Así pensaron los autores clásicos.
Pero esto presenta varias aporías.
Por ejemplo ¿cómo es posible que se den estas realidades en la inteligencia y la voluntad cuando éstas potencias son todavía pasivas, por ejemplo en un niño recién nacido y bautizado?
De ahí que sea importante fijarse en la distinción real: el
acto de ser y la esencia.
Nativamente cada persona humana tiene dimensiones activas que radican precisamente en la actividad del acto de ser personal.
Y aquí encaja perfectament la antropología trascendental
poliana que descubre cómo el acto de ser personal no es simple.
Por ejemplo ¿cómo es posible que se den estas realidades en la inteligencia y la voluntad cuando éstas potencias son todavía pasivas, por ejemplo en un niño recién nacido y bautizado?
Nativamente cada persona humana tiene dimensiones activas que radican precisamente en la actividad del acto de ser personal.
Está conformado por cuatro trascendentales personales: el
co-ser, la libertad trascendental, el conocer personal y el amar personal.
Nosotros sostenemos que la humildad trascendental radica en
el co-ser; la esperanza en la libertad; la fe en el conocer personal y la
caridad en el amar personal.
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