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Dios no puede ser solo.
Dios es Amor.
La soledad imposible en
Dios la podríamos formular como "solo Dios".
Sin embargo, si ponemos
el acento en el "sólo
Dios" (recordemos que sólo, con acento, no indica soledad, sino pureza),
entonces estamos designando la riqueza del origen.
Crecemos sólo desde Dios.
Este sólo muestra la
prioridad y no exclusividad de la
Comunión íntima, es decir, la
actuosidad de la Identidad divina o el fuego de su comunión trinitaria.
Designamos el Origen Vivo.
Así se abre paso, al
abandonar la soledad de la totalidad (que es una noción estática de Dios), la
comprensión de Dios como Amor.
El Amor es Comunión de
Personas. Y la Unidad de la Comunión la da la libertad entendida como futuro
indesfuturizable.
A condición de ser fiel.
Dios es fiel.
Su fidelidad (que es
también misericordia hacia el hombre) ordena el crecimiento de la humanidad con
sabia Providencia.
De ahí que el lugar del
amor sea el futuro: más Comunión. Fuego.
Dios garantiza la
libertad con su fidelidad, con su “crecimiento” Originario absoluto, es decir,
como Origen del crecimiento. Con Él la libertad no puede errar, todo es para
bien. El horizonte del Amor es la Esperanza.
Gracias al mito del ascensor acristalado podemos entender el crecimiento de
la persona humana. Se trata de una Página del Blog a la que se accede desde
este enlace : https://preguntaspolianas.blogspot.com/p/el-mito-del-ascensor-acristalado.html
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