.
No somos entes o esencias intracósmicas: estrictamente no lo somos.
Parece que entonces problematizamos el sentido físico del cuerpo humano, como si nuestro cuerpo fuera sólo una idea, o un sueño, ajeno a la persona que somos.
Por eso debemos aclarar inmediatamente que el cuerpo humano no es estrictamente “independiente” del cosmos.
Para entender cómo el cuerpo humano es a la vez intracósmico y extracósmico debemos comprender bien la noción de naturaleza en sentido poliano.
Las naturalezas en sentido poliano son físicas, son tricausalidades.
Son propiamente intracósmicas, sin embargo, la naturaleza humana, siendo también física (pues recibimos un cuerpo físico de nuestros padres, capaz de imaginación, como los perros también imaginan), siendo también física, digo, la naturaleza humana, es personalmente esencializable (por eso es humana, si no, sería animal).
La persona puede esencializar, hacer suya, la naturaleza física que es su cuerpo. Es un cuerpo "humano" porque es potencialmente esencializable.
Cada persona humana (que es extracósmica) puede hacer suya la naturaleza física humana en la que subsiste, la suya concreta, esencializándola, sacándola del universo e insertándola en su "mundo" humano.
Entendámonos. El cuerpo humano, el embrión humano o el cigoto humano, no empiezan a ser personas cuando aparece la inteligencia, sino que pertenecen, desde la concepción, a una persona humana concreta, y por eso son potencialmente esencializables.
Son vida humana de una persona concreta, desde el momento de la concepción.
En definitiva, y para responder a la pregunta, el cuerpo humano es intracósmico en cuanto que es un ente físico y es extracósmico en cuanto que es el cuerpo esencializado de una persona humana libre.
La esencia de la persona humana. Notas sacadas de la conferencia dictada el 25-XI-1994 en el salón de grados Mª Zambrano de la facultad de filosofía y letras de la Universidad de Málaga. (Miscelánea poliana nº 4, p.36). Citamos las páginas según la recopilación titulada "Antropología y trascendencia" publicada por I. Falgueras y Juan A. García.
.