¿Es la apertura íntima, la última dualidad humana?

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No. Pues Dios Transciende la dualidad radical íntima.

La apertura íntima no es la última dualidad humana.

La apertura íntima, aún se dualiza con otra apertura aún más íntima.

Polo la denomina apertura transcendente por abrir el ser humano más allá de su propia intimidad.

Y eso, gracias a la "llamada inicial" (que denominamos "gracia primera").

La apertura transcendente es más íntima a la persona que su propia intimidad. Es una apertura que transciende la intimidad humana profundizando en ella.

No es una apertura hacia fuera, que es inferior a la apertura íntima.
Es abrirse "hacia" el Origen al responder a su llamada.

Es una apertura superior, más íntima que la intimidad.

Y al estar abierta, al abrirse desde el inicio, la persona humana podrá "saberse" dual. Puede reconocerse dual en su interior, pues se dualiza hacia Dios, "si quiere".

Ese "querer" apunta a un desdoblamiento inherente a la persona humana. El desdoblamiento del quién que somos con nuestra manifestación o "esencia humana".

Quizá necesiten ustedes recordar cómo Polo ha formulado las dualidades en el ser personal, diciendo que la apertura "íntima" o intimidad de la persona humana, también llamada apertura trascendental tiene dos miembros: la apertura "interior" y la apertura "hacia dentro".

Llamamos apertura "interior" a la comunicación entre el co-ser personal y la libertad.
Es la dualidad formada por los trascendentales personales "co-existencia" y "libertad".

Llamamos apertura "hacia dentro" a la comunicación entre el conocer personal y el amar personal
Es la dualidad formada por los trascendentales personales "inteligir personal" y "amar personal".

Adans Solomiewicz propone una dualidad trascendental aún más radical: nacer-destinarse. Que podemos formular como un nacer-destinándo.se

Pues bien, tanto esta dualidad radical como la doble apertura íntima no son la última dualidad humana.
Gracias a la "llamada inicial" la apertura íntima se abre más allá de su intimidad, hacia Dios.
Es la apertura transcendental.



Y no olvidemos el "querer". La intimidad lleva inherentemente otra apertura: su manifestación esencial. Llamaremos apertura inherente a la dualidad "acto de ser personal" – "esencia humana".

Comprendan bien que desde el nivel más bajo de nuestra "vida" (de nuestro disponer) está presente la llamada inicial de Dios.
Porque somos en Dios, vivimos humanamente, si queremos.



De esto habla Salvador Piá en su libro "El hombre como ser dual" p. 367

Para saber más, pueden ustedes ir a las etiquetas:
5.11.0 apertura íntima o trascendental
5.13.0 apertura transcendente
5.15.0 llamada inicial o gracia primera
5.9.1  apertura inherente
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