En sentido estricto, la verdad está en el objeto
"conocido", es decir en el objeto "intencional", en el
objeto en la mente.
Tomás de Aquino lo dice así :"esse rei, non veritas eius, causat veritatem
intellectus. Formaliter, veritas est
in intellectu".
Una de las dimensiones de la verdad es ciertamente la
adecuación entre la cosa y el intelecto. Pero sin intelecto no hay adecuación.
La adecuación corre a cargo del conocimiento.
Sin intencionalidad no hay verdad en el pensamiento.
El ser de la cosa es causa de la verdad, pero la
verdad no está en el ser, sino en el intelecto.
De
esto habla Lluis Pifarré en su libro "Entender a Leonardo Polo", p.
59.5
.
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