No. No es lo mismo la admiración que el estupor.
Quedar estupefacto supone no entender y no creer que
se pueda entender, por lo cual se desiste.
Admirar
significa: tengo que mirar y volver a mirar.
La tarea del filósofo es no archivar. 
De
esto habla Lluís Pifarré en su libro "Entender a Leonardo Polo", p.
59.3
.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Entradas
Entradas
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario