El mito heroico cifra los
elementos claves para entender la verdadera religiosidad en dos: el encargo y el
beneficiario.
Sólo si el Poder de la
necesidad, me "encarga" una tarea, mi vida podrá encarnarse en un destino.
En la Edad Moderna , la
libertad, hogar de la religiosidad, es cercenada desde el egoísmo.
Una persona que quiere ser
libre para sí misma, una Caperucita que toma el pan y la miel y se los come, y
a la abuelita que la parta un rayo: ése es el hombre egoísta dibujado por la
ideología liberal.
Si no hay otro, que encargue, y otro al que beneficiar, nos
encontramos en la soledad del hombre pagano : hemos matado la libertad de
destinación porque a priori hemos apagado la libertad nativa.
De esto habla Polo en el último capítulo de
"Quién es el hombre" p. 247,4 - 248,2
Tratamos de la libertad nativa y de la libertad de
destinación en las etiquetas 5.5.4
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario