La solución tradicional da más importancia al esse,
que actuaría al modo de causa eficiente de la essentia.
El planteamiento poliano mantiene la distinción real clásica entre esse y essentia, pero al
considerar la Identidad divina, en la que Esse
y Essentia tienen, digámoslo así, la misma importancia, equilibra
la distinción: el esse no es
causa de la essentia, si no es la
modo de finalidad, pero finalidad "pura".
Fíjense que sucede algo
semejante al problema entre gracia y libertad.
¿Está el hombre predestinado
o su destino depende de su voluntad?
Las dos cosas. El destino se
abre con la fuerza de nuestras pisadas.
Y en el caso del universo
físico, es decir, del ser que no es libertad, la essentia es un despliegue de
las cuatro causas según la "persistencia" de su esse.
En Dios Esse y Essentia se identifican, se compenetran de tal modo que no se pueden
formular separadamente.
En las criaturas, sin embargo se distinguen realmente.
En la criatura física (universo material), la essentia marca un
"antes" que retrasa el despliegue del esse.
En la criatura espiritual, la essentia
crece libremente "hacia" su destino.
El esse, la persona que será, es futuro indesfuturizable, abierto desde
Dios.
Si quieren ustedes leer una síntesis
de la distinción real esencia – acto de ser, vayan al principio de este blog, a
la página (en rojo) ""Esencia – Ser. Su
distinción"
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