No.
Porque el acto de ser personal humano es creado
"en una naturaleza física" (que Dios creó al crear el universo y
sigue haciéndola persistir).
Cuando esa naturaleza es organizada físicamente en la
forma de 46 cromosomas, deviene "humana" al crear Dios, en ella y
para ella, una nueva persona.
Y es esa concreta naturaleza humana la que "inspira"
a la persona, que une así lo viejo y lo nuevo.
En la novedad personal humana coinciden la tierra y el
cielo. 
De
esto habla Antonio Alonso en su tesis doctoral en la PUSC 2010, "Libertad
y hermenéutica cristiana en la filosofía de Leonardo Polo", p. 166.3
 .
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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