)

 

Polo habla, sin embargo, de otra dualidad íntima, entre dos  dualidades también íntimas : la apertura "interior" con la apertura "hacia adentro".

 

La apertura interior es la dualidad entre dos trascendentales personales: la coexistencia (co-ser) y la libertad.

 

La apertura hacia adentro es la dualidad entre los otros dos trascendentales personales descubiertos por Polo: el conocer personal y el amar personal.

 

Abarcamos así la complejidad del ser humano, pues los cuatro trascendentales personales (coexistencia, libertad, conocer y amar personal) son íntimos, y están abiertos, son "duales".

 

Dicho esto, Polo no tiene reparo en llamar “intimidad” también al trascendental "coexistencia", co-existir trascendental, o "co-ser". Al fin y al cabo los trascendentales personales se convierten, y mejor que los metafísicos.

Jorge Mario Posada también propone llamar “intimidad” al trascendental co-existir.

 

Es decir, a veces Polo llama "intimidad" al trascendental personal "co-ser" y otras veces al conjunto de dualidades íntimas del ser personal.

 

Este conjunto está formado por: la apertura interior y la apertura hacia adentro.

La apertura interior es la dualidad entre la coexistencia trascendental y la libertad trascendental.

Y la apertura hacia adentro es la dualidad entre el Intelecto personal y el Amar personal.


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¿Cuál es la primera descripción que hace Polo de la intimidad?

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La primera descripción que Polo hace de la intimidad es presentarla como subsistencia.
Entendiendo la subsistencia como una radicalidad que se mantiene, que renace, que rebrota, que no se agota.
 
La sustancia, en cambio, se agota en ser lo que es.
Es una radicalidad, que es principio de las operaciones propias de su naturaleza, pero nada más.
 
La intimidad es "además".
Más que dar de sí.
La sustancia llega un momento que no puede dar más de sí.
 
La subsistencia rebrota, al ser acompañante.
Es además.

 
Ideas sacadas de la conferencia de Juan A. García Gz, que pueden ustedes seguir aquí:
16 marzo 2021. Coexistencia y carácter de además. La persona humana. Apertura y libertad.
https://www.youtube.com/watch?v=z3JX3ZEeYRk


¿Es la Antropología una parte de la metafísica?

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La Antropología no debe reducirse a metafísica.

La metafísica, ajustadamente tomada, no tiene como fin propio el estudio del hombre.
Aunque se hable de "antropología metafísica", esta denominación no es adecuada, ya que, en sentido estricto, la metafísica estudia las realidades fundantes, es decir, los primeros principios de la realidad extramental (Dios como Identidad, la causalidad trascendental y el ser del universo físico).

La antropología trascendental (que también se puede denominar antropología de la intimidad) tiene como tema la persona humana, realidad que aparece en segundo lugar, después de existir los primeros principios de la realidad (el ser del universo y el de su Creador).

Con todo, no por ser segunda, la persona humana es menos importante que el ser del universo físico, ya que es libre.


Así habla, más o menos, Juan Fernando Sellés en su libro "Antropología de la intimidad", p. 13.3


Para saber más:
1.4.0 Principios;
5.11.0 Intimidad;
2.12.2 Metafísica;
5.1.0 Antropología



¿Cuándo se incorporó la intimidad al vocabulario filosófico?

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La intimidad se incorpora al vocabulario filosófico sobre todo a partir de Agustín de Hipona, que es uno de los grandes glosadores de Pablo de Tarso.
 
Dios es más íntimo a nosotros que nuestra intimidad.
 
Pero atención, intimidad no es lo mismo que "inmanencia".
 
La intimidad de la persona es más radical que la inmanencia cognoscitiva.
Y más radical incluso que el amor como virtud.
 
Intimidad designa el co-ser personal, precisamente, el conjunto de "radicales" de la persona humana, trascendentalmente dualizados.
Designa, también, la dualidad radical nacer-destinándo.se
 
Intimidad es acompañar-se.
 
Polo señala que ser acompañándose es una expresión «sólo indicativa; considero preferible (dice Polo) esta otra: co-existir es la amplitud interior del acto de ser humano, es decir, la ampliación trascendental».
 
 
 
 
 
 
De esto habla Polo en Antropología Trascendental I, p. 208, nota 12.

 


¿Qué es la intimidad?

 



La intimidad es "el carácter de apertura" de la persona.

La persona humana se abre, trascendentalmente, acompañándose, ampliándose por dentro, sabiendo de sí, amando.

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Hoy me atrevo con otra definición.

He estado dándole vueltas a lo que pienso de la Inteligencia (capacidad ilimitada de conocer la realidad) y a lo que pienso de la voluntad (capacidad ilimitada de buscar el bien).


Y he llegado a la conclusión de que la Intimidad es el Origen ilimitado de mi ampliación.


Estoy abierto por dentro. Y dentro de mi dentro se encuentra mi Origen.

Siempre seré además. 

Siempre creceré.

Mi Réplica me acompaña.

Yo le acompaño y Él me acompaña. Eso es Amor.

¿Qué rasgos de la intimidad vamos a estudiar?

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Estudiaremos cuatro rasgos de la intimidad o de la persona humana como intimidad:
1. Acompañar
2. Ampliar
3. Saber de sí
4. Amar

Me gusta decir : 
acompañar.se; 
ampliar.se; 
saber.se; 
donar.se.

En correlación con los cuatros trascendentales personales : 
co-ser; 
libertad; 
inteligir; 
amar.
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¿Qué designa el co- del co-ser?

 .


La persona humana no es un mero existente.
La persona humana sabe de sí.
Y este saber de sí está designado por el prefijo “co-“.
El “co-“ de la co-existencia no es otra cosa que el saber de sí mismo que acompaña al existir de cada persona humana.
El “co-“ quiere decir que la persona humana es intimidad.

 

Ideas sacadas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona” de Juan A. García González.


¿Es la intimidad una ampliación?

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Sí. 
La intimidad humana equivale a la ampliación interior de la persona.
No somos solamente “ser”, sino que somos acompañados por dentro y libremente acompañamos.
La intimidad es co-ser, ser ampliado por dentro.

La persona es “además”
Ser además es abrirse íntimamente a ser, sobrando. Más que persistir, significa acompañar, intimidad. Co-ser, co-existir.

La máxima ampliación es nuestro co-existir en Dios.

La dualidad radical “nacer-destinándo.se”, se abre a Dios, desde Dios, según lo que llamamos apertura transcendental.

Radical apertura dual a Dios, “mi Origen” y “mi Destino”.
Es en el ser personal de Dios donde la persona humana va encontrando su intimidad.
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¿Qué es la operosidad del amor?

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La operosidad del amor es lo que el amar de una persona añade a sus obras.
 
¿Por qué el hombre puede trabajar? En primer lugar diremos que la capacidad de trabajar se resume en el hecho de que el hombre tiene manos. Gracias al “tener” podemos obrar.
 
Para actuar, para servir, debemos antes poseer: los materiales, los instrumentos, la técnica, la ciencia, la virtud. Necesitamos tener a todos los niveles.
 
Pues bien, al trabajar, cada quién se añade a sus obras, con un tipo de generosidad desligada del tener.
 
Es un otorgamiento íntimo  que acompaña, y antecede, al obrar.
 
Además de operar, el amor es "operoso".

 

 Glosa a Leonardo Polo. Tener y Dar. En "Sobre la existencia cristiana" p. 131.2

Si la intimidad humana es libre ¿somos Dios?

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No somos Dios.
Aunque estemos abiertos a la plenitud, nuestra vida, nuestro crecimiento, nuestra esencia, depende siempre de la máxima amplitud, somos criaturas.



Somos como caballos felices en un prado (Sabiduría 19, 9).

Aunque estemos incluidos en la máxima amplitud, no deja de ser una inclusión o adopción.

En virtud de la estricta dualidad co-existencia–esencia, toda la actividad trascendental humana (es decir, la actividad personal dirigida al Transcendente en cuanto que ‘mi Origen’ y ‘mi Destino’) repercute en su potencia, o sea, no cabe la actuosidad trascendental humana separada enteramente de la actividad esencial del hombre. Si esa se diera, el hombre sería Dios.

Comenzamos a existir cuando Dios nos crea en una naturaleza corporal y como personas podemos disponer esencialmente, irrestrictamente, pero nuestra intimidad, la persona que somos y seremos es siempre distinta de nuestra manifestación.


¿Es la intimidad un acompañar?

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La intimidad es acompañar.se
Me acompaño en primera persona.
Acompaño al nacer de mi vida, espiritando el mundo.

Ese acompañar íntimo, es interior (co-ser + libertad) y hacia adentro (inteligir + amar).

Es un nacer desde un Dios que me acompañará para que me.destine.
Somos capaces de destinarnos al Dios que nos acompaña.

El “co-“ de la co-existencia no es otra cosa que el saber de sí mismo que acompaña el existir de cada persona humana.
El “co-“ quiere decir que la persona humana es intimidad.
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¿Es el co-ser sabiduría?

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El co-ser exige la sabiduría, pues la sabiduría es, de entrada, saber de sí.
El hábito de sabiduría es el sentido metódico del carácter de además, cuyo valor temático son todos los trascendentales personales
 
Acompaña. Pero no es otra persona.
 
En Dios, la Sabiduría sí es otra Persona, el Hijo de Dios, que acompaña eternamente a su Padre.
 
Sin embargo, el saber de sí que hace de la persona humana un coexistente, solamente abre el ámbito de su intimidad: gracias al hábito innato de sabiduría el coexistente personal dispone de apertura interior, se abre por dentro.
Es una apertura precaria, que se abrirá hacia adentro, buscando su réplica.
 
Ideas sacadas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona” de Juan A. García González.

 


¿Por qué decimos que, de entrada, la persona humana es una intimidad solitaria?

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Atención, cuando decimos “de entrada” nos estamos refiriendo a la persona humana tal como nace en el tiempo.

Somos espíritus en el tiempo.

En Dios la persona es siempre hija, nunca está sola.

Pero ahora nos referimos a la intimidad solitaria de la persona que “aún” no se conoce enteramente.

De entrada, la persona humana es un co-ser libre, abierto hacia adentro.
Pero no tiene réplica en su interior.

De entrada no conozco a quien me acompaña, aunque me sé acompañado.
Somos, de entrada, una intimidad solitaria.

¿Por qué podemos decir que la intimidad humana es precaria?

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Decimos que la intimidad humana es precaria, porque no encuentra réplica en su interior.

Para entenderlo volvamos a pensar la distinción entre el universo físico y la persona humana.

El ser de la persona humana es una ampliación de la mera existencia.

La coexistencia personal aporta a la mera existencia del universo físico un añadido: sobre todo, el entendimiento y el amor.
El ser de la persona humana se distingue así del ser del universo físico.

En virtud de ese añadido, la coexistencia pide correspondencia, reciprocidad, dualidad, réplica.

Sin embargo, el ser humano, en su intimidad, carece de réplica; por eso decimos que su intimidad es precaria: algo indigente, y más bien infecunda.

No obstante, como dice Posada, el “además” es un conato de identidad.

Es cierto que, solitaria, la intimidad personal es silenciosa y está oculta, por lo tanto su fecundidad nos está vedada en esta vida, aunque la vamos conociendo a través de sus manifestaciones.

Cervantes puso, entre las locuras de don Quijote, la afirmación: yo sé quién soy; pero el ser humano no: eso no lo sabe cabalmente.

Por lo mismo, no podemos juzgar categóricamente a los demás, ni tampoco a nosotros mismos: sólo al creador pertenece la intimidad personal, sólo él conoce el fondo íntimo de cada persona humana. Las personas que tienen que juzgar (jueces, padres, profesores...) lo han de hacer con cierta distancia, o relatividad: conscientes de la limitación de su juicio; porque el único juicio absoluto sobre las personas es el juicio divino.
Sin éste, la persona creada quedaría velada, ignorante de su auténtica verdad y de su valor; y además se quedaría sola, sin la requerida comprensión y aceptación.

La precariedad de la persona es salvada por su filiación: Él me dirá quién soy.

Ideas sacadas y copiadas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona” de Juan A. García González.
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¿Qué es estrictamente la apertura interior?

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La apertura interior es el “co-ser – libre”.
Trascendental co-existencia + trascendental libertad.

El ser que se acompaña se da cuenta de que es interiormente activo y que el valor activo de la intimidad es libertad.
Por eso la apertura íntima considerada como actuosidad libre Polo la denomina apertura interior: «el descubrimiento de la intimidad como apertura interior es inseparable del valor activo, libre, de la co- existencia».
 
En pocas palabras, «la co-existencia es activa, y la índole de esa actividad es la libertad».


El Co-ser no tiene Réplica en su interior. 
El hombre, cuando sabe de sí mismo se encuentra solo.

 La intimidad es precaria porque sola es imposible.La coexistencia carente de réplica es el trascendental personal inferior. Estoy solo.

Pero es una coexistencia inmediatamente activa (libertad, que es el segundo trascendental personal).

Coexistencia libre. Activa. Subsistente.

 Pero si la persona es relación "subsistente", su intimidad es precaria. Yo debería ser "dos".
El saber de sí debe continuarse hacia adentro.
 Debe buscarla. Y debe buscar la Réplica que sea aceptada por Dios.

¿Se puede llamar a la intimidad “apertura interior”?

 
Pues sí.

Es cierto que la noción de intimidad admite muchos matices, pero uno de los más claros es que todas las personas “saben de sí mismas”, gracias al
hábito innato de sabiduría.
 
Toda persona está abierta interiormente, sabe de sí.


¿Qué expresa el vocablo “intimidad”?

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Este vocablo, intimidad, expresa el carácter trascendental de la persona humana: el además o la co-existencia.

«Lo mismo da decir co-existir que además, y de esta manera se amplía el trascendental». Persona y libertad, p. 144.

Persona es la intimidad de un “quien”.
Persona es lo íntimo, la intimidad misma.

Situémosnos con tres citas de Polo:

La co-existencia (que ha de dualizarse con la libertad), es «la amplitud interior del acto de ser humano, es decir, la ampliación trascendental» Antropología, I, p. 109, nota 15.

«Co- existir es el ser ampliado por dentro: la intimidad» Antropología, I, p. 109.

«Ser que se acompaña, ser acompañándose».

Persona y libertad, p. 144.