El hombre,
naturalmente, tiene la capacidad de conocer a Dios.
El Papa lo
recuerda, apoyándose en dos citas de Agustín de Hipona.
1) A partir
del mundo creado y 2) a partir del conocimiento de nosotros mismos, el hombre
puede llegar a conocer la existencia de Dios y hacerse una idea bien sabrosa de
la esencia divina.
La tercera
vía, 3) incomparable y suplementaria, es la de la fe sobrenatural: Dios se ha revelado y ha revelado la
intimidad de su Vida.
Leonardo
Polo, aceptando las demostraciones clásicas de la existencia de Dios, propone
un método, en varias dimensiones, que permite "mostrar" a Dios.
A partir del
mundo (1ª dimensión) ; a partir de la persona humana (3ª dimensión).
Por el hábito innato de los Primeros principios,
nuestro
espíritu puede conocer la realidad física creada y su Origen.
El intelecto
agente, que no es otra cosa que la persona que somos, gracias a los objetos que abstrae, mediante
ellos, si ejerce el hábito de los Primeros principios, innato a su Inteligir
personal, advierte el ser de la realidad
física y su Creador, en tanto que Origen o Principio.
El ejercicio
del hábito de los Primeros principios se asimila a la 1ª dimensión poliana del abandono del límite mental.
Por el hábito innato de Sabiduría,
nuestro
espíritu, por el hábito de Sabiduría, puede tener la experiencia de Dios, al alcanzar la experiencia de la
persona que somos (hijos de Dios).
Ejerciendo
el hábito de sabiduría, el espíritu sabe de su ser personal que es dependencia
del ser de Dios.
Este
ejercicio se asimila a la 3ª dimensión
del método poliano del abandono del límite mental.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario