El "no ente", en modo alguno es el ente real, sino un ente de razón.
El "no ente" se asimila al ente, pero como puro ente de razón.
El ente de razón se asimila al ente verdadero, no al ente real.
De esto se habla en L. Polo. Antropología trascendental. Tomo I. La persona humana. p. 54.2
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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