Entenderemos la libertad nativa al comprender que el
hombre "solo" es un absurdo.
La libertad nativa es el valor metódico de la
libertad.
La libertad nativa es el hábito de sabiduría por el
que conocemos que nuestro ser, más que ser, será (con y en Otro).
Un "será" que indica un futuro extracósmico,
es decir, un futuro que no pasa a presente, pues es indesfuturizable. Un futuro
que no acaba.
Entonces, si alcanzo a conocer, ejerciendo el hábito
de sabiduría, que mi ser es un inagotable añadirse, tiene que haber Alguien que
me está encargando el vivir. Alguien que me hace nacer.
Soy un ser naciente hacia Dios.
De
esto habla Polo en el último capítulo de "Quién es el hombre" p. 246,
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