La gracia es una orientación "hacia" Dios.
Dios abre la persona hacia dentro, hacia más allá de sí, para
que pueda responder (como un niño que ríe, o que canta) al Dar divino.
No olvidemos que de entrada, tenemos una gracia personal,
natural. Dios nos crea
"personas" llamándonos hacia Él. (Es la llamada inicial o creación
"segunda").
La noción de sobrenatural
surge de una nueva intervención
divina en orden a la salvación.
Es un nuevo "hacia", gracias a Cristo, por el que
podemos evitar el pecado, que es el error peculiar de la libertad. Es la gracia
que nos salva.
Llamamos "gracia
sobrenatural" al influjo de lo sobrenatural (de nuestro destino en
Dios) sobre la naturaleza humana, a la que eleva de un nuevo modo.
Es una anticipación de
la salvación, del encuentro definitivo con Dios.
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