Polo se siente a gusto respirando libertad.
Utiliza con tino el verbo "ampliar".
Denomina a Dios "máxima amplitud".
Y una de las fórmulas con las que describe la libertad
trascendental dice así: "la libertad es la inclusión atópica en el ámbito
de la máxima amplitud".
Lo amplio es pues lo trascendental.
Somos libres, trascendentalmente, pues podemos
movernos, como en casa, en el barco Libertad.
En esta perspectiva, la vida como tarea, o la tarea de
la vida, es una dilatación de la libertad.
Desde la intimidad personal que somos (es decir, desde
nuestro ser radicalmente acompañantes o hijos), no sólo trabajamos para hacer
un mundo mejor. Eso ya lo hacen los griegos que buscan, con su visión del
hombre libre, los medios para ser felices.
Cuando la vida es tarea, insisto, la libertad se
amplía.
No manda ya el fin, sino el otorgamiento amoroso.
Diciéndolo de otra manera: contigo pan y cebolla.
Aunque no consigamos un mundo feliz, respiramos la
libertad de quien ancló su esperanza en Dios.
Glosa
a Leonardo Polo. Tener y Dar. En "Sobre la existencia cristiana" p.
133.2
.
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