La soledad.
La soledad es la muerte de la libertad.
La libertad es incompatible con que exista una sola
persona. La libertad es siempre interpersonal, nace del ser hijos (libertad
nativa) y vive al destinarse.
Si hubiéramos nacido solos (espontáneamente) no habría
nada nuevo a esperar pues estaríamos determinados por las condiciones
iniciales. Seríamos una parte del todo sin palabra que decir.
Y si estuviéramos rodeados sólo de cosas, seríamos un
caleidoscopio: podríamos movernos mucho, pero sería más de lo mismo. ¿Quién
escucharía mi canto?
Solos, la libertad es un infierno.
De
esto habla Polo en el último capítulo de "Quién es el hombre" p. 246
.
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