Pienso que la enseñanza del Catecismo sobre el corazón puede entenderse
desde mi "visión poliana del corazón como persona".
En efecto, el corazón bíblico es equivalente a “persona” y está oculto como
la persona.
Los sentimientos y los actos de la inteligencia y de la voluntad son “manifestaciones”
de la persona, pero no son la persona. Ordinariamente se les designa como “corazón”
pero en realidad son solamente manifestación de la persona, que es lo que
propiamente es el corazón.
CEC 2563 El corazón es la morada donde yo estoy,
o donde yo habito (según la expresión semítica o bíblica: donde yo “me
adentro”). Es nuestro centro escondido,
inaprensible, ni por nuestra razón ni por la de nadie; sólo el Espíritu de Dios
puede sondearlo y conocerlo.
(Ni la razón, ni los demás pueden sondear el corazón como persona, la
persona que soy, si no me manifiesto).
CEC 2563 :
El corazón e.Es el lugar de la verdad, allí donde
elegimos entre la vida y la muerte. Es el lugar del encuentro, ya que a imagen
de Dios, vivimos en relación: es el
lugar de la Alianza.
(recordemos
que la persona es relación con Dios)
Las relaciones con las
demás personas humanas pertenecen a la manifestación de la persona (la
esencia humana).
Louis Cardona apuntó
que “últimamente me estoy
quedando con la idea de que el corazón es la dualidad acto de ser (persona) /
esencia (alma, yo)”.
Yo opino que no es así.
Pienso que el concepto
bíblico de corazón no es una visión conjunta de espíritu y alma.
Es, a mi entender,
espíritu, que se manifiesta en el tiempo. El corazón como persona no es lo que
se manifiesta, sino el que se manifiesta.
Según la Biblia y la filosofía poliana, el corazón es, a mi entender, la
persona.
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