La filosofía es asunto eminentemente teórico.
Al contrario, la cultura es asunto práctico pues
consiste en cifrar para vivir mejor, para actuar más eficazmente. Gracias a los
símbolos, al lenguaje, los pueblos se transmiten sus averiguaciones para
cocinar, festejar, saber más, curarse y prevenir…
La religión es el saber práctico de cómo habérselas
con el Poder, con la Fuente, para vivir mejor.
La teología, al servirse de la teoría no es tampoco
una ciencia práctica.
La filosofía y la teología descifran. La cultura (y la
religión) cifran.
De
esto habla Polo en el último capítulo de "Quién es el hombre" p.
225.3
.
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