El tema de las virtudes teologales es Dios.
Las virtudes, en la comprensión poliana, son actos
superiores a las operaciones inmanentes.
Si hago un “acto” de fe, al rezar, es porque más arriba Dios
me está elevando en mi relación con el Hijo (esa elevación de la relación es la
apertura transcendente que llamamos fe, pero no la fe sobrenatural, sino la intelectual).
La esperanza es la elevación hacia el Padre.
La caridad es la elevación en el Espíritu Santo.
Y la humildad es la elevación con mi Madre, María.
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