Sí, pero es mejor llamarla co-acto.
"Acto" se dice de muchas maneras.
Acto indica perfección.
Sin embargo, no es lo mismo la perfección de Dios que
la perfección de una hormiga.
Aristóteles halló tres sentidos principales de
"acto", a saber:
1. El acto imperfecto que es el movimiento físico.
2. El acto acabado o perfecto que llamó entelécheia (las formas substanciales y
las accidentales).
3. El acto que posee su fin o acto ejercido que llamó enérgeia (las operaciones inmanentes).
Para los seres físicos no
vivos, va ben considerar el acto como la forma substancial, o como los
accidentes.
Pero para los seres
vivos, acto no significa detención. El acto de los seres vivos es acto
ejercido, ejerciéndose. Cuando vemos, estamos viendo. Cuando pensamos, estamos
pensando. Es la coactualidad
entre el pensar y lo pensado.
Polo va más allá de
Aristóteles al describir un acto superior a la "coactualidad" del
pensar. Y lo llama co-acto.
La persona es co-acto.
La coactualidad entre el
pensar y lo pensado está detenida. Pensamos lo que pensamos. Cuando pensamos,
tenemos lo que pensamos. Ya.
Si abandonamos ese límite
descubriremos una dualidad superior a la mismidad entre el pensar y lo pensado:
la dualidad entre el acto de pensar y su hábito. Pienso que pienso.
Subiendo la escala de las
dualidades llegaremos a los hábitos superiores que nos muestran a la persona
como co-acto, como co-ser.
Notemos que Polo ha acudido a Aristóteles, que
descubrió la coactualidad del pensar.
Gracias a la noción de coactualidad se abandonan dos
modelos dualistas:
a) el sustancialismo, que considera que el pensamiento
es un añadido, un accidente o entelécheia.
b) el modelo relacional, que ve al otro (al objeto)
como la imagen de un espejo.
La imagen no es íntima al espejo. El ejemplo no nos
sirve para describir la dualidad poliana.
El co-ser, la
dualidad personal, es más que una relación.
"Soy-con" el otro, comunión. "Soy-en"
Dios.
Quizá la imagen que nos puede servir es la del pulmón,
como puerta abierta de mi cuerpo.
Mi ser también es creado abierto en Dios y a los
designios personales de Dios (los otros).
Aunque no lo sepa, soy hijo de María, coexisto con mi
ángel, dependo de Napoleón, Judas y Sócrates.
Pero atención. No dependo de los demás como depende un
cocotero del clima.
Dependo por la aceptación libre de mi destino. Ellos
aceptan y yo también. Si quiero.
Las patatas no son co-actos.
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