No. La verdad "formal" no es el sentido más
alto de la verdad.
La verdad formal es el segundo sentido de la
verdad
(1, verdad ontológica; 2, formal; 3, personal) y no es
otra cosa que la adecuación de la mente a la realidad.
Aquí la verdad se toma en tanto que está en nuestro
conocimiento. Si lo que conocemos es en la realidad tal como lo conocemos,
poseemos la verdad de lo conocido. Verdad formal.
La verdad formal o lógica es estéril "si se queda"
en un proceso quasi-mecánico.
En la lógica no hay "encuentro" con la
verdad. La verdad lógica es una verdad desmedulada, que no inspira.
El sentido "formal" de la verdad establece
su estatuto en el conocimiento, y, por así decir, ahí la deja, en su ser
conocida. Desvestida la pobre.
En definitiva, ser
encontrada es más que ser conocida.
Ser encontrada provoca la inspiración y la persona
libre la canta, la viste, la celebra y adorna.
Para la persona, en tanto que libertad, la verdad es
inspiración que le hace cantar.
Viviremos según la verdad, "haciendo" la
verdad, manifestando la verdad de las obras de Dios (Juan 3, 21: son obras,
palabras, hechas según Dios).
La verdad no es el término de un camino, sino una
fuente de inspiración para que la persona desarrolle esencialmente, y ejerza
trascendentalmente, su libertad.
La verdad más alta es la verdad personal.
Antropológica, en el hombre.
El Verbo, en Dios.
Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como
inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3
Etiqueta 5.2.1 la verdad y su encuentro;
Etiqueta 5.2.1 la verdad.
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