Cuando queremos.
Tomás de Aquino en S.Th., I-II, q. 71, a . 4, c., distingue por
un lado la posesión del hábito por el alma, que da libertad, pues permite
actuar de un modo mejor cuando le parece (cum voluerit). Por ejemplo, si
tengo la virtud de la puntualidad llegaré a tiempo, si quiero.
Y por otro lado la costumbre instintiva del animal,
que no da libertad pues la forma sustancial (que sigue al sentido genético del
ser o ser primero, tal como explicamos en la etiqueta 17.3.2) actúa
"necesariamente".
El alma humana es libre, pues posee hábitos y además
tiene la persona dentro.
Libremente vivimos con Dios y con los demás, si
queremos. Y vivimos con pájaros, a los que podemos dejar volar, o meterlos en
una jaula.
De ahí la expresión "a modo de virtud" que
designa, por ejemplo, una calidad que se ejerce si se quiere.
Soy simpático, cuando quiero.
Glosa
a Juan A. García González: Existencia personal y libertad. Anuario filosófico
nº 95. 2009, p. 342.2
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