Al contrario, el mal es "falta" de
inspiración. Cuando aparece el mal no hay verdad que inspire.
Dios no crea el mal. Dios crea verdades.
El mal no es creado, sino falta de coraje.
Ante la verdad, preferimos comernos la
manzana.
El acto malo es signo de libertad, (de
libertad deforme, coja).
En el acto malo, la libertad no añade nada,
sino que sucumbe en el acto, por culpa de la maldad del acto, de su cojera. Se
paraliza cuando siente el dolor, atragantándose con el fruto podrido.
El mal no inspira, no es generativo. Nos
paraliza.
Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su
crecimiento, p. 201.3
Etiqueta 5.2.1 la verdad y
su encuentro;
Etiqueta 5.2.1 la verdad.
Etiqueta 1.1.2 libertad
Etiqueta 5.5.4 libertad
personal
Etiqueta 8.5.0 dolor
Etiqueta 6.2.10 mal
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